jueves, 2 de junio de 2016

Síndrome de la Mitad del Año

 “Síndrome de la Mitad del Año”, esa sensación que oscila entre el “recién” y el “ya”.

 ¿Avanzamos lo suficiente con los proyectos que nos propusimos en enero? ¿Estamos preparados para hacerlos avanzar más y mejor? ¿Qué controles debemos ajustar, qué esfuerzos extras tenemos que hacer para llegar a diciembre con más satisfacciones?

Podemos decir que perdimos medio año, pero también podemos sentir que la experiencia lograda en estos meses, lo que aprendimos, puede servirnos de impulso y de guía para llevarnos más rápidamente al propósito que buscamos.
Porque, en definitiva, se trata de seguir construyendo el futuro con las herramientas que vamos obteniendo y las habilidades que vamos adquiriendo, a veces acertando, a veces equivocándonos.

Te comparto cuatro consejos simples recomendados por los especialistas, aptos para esta época del año, o cualquier otra.

1. Visualización:
Hacete una imagen de cómo querés que sea, cómo te sentís en ese futuro, con quién y cómo estás. Algunos coachers aconsejan realizar un panel de visualización, recortar fotos de revistas, dibujar, escribir, y tenerlo siempre cerca, porque todas tus acciones deben ir acorde a ésta visión.


2. Traer el futuro al presente, pero no desde tu pasado.
La idea es que ya comiences a comportarte sintiéndote en ese futuro que querés, por ejemplo, si te ves feliz, alegre, seguro y confiado, debés empezar a serlo, como en ese futuro.
Pero no lo traigas desde tu pasado, porque para construir un futuro distinto posiblemente debés hacer cosas distintas a las que hiciste en tu pasado, aprender cosas distintas.


3. Nadie dijo que fuese fácil.
Antes de emprender un nuevo viaje hacia lo desconocido te asaltarán las dudas, los miedos, las inseguridades, pero es algo con lo que todo constructor de futuro debe acostumbrarse porque siempre van a ser compañeros de viaje en todo comienzo.
Pero todo es empezar, hay que dar el primer paso y mientras más pasos demos más pequeños se irán haciendo nuestros miedos.


4. Rodeate de gente que esté en tu misma situación.
Juntate con personas que desprendan entusiasmo, positivismo, que te acompañen, te ayuden, te animen, que sumen.  Pero no te olvides de lo más importante: vos tenés que ser  una de esas personas con las que te gustaría rodearte, con las que te gustaría compartir, de esas personas que propaguen el virus de la felicidad.


Me despido con una frase del gran Nelson Mandela:  “Siempre parece imposible hasta que se hace”.