miércoles, 3 de febrero de 2010

DETALLES QUE ABRILLANTAN EL ESPEJO


Cómo volverte lo mejor que podes ser?

Si comprendés quien sos y te respetás, las críticas no te supondrán ningún problema sino que te brindarán la oportunidad de volverte una persona mejor.

Cuando te sentís imperfecto o inseguro, la crítica es como una amenaza y creés que debes defenderte.

Cuando te sentís seguro, no perfecto sino seguro, podes escuchar las críticas y tener en cuenta su valor.

Podes decir, "lo siento", y "gracias por abrillantar mi espejo".

Y cuando sea conveniente, podrás aprender de las críticas y mejorar tu conducta.

Digo cuando sea apropiado porque hay personas a las que les encanta encontrar defectos en otros. Ése es su problema...

Recorda que todos somos lienzos en blanco.

Si presentás un lienzo en blanco como tu obra de arte, no te pondrán buena nota.

Pero la creación empieza cuando comenzás a trabajar, sobre todo si considerás el lienzo en blanco una oportunidad de expresar tu talento y no una posibilidad de fracasar.

Y recorda que el lienzo no se termina mientras dura la vida.

Cuando nos encontramos fluyendo en la dirección incorrecta, es más fácil pensar en quién tiene la culpa que cambiar de dirección.

Pensá en ello.

Imaginá que tomás un tren y tan pronto como sale de la estación te das cuenta de que va en dirección equivocada.

¿Te enojás y echás la culpa al tren o reconocés tu error, te bajás en la primera estación y cambias de andén para tomar el correcto?

Culpar a los demás de nuestra pérdida de rumbo es tentador.

Recibimos mucha información sobre la vida pero poca educación de la vida por parte de nuestros padres, maestros y otras figuras de autoridad, que por su experiencia saben más de ella.

La información se basa en los hechos, la educación en la sabiduría y el conocimiento de cómo amar y cómo sobrevivir.

Pero, por más consejos que te den, sos vos quién decide que tren tomar. Mientras recorrés la vida, prestá atención a los indicadores y las estaciones.

Si no te gusta lo que ves, tirá del freno de emergencia y bajate del tren.

No hay otro interventor que lo haga por vos ni tenés que pedir permiso a nadie para hacerlo.

Es tu vida, tu viaje, el que vos mismo conducís.

Cada uno sabe si lleva su propio timón, cada uno sabe en que clase está viajando.

Yo solamente deseo que podamos convertir esta jornada de vida... en nuestro mejor viaje.

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