sábado, 15 de mayo de 2010

Tener Armonía


En nuestra vida diaria comúnmente nos encontramos con personas que nos comentan sobre sus planes, proyectos y las dificultades que enfrentan para lograrlos. Más aun, nos sorprende el hecho que nos comuniquen sobre su incapacidad de identificar la razón de sus tropiezos.

Si nos tomamos el tiempo necesario para compartir con ellos podremos darnos cuenta muy fácilmente que en realidad ellos mismos no tienen una idea clara respecto a como emprender lo que desean lograr. Es decir, nos hablan de sus ideas y vemos como se encuentran basadas en ideales, cuando nos cuentan sobre su plan para lograr lo que desean, encontramos entonces que no se ajusta a la realidad de sus ideas, contradiciendo algunas veces a sus pensamientos, y al verles obrar, nos percatamos que el camino que toman no es el más idóneo para alcanzar su propósito.

Es evidente entonces que estas personas piensan de una manera, cuando nos comentan estos mismos pensamientos pareciera que hablaran de otra cosa y al actuar dan la impresión de perseguir objetivos totalmente distintos a los que nos comunicaron. En otras palabras podrían beneficiarse de armonizar sus pensamientos, palabras y acciones.

Es importante establecer la relación que existe entre nuestros pensamientos, palabras y acciones. Cualquier pensamiento que surja en nuestra mente es una acción en potencia, nuestras palabras pueden darle o quitarle fuerza y de nuestras acciones depende que se concrete o no en hechos reales.

Las obras por lo general comienzan como simples ideas en la mente de alguna persona, quien al hablar de ellas, en forma positiva y con las personas correctas, las alimenta y así adquieren la fuerza necesaria para posteriormente facilitarle el emprender la acción y poder concretarlas.

Si podemos lograr armonizar nuestros pensamientos, palabras y acciones, podremos realizar un cambio notable en nuestras vidas, volviéndose estas más sencillas y facilitándonos alcanzar nuestras metas y el compartir con las personas que nos rodean; pues teniendo más armonía internamente es solo natural que esta se extienda a nuestro alrededor.

Lograr esta armonía es muy sencillo, solo necesitamos observarnos cuando pensamos, hablamos y actuamos, vigilando que exista concordancia entre lo que pensamos decimos y hacemos. Esto a su vez pone en relevancia patrones de conducta que hasta ahora pasaban desapercibidos y tal vez a la luz de esta nueva forma de ver la vida puedan parecernos deseables de mejorar, de ser así, estaríamos dando pasos adicionales para atraer la armonía a nuestras vidas.

Comienza entonces un proceso de crecimiento interno en el cual nos volvemos cada vez más conscientes de nuestra responsabilidad en relación a la calidad de vida en nuestro entorno y de la capacidad que tenemos para lograr un cambio si nos proponemos tan solo poner nuestro granito de arena para mejorarla.

Paz y Armonia



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viernes, 14 de mayo de 2010

Creciendo


En la vida crecemos biológicamente primero en el vientre de nuestra madre, posteriormente al parto comenzamos un periodo de crecimiento físico, pero a lo largo de toda nuestra vida estamos creciendo como seres humanos estimulados por las experiencias que vivimos a diario, y el crecimiento que podamos extraer de ellas está directamente relacionado a nuestra disposición de aprender y comprender el porque de cada una de las situaciones que se nos presentan en la vida, extrayendo de ellas el conocimiento suficiente que nos permita interactuar de manera más armónica con el medio que nos rodea.

Cada nueva situación que se nos presenta es un nuevo reto a vencer y por lo general, a menos que estemos repitiendo lecciones que hasta ahora nos a costado aprender, contiene elementos desconocidos para nosotros, planteándonos la posibilidad de enfrentarnos a nosotros mismos para vencerlos y de esta manera fortalecernos nutriéndonos de un nuevo conocimiento de nosotros mismos y de nuestra recién descubierta capacidad de enfrentarnos aun a lo desconocido y salir victoriosos.

Puede parecer extraño el hecho que se plantee la posibilidad de enfrentarnos a nosotros mismos cuando nos encontramos ante situaciones desconocidas o por lo menos lo suficientemente diferentes para hacernos dudar sobre si seguir adelante o retroceder, pero no lo es tanto si consideramos el hecho de que tal vez lo que nos impida actuar en el momento no sean más que nuestros propios miedos o falta de seguridad en nosotros mismos.

Si lo analizamos objetivamente podremos darnos cuenta que al enfrentarnos a una nueva situación podría incomodarnos el hecho de no saber a que nos enfrentamos y cual será su desenvolvimiento y esto podría paralizarnos a menos que nos armemos de suficiente valor y voluntad decidiéndonos a actuar. Que sucederá al enfrentarnos a una nueva situación es algo que no sabremos hasta que logremos superarla pues, por su mismo carácter novedoso, no tenemos de donde comparar, pero es una gran oportunidad que nos ofrece la vida para descubrirlo por nosotros mismos y así conocer un poco más de ella para ampliar nuestro conocimiento y de ser posible aplicarlo de forma práctica en nuestras vidas.

Algo que puede ayudarnos en el momento de enfrentarnos a este tipo de situaciones es el conocer que por lo general los resultados obtenidos son de la misma calidad de los medios utilizados para lograrlos, es decir si se emplean medios dignos no debería inquietarnos el tipo de resultados que obtendremos.

Si nos detenemos por un momento y analizamos nuestras experiencias pasadas podremos darnos cuenta que cada vez que nos enfrentamos a una nueva situación siempre encontramos una forma de superarla, entonces ¿porque detenernos ahora?.

Es importante considerar que en la vida lo único constante es el cambio, y que al final lo único de lo que nos arrepentimos es de aquellos riesgos que no nos atrevimos a tomar.


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miércoles, 12 de mayo de 2010

Aprendizaje


A lo largo de nuestra existencia terrena nos vemos enfrentados repetidamente a situaciones que podríamos considerar como muy difíciles de superar y tal vez hasta asfixiantes. Este tipo de situaciones por lo general se perciben como extremadamente pesadas desde el punto de vista emocional y tienden a hacernos sentir al límite de nuestra capacidad de resistencia, al extremo de llegar a creer que no podemos superarlas.

Si vemos la vida como una escuela para el desarrollo humano, este tipo de situaciones serían las lecciones que necesitamos aprender en determinado momento para avanzar a un grado superior de realización. Y a medida que avanzamos, las lecciones se ajustan a nuestro desarrollo para ofrecernos nuevas oportunidades de crecimiento. Por supuesto esto significa volverse cada vez más duras y exigentes a medida que vamos creciendo, y no podía ser de otra manera pues para poder conocer la dulzura de la victoria es necesario atravesar primero la amargura de la batalla.

Son precisamente estas las situaciones que nos hacen la vida interesante, que nos plantean retos, que nos ponen a prueba, que nos impulsan a dar lo mejor de nosotros mismos para demostrarnos que somos capaces de lograr cosas más grandes de lo que pudiéramos imaginar, y a descubrir esa capacidad que yace latente dentro cada ser humano y que permanecería dormida de no ser por contar con un estimulo que nos impulse a desarrollarla.

La manera en que se presentan estas situaciones es por lo general inesperada y su rango de acción es tan amplio como diferentes somos los seres humanos, pero tienen la peculiaridad de golpearnos justo donde más nos duele, sin la más mínima contemplación. Es aquí cuando comienza el aprendizaje, pues debido a lo inesperado de la situación por lo general nos encuentra desprevenidos dándonos la oportunidad de adaptarnos a ella sobre la marcha una vez que logramos levantarnos para seguir adelante. Mientras más rápido reaccionemos ante la nueva situación más pronto podremos superarla; es importante no desperdiciar tiempo y esfuerzo en lamentaciones pues estas no nos ayudan en nada y solo nos retrasan al distraernos de lo que debería ocuparnos.

Al enfrentar este tipo de experiencias, ayuda ponernos en contacto con nuestra nueva realidad de la manera más objetiva posible, pues el éxito depende en gran medida de la capacidad que tengamos para enfrentarnos a la verdad cara a cara y sonreírle, aceptándola como una oportunidad que nos brinda la vida para crecer y ser mejores.

A medida que aprendemos a aceptar estas situaciones como lecciones para nuestro desarrollo, nos volvemos capaces de agradecer la oportunidad que nos brindan y darles la bienvenida reconociéndolas como los maestros que son. Con el pasar del tiempo nuestro crecimiento nos hace capaces de reconocer que el peso que se coloca sobre nuestros hombros para mejorarnos nunca es mayor que nuestra fortaleza para soportarlo.

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martes, 11 de mayo de 2010

La Ley de Atracción


Voy a hablar de una ley que se hizo conocida a través de una película llamada "El secreto","La ley de la atracción" se puso en pie en todo el mundo.
¿Cuántos de los que estamos acá, nos gustaría tener una bendición? ¿cuántos necesitamos la bendición de cierta gente?, que ciertas personas vengan a nuestra vida. Oportunidades, bendiciones de recursos, bendiciones de trabajo, de puertas. Hay bendiciones por todos lados, y todas esas bendiciones Dios las puso cerca.
Soy de los que creen que Dios puso bendiciones los lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados y los domingos, soy de los que creen que enero, febrero, marzo, todos los meses, todos los días Dios puso bendiciones cerca nuestro para que las podamos tomar y para que las podamos disfrutar.
Esas bendiciones que Dios preparó, Dios las puso cerca, y nuestra tarea es lograr que esas bendiciones se acerquen a nosotros, es decir, yo tengo la capacidad de acercar las bendiciones que ya están puestas, o de alejarlas de mi vida.

Israel cuando estaba por llegar a la tierra prometida estaba a once días de camino, en vez de atraer esa promesa de la tierra, la dejó cuarenta años adelante, o sea Dios preparó hoy bendiciones para hoy, las podemos acercar y tomarlas o las podemos dejar para cuarenta años. No queremos dejarlas para más adelante, queremos que esas bendiciones que Dios ya puso, de recursos, de lugares, de situaciones de puertas de oportunidades, las podamos atraer.
Y la ley de la atracción dice: "que tenemos el poder de atraer", y esa ley es correcta, porque nosotros atraemos de acuerdo a lo que somos. David decía:" que un abismo llama a otro abismo". Hoy sabemos que la gente que se acepta y se quiere atrae a gente que se quiere, las solteronas se juntan con otras solteronas, las que dicen:"son todos casados",¿ a quiénes van a atraer?, a otras iguales que ellas, el drogón va a atraer a otros drogones, el chismoso se atrae con el chismoso, porque lo semejante atrae a lo semejante. Los estudiosos se juntan con otros estudiosos. Tenemos la capacidad para atraer o para alejar, por eso el loco, atrae a locos, el tonto a tontos y la gente de fe atrae a gente de fe, los soñadores nos hemos juntado hoy aquí todos los que amamos al Señor, porque atraemos lo que somos, y como estamos bendecidos, vamos a atraer todas las bendiciones para nosotros.
¿Cómo hago para atraer todas esas bendiciones? hay bendiciones que Dios te las va a poner cerca, pero no te las va a dar en tus manos, las va a poner cerca para que ejerzas el poder de atraerlas hacia tu vida, y todos los que estamos acá atraeremos los recursos, la gente , los contactos, la salud, la paz que necesitamos y todas las bendiciones que ya están puestas cerca nuestro.

1. Tener carácter atrae bendiciones

Cuando una persona tiene carácter, es quien es. Cuando sos quien sos, atraés bendiciones, cuando sos falso, vos alejás la bendición.
Un día el ángel le dijo a Jacob:"¿cómo te llamas?, y Jacob le dijo: Jacob, quiere decir tramposo, vos no sos Jacob, Jacob es lo que te dijeron, vos no estás siendo quién sos", el ángel le dijo:"vos sos un príncipe". Quiero decirte que vos no sos lo que te dijeron que sos, vos sos el príncipe que Dios ha creado, sos el conquistador, no sos el estigmatizado, no sos el rotulado, el loco, sos quien Dios ha dicho que sos , y cuando vos seas quién Dios ha dicho que sos, todas las bendiciones te van a alcanzar. Tener carácter atrae las bendiciones.
Leí que Yongui Cho, oraba cinco horas, y yo no podía orar tres minutos porque decía pavadas. Porque yo no tengo que ser Yongui Cho, tengo que ser quien Dios ha dicho que soy, y cuando una persona es como es, quien Dios ha dicho que es, atrae bendiciones. Vos tenés que ser el mismo en tu casa, afuera, arriba, en todos los lugares, porque cuando sos de una pieza, vas a atraer gente parecida a vos.

2. Estar comprometido, atrae las bendiciones.

¿Estás comprometido con algún sueño?, ¿estás comprometido con algo?, ¿hay algún sueño que hayas abrazado con todo tu corazón?, porque el compromiso te hace un áurea, te hace atractivo, no importa lo que hayas abrazado, pero que hayas abrazado algo grande que estés jugándote por eso, que digas:" yo abracé un sueño grande"; eso te va a dar autoridad.
Luther King decía:"Si barrés las calles, barrelas como pintaba Miguel Ängel, barré las calles como componía Beethoven", si te vas a jugar por algo comprometéte al ciento por ciento, y vas a atraer soñadores comprometidos a tu vida, vas a traer sueños grandes, vas a atraer recursos grandes, porque la gente que se juega atrae las mejores bendiciones. ¿Cuánta gente se va a jugar?.
Yo no fui llamado a hacer feliz a los demás, sino a cumplir mi llamado. Dios no te va a preguntar en el cielo ¿a cuántos hiciste feliz?, Dios te va a decir: ¿Abrazaste los sueños que yo puse en tu corazón? ¿saben lo que me dijo el Señor?,"Bernardo: una de las más grandes bendiciones cuando vos te jugás por mi sueño, es que alejás a los molestos".
¿Cuántos conocen gente molesta?
Hay gente que son como mosquitos, "y cómo, y qué, y cuándo", no vivimos para analizar a otros, sino para alcanzar el destino que Dios puso en nuestro corazón.
Las tareas importantes, Dios se las da a la gente comprometida con algún sueño, tenés que abrazar algún sueño y jugarte por eso, y hasta que no abraces un sueño, no vas a traer grandes bendiciones, pero cuando abrazás un sueño, los problemas son oportunidades para subir y las piedras son escalones para que lo alcances, y las dificultades son liberadores de tu potencial. Por eso, jugate por algo y vas a atraer a la gente parecida a vos.
Si me comprometo con los sueños que Dios me ha dado, atraeré las bendiciones. Este ministerio está comprometido y vamos a cumplir el sueño de Dios: tener la gloria completa en toda la Argentina, traeremos un avivamiento, ¿cuántos están comprometidos con eso?

3. Capacitarse atrae las bendiciones

Cuando uno se prepara, se supera. La gente te tiene que ver y compararte con dos meses atrás y verte crecido; que en tu agenda haya horarios para prepararte, para hacer cursos, que haya desafíos nuevos, de capacitarte, porque un buen médico atrae, cuando uno está enfermo busca a los mejores, ¿quiénes son los mejores? los que se capacitaron. Los mejores vendedores, cobran más, pero a vos no te pagan por trabajo, sino por resultados. Cuando una persona se supera, llena los días de capacitación excelente, suma experiencia, atrae el mejor conocimiento para su vida, quiere seguir creciendo, esa persona atrae las mejores bendiciones. Cuando nos invita el intendente de una ciudad es porque la capacitación permanente que vamos teniendo, hace que se nos abran las puertas, que podamos llegar y decirles:"miren acá tenemos esto preparado, nos estamos superando, los cristianos nos preparamos, somos gente que nos estamos preparando para gobernar esta tierra por Dios".

4. La química atrae.

Cuando una persona sabe tener química con la gente, atrae. La soledad es una maldición, porque Dios nos rodeó de bendiciones, no podemos estar solos, si estamos solos es porque no estamos atrayendo todas las bendiciones que Dios nos ha puesto. Y cuando uno tiene química, hacer sentir bien al otro.
A nosotros nos enseñaron a predicar atacando:"Se van a ir todos al infierno". Nos enseñaron a atacar, en vez de hacer química, de hacer sentir bien a los demás. La gente me ve de acuerdo al aprecio que le demuestro. ¿Entonces, qué tenemos que hacer?
Hay personas que no lograron avanzar aunque tienen compromiso, capacitación, pero no saben tener química con la gente. Cuando tenés química vos atraés gente y hay puertas que se te abren.
Cuando José fue a faraón, éste era un loco, un panteísta, creía que los mosquitos eran Dios, faraón creia que las ranas eran Dios, y que él era Dios. Cuando José se le apareció, no le dijo :"Faraón, te vas al infierno, inmundo", le dijo:"Dios el creador, te ha revelado un sueño, faraón, y yo estoy acá para interpretártelo, y si hacés esto, Egipto no se va a hundir, tenés que buscar a alguien que te ayude", y faraón supo hacer química.
Todos los periodistas que hemos hablado, todos tienen prejuicios con los pastores, y todos con los que nos hemos encontrado nos han tirado algo para ver nuestra reacción. En un momento de un reportaje me dicen:"yo soy budista", "muy bueno", le dije, y me mira y dice:"eso es interesante, pero vos sos cristiano, no sos budista", "a mí, me gustan los budistas, le digo",¿ sabés por qué me gustan los budistas?, porque los budistas aman el evangelio de Juan, así que yo, si estoy con budistas, me gustaría que leyéramos el evangelio de Juan, y el hombre me dijo:" ¡qué interesante lo que estás diciendo!".
Un intendente también nos abrió su corazón, para que podamos bendecir esa ciudad.
No es perder nuestros principios, no es acomodarnos, es tener onda, química, tené química con la gente y vas a atraer las bendiciones.

5. La gente libre interiormente, atrae las bendiciones.

Cuando vos estás libre en el corazón, por eso sanidad interior es tan importante, estás libre por dentro, atraés bendiciones, porque sos una persona sencilla, la gente sencilla atrae, la gente complicada, aleja.
¿Cuántos se juntaron con alguien que te taladra el cerebro?, "porque a mí me molestó, cuando me dijiste esto". Si lo hago difícil, es difícil, y si lo hago fácil, depende de vos.
La persona libre interiormente da por el placer de dar, no da porque quiere manipular y esperar algo a cambio, da porque le encanta dar, conecta, bendice, siembra palabra, siembra amor, escucha a los demás, porque estamos libres, porque nuestra fuente es Dios, y cuando uno está libre, las cosas te van a seguir donde quiera que vayas.
La gente libre es divertida, toma un mal momento y lo hace un momento divertido, una burla y lo hace una broma, toma un momento de presión y lo transforma en diversión. Todo lo que hagas tiene que estar marcado por la diversión. Cuando uno está contento, eso es señal de que uno está libre , por eso a los amargados Dios no los usa.
Grandes hombres en la Biblia se quejaron, quedaron fuera del plan de Dios, porque Dios es divertido, y Dios atrae a la gente que es divertida como Él.
Carácter, compromiso, prepararse, química, ser libre. Me lleno del Señor y atraigo todas las bendiciones.
Estaba David, llega a la ciudad y ve humo por todos lados, el enemigo se había llevado todo, cuando llegan ven que no había nadie, todo prendido fuego, se ponen a llorar, a gritar, dice la Biblia que "lloraron hasta quedarse sin fuerza",y en un momento la gente se enojó tanto que agarró las piedras para matar a David, y cuando lo estaban por matar en medio del llanto, del grito, porque el enemigo había desolado todo, ¿saben lo que hizo David?, se fortaleció en el Señor. David dijo:" yo voy a recuperar lo perdido, si yo me lleno del Señor, lo voy a atraer"
Acá está la revelación: Todo lo que yo le entrego al Señor ¿de quién es?, yo le consagro algo al Señor, es del Señor, yo me lleno del Señor y atraigo a todo lo que es de Dios.
¿Vos no tenés coche?, entregáselo al Señor, ¿no tenés casa?, entregásela al Señor, ¿perdiste algo?, entregáselo al Señor, y llenáte del Señor porque lo semejante atrae a lo semejante. David se fortaleció, dice:" todo lo que me habían quitado, te lo había entregado a tí, Señor, ¿Lo voy a perseguir o no lo persigo?", y el Señor le dijo:" Lo vas a perseguir, y todo lo que te fue quitado lo vas a recuperar porque lo que te quitaron me pertenece a mí, y como vos me invocaste, todo lo mío va a volver otra vez".
¿Han entendido eso?
Por eso dice que cuanto más presión, más expansión, cuando hay pobreza viene expansión, cuando hay dolor, viene expansión, cuando hay enfermedad viene expansión, porque nuestro ADN es un ADN de victoria.
De todo lo que perdiste, nada se ha quemado, está en las manos equivocadas, y vamos a ir a tomar para que vuelva a nosotros, porque lo que hemos perdido, lo vamos a consagrar al Señor, vamos a consagrar a nuestros hijos, nuestro futuro, lo que no tenemos, y nos vamos a llenar de Él, y vamos a salir detrás de aquello que perdimos.
Dice que David salió, con seiscientos hombres, a la mitad del camino doscientos no aguantaron, pero los cuatrocientos fueron, y cuando llegaron Dios les había entregado todo, recuperaron todo, toda cosa pequeña y toda cosa grande fue recuperada por David.
Todo lo que es pequeño y grande que hemos perdido, lo vamos a recuperar otra vez. Eso que vos le entregaste al Señor es una semilla que va a trae una cosecha para vos y para la próxima generación.
Estaba una mujer llamada Abigail, casada con un hombre tonto, y David lo iba a matar, y Abigail le dijo:"Señor, no mates a mi marido", se llama Nabal, tonto, no lo mates, y el Señor bendecirá tu casa. Abigail le dijo:"Si vos sembrás esta semilla en mí, tus hijos la van a cosechar", y David le perdonó la vida y la despidió con paz. Y el hijo de David se llamó Salomón, que quiere decir Paz. Porque David sembró y lo cosechó su hijo.
Todo lo que nosotros sembremos lo vamos a cosechar. En parte nosotros y en parte las próximas generaciones, nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros bisnietos, porque todo lo que consagramos al Señor es de Él. Y cuando David se fortaleció en el Señor, salió a buscarlo. Todo volvió otra vez a su mano. David dice: "Tu adiestras mis manos para la batalla, y el arco de bronce está en mis manos", el arco del franco tirador, era el arco que tenía doce flechas, era el arco de los que iban adelante. David dijo:"vos me vas a dar el arco del franco tirador, cada cosa que yo haga voy a dar justo en el blanco, no voy a tirar flechas al montón, no voy a jugar a la piñata a ver cuando le pego, vos me vas a dar la exactitud".
Yo quiero decirte que así como vino ese hombre a buscar a Alejandra y abrió una puerta para bendecir a Latinoamérica, la gente va a venir, porque vamos a atraer gente, Dios nos va hacer brillar, todo lo que perdimos volverá otra vez.
Los que han perdido seres amados, los van a recuperar, porque la promesa es:"El que cree en mí, aunque esté muerto vivirá". Todo lo que Dios nos ha prometido vendrá otra vez a nosotros, vienen días extraordinarios.
David, recuperó todo lo perdido y tomó el botín, se lo dio a los que habían quedado a mitad de camino. Viene una ola de apartados que quedaron a mitad de camino porque se cansaron, pero vamos a ir nosotros y vamos a llevar bendición para sus vidas, porque nosotros hemos seguido y hemos recuperado todo, y no es sólo para nosotros, sino también para nuestros hermanos en la fe. Preparáte porque vamos hoy a consagrarle a Dios todo, casa, coche, salud, hijos, presente, futuro, sueños, gloria, lo que se fue se lo damos. Nos llenamos de Tí y salimos a buscar todo lo que es tuyo, atraeremos gente, recursos, oportunidades, salud, gozo, hijos, padres, gloria, propiedades, y todo lo que hagamos nos saldrá bien.
Dios permite la presión para que uses las alas que te dio, para que estés en movimiento, para que salgas de la zona de confort, por eso, David tuvo que correr, y juntar a su gente, y bendijo a los que quedaron a mitad de camino, pero también mandó regalos para todos lados.
Seremos repartidores de bendición, donde vayamos dejaremos presentes, la gente quedará agradecida porque viene la iglesia que va a dar palabra, bendición, vamos a recuperar todo lo que hemos perdido. Y a veces vamos a lograr cosas nuevas.
Leí que Joel Hostin, en la iglesia más grande de los Estados Unidos, había perdido la pila del reloj, y fue a la relojería a comprar la pila, ahí conoció a la que hoy es su esposa, y él cuenta que perdió una pila, pero encontró una esposa.

Dios va a usar todas las cosas, todas las situaciones, para que encontremos una bendición.


Había dos basquetbolistas que tenían que viajar pero perdieron el vuelo, y tomaron otro vuelo. Un loco le pegó al piloto, y estos hombres lo pararon, y dieron gracias al Señor, porque los puso en ese vuelo para evitar que la gente se muera, porque cuando perdamos algo, Dios nos va a dar algo nuevo.

Activá el sentido de gran expectativa, porque todos los días será una aventura con el Señor. Llenáte del Señor cuando te quedes sin pila, algo más grande vamos a lograr y todo lo que hagamos nos saldrá bien.

por Bernardo Stamateas

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lunes, 10 de mayo de 2010

El ida y vuelta de nuestras acciones


Pocas veces en nuestras vidas nos detenemos a considerar las posibles consecuencias de las acciones que realizamos, en algunas ocasiones, hasta inconscientemente. Dentro de estas acciones podemos incluir desde un simple gesto o palabras no meditadas hasta agresiones físicas en contra de otras personas.

El comprender porque algunas personas actúan de la manera que lo hacen se nos facilita si tomamos en consideración el trasfondo que en la mayoría de los casos se encuentra en su subconsciente, el cual muchas veces puede ser una gran frustración o sentimiento de impotencia ante situaciones de la vida, y como consecuencia se deshacen de toda esta carga emocional sobre aquellas personas allegadas, que alguna vez se atrevieron a vivir la experiencia que ellas dejaron pasar o simplemente no se les presentó por más que la anhelaron.

Es importante tomar en consideración que somos responsables de cualquier acción emprendida por nosotros aunque lo hagamos de una manera inconsciente y las consecuencias de estas son también nuestra obra, pues por una ley natural e inviolable de la vida todo lo que sale de nosotros se nos regresa multiplicado.

Tomando esto en consideración estamos en posición de preguntarnos si estamos sembrando lo que esperamos cosechar o si por el contrario podríamos arrepentirnos más adelante por los pensamientos, palabras y acciones profesados hoy. Cabe también preguntarnos si nuestra situación actual, en caso de no resultarnos agradable, podría ser consecuencia de nuestras acciones pasadas.

Si nos detenemos por un momento para reflexionar sobre porque nos encontramos en las situaciones que vivimos actualmente y logramos establecer una relación entre estas y nuestro comportamiento pasado, podremos darnos cuenta que tenemos las riendas de nuestras vidas en nuestras manos y que siempre ha sido así, solo que hasta ahora no nos habíamos detenido a pensar en eso.

Esto podría significar una gran ventaja en nuestras vidas, pues nos volvería conscientes de la trascendencia de lo que hasta ahora considerábamos como acciones sin importancia y pondría a nuestro futuro en perspectiva al verlo desde un punto de vista tan amplio que considere a todo y a todos los que nos rodean como parte integral de un plan común para nuestro crecimiento y desarrollo holístico.

A partir de este momento cada situación en la vida se convierte en una oportunidad para probarnos a nosotros mismos, para ver si somos capaces de resistir la tentación de dejar fluir los primeros impulsos que nos inciten a actuar, y así mejorarnos aprovechando cada oportunidad para crecer que se nos ofrece.

Comienza entonces un periodo de nuestras vidas en el cual nos volvemos conscientes de la relación que existe entre nuestras acciones y sus reacciones, permitiéndonos moldear nuestro comportamiento acorde con lo que esperamos recibir de la vida.

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domingo, 9 de mayo de 2010

Leyenda: lo que nadie te puede enseñar

Era una vez un rey que había ya decidido entregar en herencia el reino a su hijo y entonces lo que hizo fue confiárselo a un ermitaño, que tenía fama de ser un buen pedagogo, para que le diera los últimos retoques. Por así decirlo.


Pasó con él una temporada larga y al regreso el padre, el rey, le hizo una pregunta:

- dime una cosa: ¿te ha enseñado lo que nadie te pueda enseñar?

y el príncipe se quedó así un poco... perplejo, pero enseguida dijo:

- no, no, no... porque todo lo que me ha enseñado yo lo puedo decir, yo lo puedo comunicar, yo lo puedo expresar... me dijo que había que ser justos, que había ...


Entonces el padre le dijo:

- mira has de volver al ermitaño y le has de decir que no regresarás aquí y que no herederas el reino, mientras no te enseñe, lo que nadie te puede enseñar.


Así que fue otra vez al ermitaño y le dijo:

- mi padre me dice esto, que mientras no me enseñe lo que nadie me puede enseñar que no vuelva.


Ah sí - dijo el ermitaño - pues mira, ahí detrás de la casa hay una vacada, son 500 reses, cógelas y vete a pastarlas hasta el último valle, hasta la última montaña, hasta la sierra más lejana del reino, y no regreses ¡hasta que no sean 1000 cabezas! ¡No quiero verte por aquí mientras no se multipliquen y no sean por lo menos 1000 cabezas!.


Dice la leyenda que cogió las vacas y se fue a pastar.


Y ya en la lejanía comenzó una vida singular, una vida originalísima, porque realmente no tenía nadie con el que discutir, ni tener que comunicarse, ni con el que cuestionar nada, no tenía nadie con el que rivalizar, ni hacerse protagonista de algo... una vida de silencio y sin proyectos... ¡hasta que sean 1000 vacas... pues... queda tiempo!.


Se volvió, dice la leyenda, casi, casi, una vaca. Sin hablar con nadie, sin discutir, sin anhelar, sin pretender, sin ansiar, sin angustiarse... -se angustia uno cuando hay una cosa inmediata que hacer o que responder a ello, pero cuando no hay nada- pues... se quedó como una vaca. Y dice la leyenda que con el paso del tiempo las vacas le hablaron.


Las leyendas suelen ser muy hermosas porque muestran el mundo como debería de ser, por eso es el gerundio: "leyenda". Es un gerundio que muestra un poco, como el mundo realmente debería de hacerse presente a nosotros.


Total que le hablaron las vacas... (por eso digo que son tan hermosas -las leyendas- porque la verdad es que en este mundo deberíamos de poder hablar con las vacas y con un árbol y con un pájaro y con una estrella y con el agua de una fuente... y con todo, sería maravilloso poder tener una conversación y una comunicación con todo ¡no!) y las vacas le dijeron:

-oye, que ya somos 1000. Aquí estamos ya incómodas. Nos dijeron que cuando fuéramos 1000 que volviéramos.

Dijo: ah sí, pues ¡venga vamos para casa!


Y regresaron para casa, cuando ya estaban llegando, el ermitaño dice que todos los días se ponía a otear, a ver si... a ver si regresaban. Efectivamente, un día vio que venía una vacada larga, larga, larga... muchas vacas y bajó corriendo, detrás de la vacada, allí venía el príncipe, que era como otra vaca. Era un hombre distinto, venía un hombre pues... en el que todo su semblante y toda su presencia pues reflejaba su inocencia, su falta de pretensiones, su falta de egoísmo, su falta de ... afanes que le mantuvieran tenso o preocupado.


Así que le dio un abrazo y le dio la enhorabuena y le dijo:

-yo creo que ya has aprendido, lo que nadie te puede enseñar.


Hay cosas que nadie nos puede enseñar, sólo el silencio nos las enseña. Porque se nos puede decir de palabra, pues... sé generoso, no seas egoísta... todas esas cosas y ¡está bien! pero, mientras no nos lo enseñe nuestro corazón... pues no hay nada que hacer.

Extraído de:Escuela del Silencio, autor José Fernández MORATIEL, www.dominicos.org/manresa/silencio

Fortaleza


En algún momento a lo largo de nuestras vidas se nos plantea la necesidad de enfrentarnos a nosotros mismos y vencer cualquier debilidad que llevemos dentro y que hasta ahora nos ha limitado para ser plenamente quienes somos.

Puede parecer extraño el hecho de plantearnos tomar este camino, pues la cultura actual nos orienta siempre hacia nuestro exterior y con el pasar del tiempo, de manera imperceptible, dejamos de mirar hacia adentro. Y es precisamente allí donde se encuentran los temores que nos neutralizan y no nos permiten actuar.

Una vez llegado este momento en nuestras vidas mientras antes nos decidamos a actuar más fácil podremos superar la situación, pues de otra manera comienzan a generarse eventos que de una forma u otra nos enfrentan con aquello que llevamos dentro y necesita que le prestemos atención. Estas situaciones tienden a repetirse una y otra vez hasta que por fin las superamos y entonces se disuelven para permitirnos seguir adelante. De alguna manera estas situaciones son como lecciones que nos da la vida y se repiten hasta que logremos aprobarlas.

Cuando finalmente nos decidimos a enfrentar la situación que tenemos a mano por primera vez, es natural sentirse como al borde de un precipicio, pues nos enfrentamos a lo desconocido y no sabemos que nos vamos a encontrar. Si reconocemos que el solo hecho de atrevernos a pararnos al borde de este y mirar hacia abajo es ya en si un acto de valentía, pues es más fácil vencer cualquier obstáculo externo que enfrentarnos a nuestras propias debilidades, podremos fortalecernos lo suficiente para atrevernos a saltar.

Después del primer salto nos damos cuenta que realmente no teníamos nada que temer, pues lo único que encontramos al llegar al fondo son una voluntad, confianza y seguridad en nosotros mismos fortalecidas y podemos ver que la caída realmente no es libre, pues está sustentada por todas nuestras experiencias anteriores y nos son sumamente útiles para salvar obstáculos sin importar que tan novedosos puedan ser.

A partir de este momento comienza una etapa de crecimiento personal desde el punto de vista humano que nos fortalece día a día a medida que nos decidimos a superar nuestras propias limitaciones enfrentándolas sin dudar, tan pronto como podemos identificarlas. Puede facilitarnos mucho el proceso el mantenernos con una mente abierta y dispuestos a aceptar ideas nuevas por muy diferentes que pudieran parecer en principio a lo que ya conocemos y aceptamos como valido.

Podemos darnos cuenta que en realidad siempre hemos tenido una gran fortaleza dentro de nosotros, solo que hasta ahora habíamos elegido identificarnos con nuestras debilidades. Si logramos invertir el proceso, el cielo se convierte en el único limite que podríamos tener y comenzamos a cambiar nuestras vidas para mejorarlas cada día.

Fortaleza es también ser capaces de aceptar que tal vez podemos habernos equivocado al elegir el sendero y rectificar mientras estamos a tiempo.

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