jueves, 11 de febrero de 2010

EL ANTIDEPRESIVO IDEAL


La Delfinoterapia también está sirviendo de gran ayuda en la recuperación de las
depresiones. El médico Británico Horace Dobbs, creador del International Dolphin
Watch cuenta la historia de Bill Bowell en la revista de la institución
–Dolphin- de marzo de 1998, explicando como en 1974, poco después de un infarto
de miocardio, fue acusado de un crimen que no había cometido, siendo
encarcelado. Si bien no tardó en probarse su inocencia, la experiencia carcelaria quedó impresa en su mente, cayendo en una profunda depresión. Durante varios años visitó distintos especialistas, que no consiguieron que Bill encontrara ninguna mejoría. Su estado era de tal gravedad que le fue concedida una pensión por incapacidad definitiva al no poder trabajar ni hacerse cargo de responsabilidades importantes. Llegó a considerarse inválido y vivía en lo que él mismo describía como un pozo negro.

Sus primeras vacaciones las tomó después de 17 años, cuando en compañía de su
familia embarcó en el yate del Dr. Dobbs para conocer a Simo, un delfín salvaje
que frecuentaba las aguas de la cosa de Pembrokeshire, al norte de Gales. El Dr.
Dobbs pidió a Bill que se subiera al pequeño bote pegado al barco para estar más
cerca del agua cuando apareciera Simo. Así lo hizo y cuando el delfín apareció,
se acercó al bote y Bill pudo acariciarlo. Seguidamente, el médico le pudo
convencer para que se enfundara un traje de goma y se introdujera en el agua al
lado del delfín. Una vez en ella, el delfín fue acercándose poco a poco a Bill
hasta que, en muy poco tiempo los dos flotaban tranquilamente en el agua, uno al
lado del otro. Dobbs Y LA FAMILIA De Bill observaron hipnotizados la escena:
ambos mamíferos estaban haciéndose amigos. Al cabo de un rato, cuando Bill
volvió a subir al bote de goma, una amplia sonrisa se dibujaba en su rostro, la
primera tras tantos años de oscuridad. A partir de entonces, las sesiones de
natación de la curiosa pareja se repitieron a menudo y los testigos de esta
relación describieron el cambio en Bill. De esta forma surgió la Operación
Sunflowers, un proyecto de investigación de las habilidades terapeúticas de los
delfines. Dobbs cuenta que todos sus trabajos con los delfines los hace contando
con una empresa de televisión para tener un registro visual al final del
estudio. Precisamente dos cadenas británicas, la Pentagon Comunication y la TVS,
fueron las que le facilitaron los medios para proseguir sus investigaciones
sobre el efecto curativo de los delfines en la depresión. En esta ocasión se
desplazó a las costas de Irlanda, el territorio donde se movía un solitario
delfín, Funghie, que solía jugar con todas las personas que se le acercaban.
Además del mencionado Bill Bowell, Dobbs puso en contacto a Funghie y Jemina
Biggs, quién sufría anorexia nerviosa, y a Neil Jackson que sufría una fuerte
paranoia. Se mostró como se comportaba el delfín cuando estos tres pacientes
depresivos se acercaban a él y nadaban juntos. Asimismo, reflejaba el
comportamiento de estos y sus reacciones; los tres pacientes manifestaron sentir
un gran avance en su proceso curativo.

DELFINES VIRTUALES : EL CIBERDELFIN

El norteamericano David Cole, Fundador del Aqua Thought Foundation, en Torrence,
California, (http://aquathought.com) ha desarrollado una experiencia de realidad
virtual llamada Cyberfin, que según sus propias palabras es lo más cerca que se
puede estar de un delfín sin mojarse. Cole y sus colegas diseñaron este programa
para simular el encuentro fuera del agua con un delfín, con la esperanza de poder reproducir las ondas cerebrales que se generan en los seres humanos después de nadar con ellos.

Un primer prototipo fue presentado al Congreso SIGGRAPH en Orlando, Florida, y
consiste en proporcionar todas las imágenes, sonidos y lo que es más importante,
la intensa sensación de un encuentro submarino con los delfines. Para
experimentar el Cyberfin hay que tumbarse sobre un colchón relleno de cristal
líquido; luego, por medio de unas gafas de realidad virtual, se ve una escena
submarina en tres dimensiones sobre un monitor. Los sonidos melancólicos de los
delfines provienen de unos altavoces situados al lado de los oídos. Pues bien,
cuando el sonido está ejerciendo ya una poderosa influencia en el cuerpo del
sujeto, se presenta a los cetáceos jugando antes los ojos del espectador,
apareciendo y desapareciendo de la vista. Uno de ellos nada al lado de su cara,
mirándole directamente a los ojos; poco después, uno s encuentra nadando entre
los delfines alrededor de un arrecife submarino. Transcurrido un lapso de
tiempo, los delfines rodean al sujeto para despedirse. Al terminar el
experimento, la mayoría de las personas afirman sentirse eufóricas y cansadas,
como si realmente hubieran estado nadando con los delfines. Según el Dr. Cole,
el impacto de un encuentro real con delfines se debe a la energía
ecolocalizadora del animal, es decir, el sonar que estos mamíferos emplean para
navegar en el mar. Cole cree que esta energía, de una intensidad de 2000 watios,
tiene que ver con el poder de sanación de los delfines. "Esa energía- afirma- es
suficiente para provocar cambios en las membranas celulares, afectando a las
biomoléculas. Se podría reorganizar por completo un organismo vivo empleándola".

El equipo del Dr. Cole trabaja actualmente en las aplicaciones terapéuticas de
Cyberfin y creen que puede usarse como complemento de la Delfinoterapia
convencional y como terapia recreativa en los hospitales. El director del Aqua
Thought, David Warner, un neurocirujano del Loma Linda Children´s Hospital, en
California, ha empleado un prototipo del Cyberfin para terapia recreativa en sus
pacientes con cáncer y en el post-operatorio. Según el Dr. Warner, la
experiencia es agradable, relajante y positiva, y ayuda a los niños a olvidar
sus problemas y su dolor.

A pesar de los positivos resultados de sus experimentos, tanto el Dr. Cole como
el Dr. Warner, son conscientes de que el muy difícil simular el efecto delfín
por completo, ya que es imposible reproducir la capacidad de estos cetáceos para intuir el estado anímico de cada persona que se les acerca.

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