lunes, 10 de mayo de 2010

El ida y vuelta de nuestras acciones


Pocas veces en nuestras vidas nos detenemos a considerar las posibles consecuencias de las acciones que realizamos, en algunas ocasiones, hasta inconscientemente. Dentro de estas acciones podemos incluir desde un simple gesto o palabras no meditadas hasta agresiones físicas en contra de otras personas.

El comprender porque algunas personas actúan de la manera que lo hacen se nos facilita si tomamos en consideración el trasfondo que en la mayoría de los casos se encuentra en su subconsciente, el cual muchas veces puede ser una gran frustración o sentimiento de impotencia ante situaciones de la vida, y como consecuencia se deshacen de toda esta carga emocional sobre aquellas personas allegadas, que alguna vez se atrevieron a vivir la experiencia que ellas dejaron pasar o simplemente no se les presentó por más que la anhelaron.

Es importante tomar en consideración que somos responsables de cualquier acción emprendida por nosotros aunque lo hagamos de una manera inconsciente y las consecuencias de estas son también nuestra obra, pues por una ley natural e inviolable de la vida todo lo que sale de nosotros se nos regresa multiplicado.

Tomando esto en consideración estamos en posición de preguntarnos si estamos sembrando lo que esperamos cosechar o si por el contrario podríamos arrepentirnos más adelante por los pensamientos, palabras y acciones profesados hoy. Cabe también preguntarnos si nuestra situación actual, en caso de no resultarnos agradable, podría ser consecuencia de nuestras acciones pasadas.

Si nos detenemos por un momento para reflexionar sobre porque nos encontramos en las situaciones que vivimos actualmente y logramos establecer una relación entre estas y nuestro comportamiento pasado, podremos darnos cuenta que tenemos las riendas de nuestras vidas en nuestras manos y que siempre ha sido así, solo que hasta ahora no nos habíamos detenido a pensar en eso.

Esto podría significar una gran ventaja en nuestras vidas, pues nos volvería conscientes de la trascendencia de lo que hasta ahora considerábamos como acciones sin importancia y pondría a nuestro futuro en perspectiva al verlo desde un punto de vista tan amplio que considere a todo y a todos los que nos rodean como parte integral de un plan común para nuestro crecimiento y desarrollo holístico.

A partir de este momento cada situación en la vida se convierte en una oportunidad para probarnos a nosotros mismos, para ver si somos capaces de resistir la tentación de dejar fluir los primeros impulsos que nos inciten a actuar, y así mejorarnos aprovechando cada oportunidad para crecer que se nos ofrece.

Comienza entonces un periodo de nuestras vidas en el cual nos volvemos conscientes de la relación que existe entre nuestras acciones y sus reacciones, permitiéndonos moldear nuestro comportamiento acorde con lo que esperamos recibir de la vida.

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