sábado, 12 de abril de 2014

¡¡¡¡¡ Viva ARGENTINA, Carajo!!!!!



Tengo el sueño muy liviano, y la noche pasada noté
que había alguien andando sigilosamente por el jardín
de mi casa....Me levanté silenciosamente y me quedé
siguiendo los leves ruidos que venían de afuera, hasta
ver una silueta pasando por la ventana del baño.

....Como mi casa es muy segura, con rejas en las ventanas y
trancas internas en las puertas, no me preocupé demasiado,
pero estaba claro que no iba a dejar al ladrón ahí,
contemplándolo tranquilamente...

....Llamé a la policía e informé la situación y di mi
dirección.

....Me preguntaron si el ladrón estaba armado; de que
calibre era el arma; si estaba solo; si ya estaba dentro
de la casa; etc., etc.

.....Aclaré que no y que de las características del arma
no sabía nada... Me dijeron que no había ningún
patrullero para ayudar, pero que iban a mandar a
alguien en el momento que fuera posible. Que si pasaba
algo que volviera a llamar ...!!!!

....Dos minutos después llamé nuevamente y dije con voz
muy calmada: ...No hay necesidad de que se apuren.

....Yo ya maté al tipo con un tiro de escopeta calibre 12,
que tengo guardada para estas situaciones. Y el tiro se lo
pegué en la cara...!!! Le volé la cabeza y ahora sus
sesos están regados por el jardín...

....Pasados menos de tres minutos, había en mi calle 5
patrulleros de la Policía Federal ; un helicóptero; el
defensor del pueblo, el fiscal de turno, 2 patrullas de
Defensa Civil, un equipo de reporteros de
Televisión; fotógrafos; 1 diputado, 2 concejales y un
grupo de derechos humanos, que desde luego no se
perderían esto por nada del mundo. También llego la
Bonafini con Schoklender, la Carlotto, el INADI.

Y Zaffaroni llamó por
teléfono porque su novio no lo dejó ir ...

....La Policía agarró al ladrón in fraganti, quien
estaba mirando todo con cara de asombro, tal vez pensando
que la mía era la casa del Jefe de Policía...

....En medio del tumulto, un Oficial se aproximó y me
dijo: Creí que había dicho que había matado al ladrón.
Yo le contesté: Creí que me habían dicho que no tenían
a nadie disponible para mandar.

¡¡¡¡¡ Viva ARGENTINA, Carajo!!!!!



viernes, 11 de abril de 2014

HOY SE FUÉ UN GRANDE DE LA ESCENA....ALFREDO ALCÓN!!



La última obra que dirigió y protagonizó fue Final de Partida, de Samuel Beckett, junto a Joaquín Furriel, en 2013.
 
"Si yo me diera cuenta de que hace mucho que trabajo y hace ya mucho que vivo, tal vez estaría cansado. Pero uno no se da cuenta", decía Alfredo Alcón en una de tantas entrevistas cuando se acercaba el ocaso de sus días. No pensaba en eso, en morir, porque estaba demasiado preocupado por hacer su trabajo bien, constantemente convocado por los directores más destacados de la escena porteña y de ultramar para protagonizar grandes clásicos. Fue el paradigma del héroe en el teatro vernáculo. El Rey Lear, Hamlet, Enrique IV, Eduardo II, Peer Gynt, Edipo. En su repertorio sumó 46 obras de teatro, 50 películas y otras tantas participaciones en televisión. Fue sin dudas, el gran primer actor argentino.

Alfredo Alcón murió esta madrugada en su casa, en la ciudad de Buenos Aires, después de luchar contra una larga enfermedad.

Había nacido el 3 de marzo de 1930 en Ciudadela, provincia de Buenos Aires, en el seno de una familia bien española: Alcón es un apellido de ascendencia andaluza-árabe, su abuela paterna había inmigrado desde Cádiz, y Riesgo, el apellido de su mamá, era de Castilla. "A mi abuela castellana, yo le daba un beso y, distante, me decía "Gracias, hijo". "¿Por qué me dices gracias, abuela?, le preguntaba. "Yo sé por qué lo digo", me contestaba. Y, en cambio, la abuela andaluza me abrazaba, me besaba y decía: "Ay, niño, ¡qué guapo eres!" Y yo entonces pensaba "Qué raro: las dos españolas y tan distintas", contó en una entrevista al diario Clarín. Cantando nanas aprendió a hablar el español con acento bien ibérico y eso le permitió desempeñarse en los escenarios de la madre patria con total soltura, donde fue aclamado en cada una de la decena de obras que lo llevaron a cruzar el Atlántico a lo largo de su vida.

Su primer gran protagónico fue en cine, en 1955, junto a Mirtha Legrand, por entonces la gran heroína de la pantalla grande, en El amor nunca muere, dirigido por Luis César Amadori. La pareja fue un éxito y lo volvieron a convocar para acompañar a "Chiquita" al año siguiente en La pícara soñadora, dirigida por Ernesto Arancibia y un par de años después, en Con gusto a rabia, de la mano de Fernando Ayala. A continuación vendría otra pareja que marcó historia: Leopoldo Torre Nilsson. Junto a este director, el trabajo de Alcón alcanzó su máximo crecimiento. Un guapo del 900, Martín Fierro, en 1968; El santo de la espada, dos años más tarde y en 1971, Güemes, la tierra en armas, a la que siguió La Mafia, en 1972 y después, Los siete locos, Boquitas pintadas y El pibe Cabeza.

"El que se cree un maestro es un pelotudo"

 

Aunque le molestaba el calificativo, Alcón fue ante todo un "maestro" del teatro. "Yo no oigo cuando me dicen maestro. Contesto, «sí, maestro», y me río. El que se cree un maestro es un pelotudo. El que encuentra rápido es porque busca poco: cuando empiezo a trabajar, estoy tan inseguro, que me sobran los brazos", decía sobre su trabajo aunque al resto de los mortales le pareciera increíble que justamente él pudiera tener alguna inseguridad. Intérprete inigualable de los textos de Ibsen, Lorca, Arthur Miller, John Osborne, Engene O’Neill, Edward Albee, Tennessee Williams, Samuel Beckett, Marlowe, fue dirigido por nombres históricos como los de Margarita Xirgu, Carlos Gandolfo y Omar Grasso, aunque también se animó a dirigir con igual éxito: Los caminos de Federico, Bocca-Alcón, Homenaje Ibsen, ¡Shakespeare todavía! y Final de partida provienen de esta etapa más propositiva de su carrera.

Dos veces obtuvo el premio Martin Fierro y otras tantas el Cóndor de Plata y el Estrella de Mar de Oro; recibió el ACE de Oro, el María Guerrero, el Ollantay, el gran premio de honor de la Fundación Konex, el García Lorca y distinciones especiales en festivales realizados en Colombia y en España.

En una de sus últimas entrevistas, a propósito del estreno de Filosofía de vida, reflexionaba con total sinceridad: "No me detengo a pensar qué clase de vida llevo, porque un día quiero una cosa, y al siguiente, otra. Quizás puedo mirar hacia atrás y ver qué dibujos hice. Otros siguen como si fuese una brújula a una institución, religiosa o ideológica. Eso no es estar vivo. Es respirar según un molde y convertir tu alma en una cosa"..

 http://personajes.lanacion.com.ar/1678912-murio-alfredo-alcon-el-gran-primer-actor-argentino

jueves, 10 de abril de 2014

PUTADA (de Antonio Gala) INTERESANTE !!!



LO QUE DICE ANTONIO GALA:
¿QUÉ ES UNA PUTADA?

Putada
es comparar la jubilación de un diputado o
diputada con la de una viuda.

Putada
es que un ciudadano tenga que cotizar 35
años para percibir una
jubilación y a los diputados les baste
sólo con tres o con seis según el caso y
que los miembros del gobierno para cobra
la pensión máxima sólo necesiten jurar el cargo.

Putada
es que los diputados sean los únicos
trabajadores (?) de este país que están
exentos de tributar un tercio de su sueldo del ISR.

Putada
es colocar en la administración a miles de
asesores (léase amigotes con sueldo) que ya desearían
para sí los técnicos mejor cualificados.

Putada
es el ingente dinero destinado a sostener a los partidos,
aprobados por los mismos políticos que viven de ellos.

Putada
es que a un político no se le exija superar
una mínima prueba de capacidad para ejercer
su cargo (y no digamos intelectual o cultural).

Putada
es el costo que representa para los ciudadanos,
sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes
(siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por
doquier.

Putada
es que sus señorías tengan casi cinco
meses de vacaciones al año
(48 días en Navidad-enero, más 17
en Semana Santa -a pesar de que muchos de
ellos se declaran laicos- más 82 días en verano).

Putada
es que sus señorías, cuando cesan en el
cargo, tengan un colchón
del 80% del sueldo durante 18 meses. Putada
es que ex ministros,
ex secretarios de estado y altos cargos de
la política, cuando cesan, son los únicos
ciudadanos de este país que pueden
legalmente percibir dos salarios del erario público.

Putada
es que nos oculten sus privilegios, mientras
vuelven a la sociedad contra quienes de verdad les
sirven, hablando de política social y derechos sociales.


Antonio Gala da en el clavo.(Poeta,
dramaturgo y novelista español nacido en 1930.
Es licenciado en Derecho, Filosofía y Letras y
Ciencias Políticas y Económicas.
Ha cultivado todos los géneros literarios,incluidos
el periodismo, el relato, el ensayo y el guión televisivo.
Ha obtenido numerosos premios no sólo por la poesía,
sino por su valiosa contribución al
Teatro y la Ópera: Calderón de la Barca,
Nacional de Literatura,
Adonais, Ciudad de Barcelona, Quijote de Oro y
Planeta, han sido sus galardones más significativos.


martes, 8 de abril de 2014

EL GOBIERNO: ¿PEOR QUE LA MAFIA?



Ya tenemos un monopolio. El gobierno. Y es el peor monopolio concebible. Porque se adjudica la legalidad "santificada" por voto. Y persigue cualquier competencia con sus leyes (impuestas e inmorales) y sus armas, y la declara "ilegal". El gobierno es peor que cualquier mafia porque una mafia no se adjudica la legalidad y siempre puede tener que competir con otras mafias. Nos han adoctrinado en la creencia que la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Eso es un disparate. Es falso. La democracia es un gran fraude, es simplemente un grupo de tipos rigiendo las vidas de otros a través de impuestos, leyes y regulaciones que no han sido consentidas por sus súbditos (ciudadanos).(No existe tal cosa como el "contrato social").

El caos lo genera únicamente el gobierno con su intervención en el mercado y la economía, con sus "licencias" , "permisos" y "concesiones" que generan monopolios coercitivos que en una sociedad libre de libre mercado sería imposible que pasara. Porque cualquier monopolio para permanecer como tal, necesita medios de coerción para restringir la competencia, y eso sólo lo puede lograr en connivencia con un gobierno. Sin eso no tiene los medios coercitivos para mantenerse como monopolio y simplemente sería otra empresa más compitiendo con otras en un mercado libre, ya que no puede impedir que cualquiera compita con él.

El gobierno te roba y esclaviza todos los días, minuto a minuto, a través de los impuestos y las regulaciones en nombre del bien común, porque te enseñó que sin él vendría el caos. Eso es falso. Todo impuesto es robo y toda regulación es esclavitud. ¿Como puede un burócrata o un político quitarte el dinero sin tu consentimiento con la excusa que lo hace para "ayudarte a vivir mejor"? ¿Quién si no vos , sabe mejor que nadie qué tenés que hacer con tu dinero para vivir mejor VOS?

El gobierno es un monopolio coercitivo. La democracia se basa en el sistema del voto (de una mayoría o de una minoría), la democracia no se diferencia de la monarquía o de una tiranía o dictadura en el sentido que es un grupo ejerciendo coerción y iniciación de la fuerza (gobernando, rigiendo) sobre otro grupo. Es el gobierno de los que tienen influencia política sobre los que no la tienen. Es una total farsa. El gobierno como monopolio de la violencia y la coerción atrae a sus filas en un porcentaje muy alto (yo diría 98%) a aquellos individuos que se identifican con el uso de la coerción, la violencia y la iniciación de la fuerza sobre los otros, los que producen. Los peores individuos, los sociópatas, los psicópatas, las personas con las personalidades más aberrantes son SIEMPRE los que integran los gobiernos y logran el poder sobre otros. Entonces siempre terminás gobernado por delincuentes, ladrones y criminales. Por saqueadores y parásitos. El gobierno no produce NADA, nunca. Todo lo que tiene es porque lo robó. Te lo robó a vos. Con la cándida e hipócrita excusa colectivista del "bien común" o de la "justicia social" o cualquier otro dislate por el estilo.

El gobierno dice que lo hace para proveer servicios esenciales que monopoliza o sobre los que ejerce diversos grados de intervención: seguridad, justicia, educación, salud, servicios "públicos", emisión de moneda (siempre sin valor intrínseco, o sea papel pintado sin ningún respaldo, lo que se da en llamar moneda "fiat"). Con nada de eso cumple, simplemente tenés que mirar a tu alrededor y ver lo que pasa. Todos, reitero, todos los servicios provistos por el gobierno pueden ser provistos por empresas privadas compitiendo unas con otras en una sociedad libre de libre mercado, en donde su supervivencia está en función exclusiva de la calidad de sus servicios o productos y sus precios competitivos (determinados por ellos, no por otros). En una sociedad libre el individuo es libre de elegir si contratar un servicio o no, y con quién contratarlo.
El principio que hace funcionar a una sociedad libre es el principio de no agresión, esto significa que nadie puede ejercer coerción ni iniciación de la fuerza sobre otro. Nadie (ni un hombre ni un grupo de hombres, aunque se auto llamen gobierno) puede violar los derechos individuales de otro.

No hay ningún impedimento en que existan agencias o empresas privadas en competencia proveedoras de servicios como ser: agencias de arbitraje, compañías de seguros, agencias de seguridad, empresas de salud, educación privada (diversa y especializada libremente), moneda privada con 100% de respaldo oro (emitida por entidades en competencia y la que puede ser intercambiada por su equivalente en oro en cualquier momento), los bancos no tendrían reservas fraccionarias, etc , etc. Todos estos servicios serían mucho más eficientes y baratos porque la única forma de que se ganen la preferencia del cliente es en virtud a su excelencia, al trato con el cliente y a la excelencia de sus servicios. Nadie podría obligar a los individuos a tratar sólo con él en estos rubros u otros (como lo hace el gobierno).

En una sociedad libre la reputación es TODO. Un fraude o una violación o una agresión llevaría a la pérdida de la reputación y al ostracismo económico. Porque los individuos y las otras empresas se negarían a tratar con alguien o con alguna empresa que incurriera en fraude, incumplimientos, violaciones contractuales, violencia, o coerción.
Todo sería contractual, y la falta de cumplimiento en cualquiera de estos servicios generaría la obligaciones de pago de reparaciones por parte de la entidad incumplidora y sus integrantes (cosa que el gobierno no hace, porque los integrantes del gobierno tienen inmunidad legal y un monopolio, y se pueden permitir el lujo de incumplir con cualquier cosa. El "contrato social" es un fraude, no existe tal cosa).

Lejos de caos la sociedad tendería permanentemente a la armonía y al equilibrio, porque esa es la naturaleza intrínseca del mercado, es ley natural, no se diferencia a la ley de gravedad (las leyes naturales no necesitan ser promulgadas ni pueden ser derogadas). Y nadie pagaría ningún impuesto (robo) ni estaría sujeto a ninguna regulación (esclavitud) ya que basaría todo en acuerdos voluntarios (y no obligatorios) por medio de los cuales las personas contratarían sólo los servicios que quisieran contratar (que serían baratos y eficientes por la ausencia de los impuestos y la competencia), y sólo los contratarían cuando les viniera en gana.

La gran falacia es creer que hace falta un gobierno para evitar el caos. Falso. El caos es únicamente producido por el gobierno (con su monopolio y sus impedimentos de competencia), que genera pobres, dependientes, parásitos que no producen, distorsiones en la economía, miseria, y no proporciona ninguno de los servicios que monopolicamente promete proporcionar y que encima no es castigado (ni las entidades gubernamentales ni sus integrantes en forma personal) por fallar en hacerlo.

Es el gobierno contra el individuo (Herbert Spencer, Tannehill, Rothbard, Rand, Hayek, Mises, Hoppe, Huerta, Bastiat, Spooner, etc., etc., ) Es lo colectivo contra el endividuo.
La real utopía es esta sociedad que nos toca vivir, porque no puede funcionar de ninguna manera. Lo que hay es la democracia misma: ESTO es democracia pura. El gobierno/estado no puede sujetarse, no puede mantenerse chico, no puede dejar de crecer como un cáncer maligno, no puede no ser coercitivo, no puede no ser violento, no puede dejar la iniciación de la fuerza, no puede dejar de violar derechos individuales todos los días, todas las horas, cada minuto, porque si no, no sería un "gobierno"; es su naturaleza misma. Es como el cuento del escorpión y la rana.

El gobierno no está para protegernos a nosotros los individuos (o los ciudadanos, que son sus súbditos). El gobierno sólo se protege a sí mismo y a sus parásitos integrantes (los políticos profesionales, los políticos de carrera, los políticos) quienes no producen NADA y lo roban y saquean TODO.

Nos han educado (los sistemas de educación gubernamental, que incluso se imponen en as escuelas privadas) en la creencia de que el gobierno es un mal necesario. Pues no lo es en absoluto. Nosotros sabemos mejor que ellos cómo conducir nuestras propias vidas. No necesitamos que un político o un burócrata nos diga cómo vivir nuestras vidas. Nosotros lo sabemos mucho mejor que ellos. No necesitamos mantener parásitos y ladrones vitalicios. El falso que sin el gobierno sobrevendría el caos. Esa es la religión que te inculca la enseñanza gubernamental para lavarte el cerebro, demonizando el libre mercado, la libertad individual y la libertad en general.

El gobierno le teme al mercado, el gobierno es el enemigo del mercado, porque el mercado es mucho mejor, mucho más efectivo y eficiente, y es la gran amenaza que ve el gobierno y sus saqueadores, por eso lo demoniza.

Te aclaro que la palabra anarquía sólo significa "ausencia de gobierno", no caos. El gobierno/estado te ha adoctrinado que sin él sobrevendría el caos, por eso hemos aprendido a asociar anarquía con caos. No son sinónimos, no están vinculados y es falso lo que te enseña el gobierno. No necesitamos ser "gobernados", "regidos", "dominados" por otros hombres.

(Si los hombres realmente necesitaran ser gobernados, ¿quién gobernaría a los gobernantes, ya que ellos también son hombres?).

Llamalo como quieras: sociedad de laissez-faire, libertarismo de mercado, anarquía de mercado, ANCAP, sociedad libre.

Es ésta la única libertad posible, y una utopía es justamente lo que NO ES, porque es racional y posible. Mientras que el sistema democrático/republicano sí es una utopía, porque simplemente no tiene ninguna posibilidad de funcionar sin violar derechos individuales (que son derechos humanos) y porque como el gobierno no produce nada sólo le queda seguir subiendo impuestos y seguir agregando leyes y regulaciones, y seguir robando hasta que no queden productores a quien robarles para mantener parásitos (los políticos y todos los no-productores de la sociedad que viven a expensas del gobierno), entonces el sistema se desmorona como podés ver claramente alrededor tuyo. Y esto es inexorable, no sólo aquí, sino para el resto de las sociedades democráticas: Estados Unidos ya va en nuestra misma dirección y Europa también. Por idénticas causas. La respuesta es la libertad, el principio de no agresión y la supremacía de los derechos individuales inalienables y absolutos. La respuesta es siempre: la libertad. Es el individuo contra lo colectivo.

Juan Perez

lunes, 7 de abril de 2014

BANDERA VECINAL Y SU POSICIÓN FRENTE AL LINCHAMIENTO POPULAR A DELINCUENTES



En los últimos días tanto el gobierno nacional como parte de la oposición y los distintos medios de prensa manifestaron su “alarma” por la creciente reacción de la sociedad frente a la delincuencia, que se traduce en que grupos ciudadanos atrapan a malvivientes en pleno intento de robo y los golpean, como repudio a su accionar criminal.

La actual presidente, a través de verborrágicas cadenas nacionales, condenó los hechos. Lo cierto es que Cristina Kirchner jamás hizo una cadena nacional por los miles de muertos a manos de los delincuentes que hubo a lo largo de la década “ganada”. De hecho, cabe recordar que para el oficialismo, la inseguridad sigue siendo un tema menor, casi inexistente, a tal punto que en connivencia con otros sectores políticos ha pergueñado un proyecto de nuevo Código Penal en el que todas las condenas se ven sensiblemente reducidas, especialmente aquellas que están vinculadas a los delitos de funcionarios públicos. Los homicidas, los violadores y los corruptos no merecen el reproche presidencial, ningún funcionario se solidariza con las víctimas, no hay cadenas nacionales ni propuestas serias de seguridad, pero si un par de ladrones son golpeados todos los resortes gubernamentales se activan y rápidamente hay jueces y fiscales que salen a perseguir a los ciudadanos. Los criminales, mientras tanto, reciben atención médica gratuita y en pocas horas quedan en libertad, aún cuando tengan frondosos prontuarios y existan motivos ciertos para presumir que retornarán al camino delictivo.

Respecto al tema de los linchamientos populares, parte de la oposición respaldó la postura condenatoria del kirchnerismo, aunque agregó que este fenómeno se debe a un “Estado ausente”. El problema radica en que esos supuestos opositores también forman parte del Estado, ¿o acaso Sergio Massa no fue jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, intendente de Tigre y actualmente Diputado Nacional? ¿O acaso Mauricio Macri no gobiena la Ciudad de Buenos Aires desde hace 7 años? ¿O es que los radicales se olvidan que tienen decenas de intendencias y algunas gobernaciones provinciales? Incluso los socialistas gobiernan la provincia de Santa Fe, y bajo su mandato el narcotráfico no para de avanzar. Estos presuntos opositores hacen los análisis como si ellos mismos no fueran parte del problema. La inseguridad no empezó con el kirchnerismo, simplemente se profundizó por la pésima administración que el actual gobierno lleva adelante.

Desde el punto de vista legal, es indudable que estos linchamientos no son válidos ni justificables, pero no podemos soslayar el hecho de que, aún así, gran parte de nuestra comunidad los respalda. ¿Por qué? La respuesta es contundente: porque la gente se hartó de la clase gobernante, de esperar respuestas o soluciones concretas ante el delito que jamás llegan, mientras los ciudadanos honestos son asesinados o agredidos día a día. Tal como en el año 2001 el pueblo salió a la calle a exigir que se vaya Fernando De la Rúa y escrachaba y perseguía a los funcionarios en sus barrios, hoy los argentinos no toleran más vivir en tierra de nadie. Si el Poder Ejecutivo está en manos de corruptos, y el Poder Legislativo está en manos de incapaces, la última esperanza era el Poder Judicial. Pero he aquí que los jueces condenan a los inocentes y protegen a los culpables. La mayor parte de los magistrados federales tiene causas por distintos tipos de delitos en los cajones del Consejo de la Magistratura, y por eso se han convertido en títeres del oficialismo. La Corte Suprema, que algunos pretendieron llamar “Corte de lujo”, demostró ser una pequeña conglomeración de nulidades como el impresentable Eugenio Zaffaroni, un auténtico protector de los delincuentes en la Argentina. Las cárceles, que deberían ser vigiladas por los jueces, se convirtieron en centros políticos del gobierno, donde La Cámpora recluta militantes y donde cualquiera se escapa sin mayores problemas. En Argentina, ya no hay castigo a los delincuentes.

Es muy difícil pretender que el pueblo se reconcilie con un Poder Ejecutivo encabezado por un gabinete o gavilla de millonarios que no pueden explicar sus fabulosos incrementos patrimoniales, con un Poder Legislativo que se vota para sí mismo aumentos de sueldo siderales, que tiene miembros con inmunidades cuasi monárquicas, y que sesiona poco y nada, y con un Poder Judicial inerte, con jueces que incluso gozan de privilegios inaceptables como el que sus sueldos no puedan ser alcanzados por ningún tipo de carga impositiva, como si hubiera ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.

Los linchamientos crecen porque el desamparo, la impunidad, la corrupción y el desánimo aumentan. El verdadero problema es que la gente no cree más en este modelo, y entonces toma el derecho de castigar a los criminales por mano propia. Reiteramos, no es una reacción válida en el plano formal y jurídico, pero para el pueblo, es legítima, porque es un recurso desesperado frente a la desprotección a que lo someten los poderes públicos. 

¿Cómo se puede revertir esto? Con un auténtico cambio de estructuras, no con un mero cambio de gobierno o de personajes, es decir, con un gobierno elegido por la ciudadanía que lleve adelante una verdadera revolución nacional y que le devuelva a los argentinos la fe en sus gobernantes y en sus instituciones, que limpie de cuajo la corrupción en todos los niveles y estamentos, que demuestre que está trabajando para la ciudadanía y no para el narcotráfico y los delincuentes de toda laya, que no sea una marioneta de intereses foráneos o corporaciones extranjeras. En síntesis: esto únicamente se revierte con un Gobierno Nacionalista.

Si la presidente Cristina Kirchner quiere terminar bien su mandato, debe tomar nota de la realidad y asumirla. No pretendemos imposibles, esto es, que se convierta en una patriota o en una persona honesta, pero si le queda un rasgo de sentido común, debería advertir que ni una, ni veinte ni cien cadenas nacionales van a transformar la realidad a sus caprichos o berrinches. Ya nadie quiere escuchar sus palabras, ni ver sus puestas en escena, ni leer sus incomprensibles mensajes por Twitter, la comunidad le exige una respuesta concreta al flagelo de la delincuencia, y lo verdaderamente alarmante es que el kirchnerismo no sólo no parece dispuesto a darla sino que protege y se ubica del lado de los marginales.

Los linchamientos no son más que otro síntoma del tremendo hartazgo social, y quizás el prólogo de una violencia mayor de  alcances insospechados. Está en el gobierno nacional la posibilidad de corregir rápida y diametralmente su rumbo, o asumir la responsabilidad de las consecuencias que vendrán.

Consejo Nacional
Partido BANDERA VECINAL
http://www.banderavecinal.org

Buenos Aires, 3 de abril de 2014