Cinturón de Castidad
“Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado” Voltaire
Después de haber llegado al convencimiento de su incapacidad para lograr la
reelección, la señora Presidente, como organizadora y jefa de la asociación
ilícita que nos gobierna, se enfrenta a la alta probabilidad de que la sociedad
entera transforme el reclamo de persecución a quienes saquearon el país durante
esta década en una exigencia invencible para su sucesor, sobre todo porque éste
se verá en la obligación de realizar un ajuste del gasto público muy superior
al que hoy vivimos. Ni siquiera un peronista podría garantizarle la impunidad
que necesita, en especial para sus hijos.
Fracasada la disparatada “democratización” de la Justicia que pretendió
conseguir recientemente, la usina del Gobierno, que trabaja veinticuatro horas
todos los días del año, ha resuelto colonizarla mediante una pinza conformada
por la agrupación Justicia Legítima, que encabeza la Procuradora ¡Giles!
Carbó, y La Cámpora,
que con férrea mano conducen Wado de Pedro y Julián Álvarez, dos pibes
dispuestos a inmolarse “por la liberación”, que tan bien retribuye sus
esfuerzos.
En este preciso momento, existen nada menos que doscientos noventa juzgados,
entre federales y nacionales, que se encuentran vacantes, precisamente por la
paralización que impuso el kirchnerismo al proceso de selección de candidatos
en el Consejo de la
Magistratura. Entre ese enorme número se encuentran
tribunales de los dos fueros que más preocupan a la inquilina actual de la Casa Rosada: el
criminal y correccional federal (que, desde Comodoro Py, es el encargado de
investigar y juzgar las causas de corrupción) y el contencioso administrativo
federal, donde tramitan los reclamos de los particulares contra el poder.
No voy a explicar aquí demasiado sobre el método elegido, ya que aburriría
al lector, sobre todo si es abogado. Pero sí diré que, en las próximas semanas
el oficialismo intentará nombrar, para todos esos juzgados vacantes, conjueces
amigos, en especial de lo ajeno. Pretende así colocarle a la República un cinturón de
hierro que le impida reaccionar, como hicieron los caballeros medioevales sobre
las partes pudendas de sus esposas, cuando partían a la guerra, para evitar el
acceso carnal de terceros a éstas.
Si bien estoy más que preocupado por este avance sobre la Justicia, la verdad es
que confío enormemente en la venalidad de los candidatos. Recuerdo que los
jueces que deben ejercer la vindicta pública ante los casos de corrupción
–siempre la hubo pero, antes, se distraía dinero y, ahora, se roban empresas
enteras- nunca se han vendido; a lo sumo, se han alquilado a quien duerme en
Olivos y mientras éste tiene poder. Y quien suceda a doña Cristina se ocupará
muy eficientemente de domesticar, con sobres de dinero que salen de fondos
reservados (los servicios de inteligencia) a los nuevos jueces que, además,
deberán cuidar su propio pellejo. El kirchnerismo ha dejado demasiados rastros,
creyendo en su eternidad, y más temprano que tarde se comenzará a tirar de
todos esos piolines.
A quienes, cuando planteo estas teorías, me responden que, aquí, nadie va
preso, los confronto con una realidad incontrastable: los funcionarios de
Alfonsín, Menem, De la Rúa
o Duhalde (incluso los presidentes mismos) caminaron tranquilamente por las
calles sin sentir la repulsa popular después de dejar sus cargos; sin embargo,
los funcionarios actuales, aún mientras ejercen el poder, son “escrachados” en
público y obligados a volver a sus “inmundas madrigueras” (¡me parece que oí
algo así cuanto era chico!).
Un episodio verdaderamente notable, por lo “anti-relato” que resulta, fue la
admonición de la señora Presidente a los asalariados, instándolos a resignar
poder adquisitivo para no perder el empleo; por lo menos para mí, sonó como la
mayor parábola de fin de ciclo. Por lo que se ve, doña Cristina ha comenzado
preventivamente a resignar futuro político –ese que le requerirá cualquier
tentativa “bacheletiana”- para tratar de llegar, aunque sea con muletas, a un
final que no la condene a recorrer, con sus hijos, los pasillos de Tribunales.
Me inquieta enormemente que la sociedad no reaccione ya mismo frente a las
iniquidades del Gobierno contra la
República, a las cuales deben agregarse las campañas contra
los diarios La Nueva
Provincia (Massot) y El Día (Kraiselburd), amén de la siempre
presente batalla contra Clarín y Papel Prensa, ahora a cargo de la Comisión Nacional
de Valores. El Diputado Massa, más vivo que el hambre, consiguió frenar la
reforma al Código Penal; sin embargo, sigo pensando que esa iniciativa de
Olivos fue una verdadera cortina de humo tras la cual se oculta la verdadera
intención: la reforma y unificación de los códigos Civil y Comercial. Quien
tenga interés en este tema puede asistir a la entrevista que me concedió, hace
quince días, el Dr. Alejandro Fargosi, en la emisión del programa “Un País
Distinto”, haciendo click en
http://www.youtube.com/watch?v=c1C3HPLEEc0.
A pesar de los pocos días laborables que hemos tenido -¡Gracias, Cristina!,
gritan los jornaleros, los padres de escolares y las Pymes- han aparecido esta
semana los síntomas más claros del costo que implicará soportar a este régimen
hasta diciembre de 2015: los datos de la producción agropecuaria muestran que,
salvo la soja, nada es ya rentable; hemos perdido mercados fundamentales para
el trigo, la carne, el girasol, la cebada, la leche en polvo y hasta el vino;
la industria y la construcción siguen en caída libre; la inflación continúa
corroyendo el salario; el 50% de los empleados registrados percibe
remuneraciones que no superan el límite de pobreza; ha comenzado la destrucción
de empleo; el superávit comercial ha desaparecido; aún cuando estamos viviendo
el período de mayor liquidación de divisas de la exportación –provenientes de
la soja-, el Banco Central sólo ha conseguido recomponer las reservas en mil y
pocos millones de dólares; trece millones de argentinos son pobres o
indigentes.
Esta semana, siempre en “Un País Distinto”, el programa que conduzco
semanalmente por
www.canaltlv1.com, mi invitado fue el Dr. Andrés Cisneros,
ex Vicecanciller durante la gestión del fallecido Guido di Tella, con quien
conversé extensamente sobre las catastróficas relaciones internacionales de la Argentina actual y sobre
la futura posición geopolítica de nuestro país en el concierto mundial, en
especial en la región; hablamos sobre Unasur, Mercosur, Brasil, Venezuela,
algunos países vecinos y, también, de la importancia de Malvinas y su relación
con la futura Antártida; esa charla puede verse haciendo click en
https://www.youtube.com/watch?v=t0uOfnfwUus#t=23.
El martes en el mismo programa, que podrá verse a partir de las 20:30 horas,
mantendré una interesante conversación con el Dr. Henoch Aguiar, uno de los
mayores expertos en materia de comunicaciones; le preguntaré acerca del por qué
de las dificultades para hablar por teléfono -en especial celulares- que todos
padecemos, de las nuevas tecnologías adoptadas por el resto de los países de la
región, de los efectos concretos de la
Ley de Medios y, en general, de la situación de nuestro país
en esos aspectos y cómo acceder a los niveles mundiales que gozan nuestros
vecinos.
Cuando los chinos se despiden de alguien a quien no volverán a ver, le
desean “que vivas tiempos interesantes”; no dudo que los próximos meses tendrán
esa característica en la
Argentina.
Bs.As., 4 May 14