martes, 7 de febrero de 2012

MARCAS COMERCIALES QUE USAN PRODUCTOS MONSANTO.

Noticia publicada recientemente por Fernando de Stop Secrets, y que debido a su importancia en cuanto a su contenido y marcas que se nombran, todas ellas usan productos del diablo Monsanto, lo público aquí para su conocimiento. Seria interesante pasar esta lista a todo el mundo que conozcan, que la gente se acostumbre a leer las etiquetas que contienen productos raros, aditivos, conservantes y colorantes. Empecemos a rechazar estos venenos, y si debemos comer menos, al menos que sea con calidad y salud. Empecemos a boicotear los productos de Monsanto, permitidos por Sanidad y el Gobierno, el nuestro y el de muchos países.

La filosofía corporativa de Monsanto radica en un tratamiento denigrante para la tierra y para la ancestral práctica de su cultivo. Sus metas monopólicas en torno al alimento de la sociedad contemporánea, su voracidad comercial, y el aniquilamiento de los mercados locales, así como de los productores independientes, parecen conformar la Biblia de acción de esta reprobable corporación.

En Pijama Surf hemos intentado cubrir, y por lo tanto denunciar, algunas de las acciones de estos agroreptiloides:

Le dimos, y continuaremos dando, seguimiento a las reiteradas tentativas de Monsanto por penetrar, a través de sus productos transgénicos, la producción de maíz en México, complementando la cobertura con la publicación de una “Guía práctica para entender la problemática del maíz transgénico”.

Denunciamos cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, nombró como zar de los alimentos en su gobierno a Michael Taylor ex vicepresidente y principal cabildero de Monsanto ante el Congreso. Hoy Taylor es Consejero al Comisionado del FDA (Administración de Drogas y Alimentos).

Nos burlamos del hecho de que ni siquiera las gallinas quieran consumir el alimento generado por estos tipos.

Publicamos la estadística sobre como cuatro empresas, encabezadas por Monsanto, controlan el 75% del alimento en el mundo.

Compartimos el aberrante fenómeno suscitado en la India cuando más de 1,500 campesinos participaron en un suicidio masivo a causa de su desesperación por perder sus tierras y empleos frente a esta corporación.

Ahora toca el turno a presentarte información práctica sobre Monsanto. Por eso decidimos, para que la consideres y puedas tomar acción en la medida que tu decidas, en listar algunas de las principales marcas que procesan sus productos con materia prima que provee esta corporación:

Productos Alcampo
Productos Caprabo
Productos El Corte Ingles
Productos Consumer (Eroski)
Productos Hipercor
Productos Hacendado
Nocilla
Royal
Calve
Chovi
Gallina Blanca
Hellmanns
Ligeresa
Maggi
Starlux
Ybarra (salsas)
Artiach
Cuetara
Chiquilin
Flora
Fontaneda
Gullon
Marbu
Nestle
Frigo
Menorquina
Miko
Bimbo
Silueta
Donuts
La bella easo
Panrico
Reposteria Martinez
Kelloggs
Nesquik
Buitoni
Pescanova
Frudesa
Maggi
Maheso
Cadbury
Conguitos
Lacasitos
El Gorriaga
Kinder
Suchard
Valor
Artua
Holland
Koipe
Natacha
Tulipan
Knorr
Gigante Verde
Isabel
Litoral
Solis (pure patatas)
Salto (arroz)
Gatorade
Kas
Isostar
Shandy (Cruzcampo)
Lipton
Mahou
Pascual
Pepsi
Radical Fruit
SevenUp
Schweppes
Trinaranjus
Tang
Sunny
Zumos Vida

OPINION ARGENTINA http://la-opinion-argentina.blogspot.com/2009/12/urgente-eeuu-una-variedad-de-amaranto.html

lunes 28 de diciembre de 2009
URGENTE EEUU: UNA VARIEDAD DE AMARANTO SAGRADO INCA DESTRUYE LOS CAMPOS DE SOJA Y RESISTE TODO VENENO

REBELION
La planta sagrada de los incas desafía al gigante Monsanto
Pánico entre agricultores de Estados Unidos. La transnacional de semillas transgénicas no sabe qué hacer con el amaranto (kiwicha) que acabó con sembríos de soya.

En Estados Unidos los agricultores han tenido que abandonar cinco mil hectáreas de soya transgénica y otras cincuenta mil están gravemente amenazadas.

Este pánico se debe a una “mala hierba”, el amaranto (conocida en el Perú como kiwicha) que decidió oponerse a la transnacional Monsanto, tristemente célebre por su producción y comercialización de semillas transgénicas.

En 2004 un agricultor de Atlanta comprobó que algunos brotes de amaranto resistían al poderoso herbicida Roundup. Los campos víctimas de esta invasora “mala hierba” habían sido sembrados con granos Roundup Ready, que contienen una semilla que ha recibido un gen de resistencia al herbicida.

Desde entonces la situación ha empeorado y el fenómeno se ha extendido a Carolina del Sur y del Norte, Arkansas, Tennessee y Missouri. Según un grupo de científicos británicos del Centro para la Ecología y la Hidrología, se ha producido una transferencia de genes entre la planta modificada genéticamente y algunas hierbas indeseables como el amaranto.

Esta constatación contradice las afirmaciones de los defensores de los organismos modificados genéticamente (OMG): una hibridación entre una planta modificada genéticamente y una planta no modificada es simplemente “imposible”.

Según el genetista británico Brian Johnson, “basta con un solo cruce logrado entre varios millones de posibilidades. Una vez creada, la nueva planta posee una enorme ventaja selectiva y se multiplica rápidamente. El potente herbicida que se utiliza aquí, Roundup, a base de glifosato y de amonio, ha ejercido una presión enorme sobre las plantas, las cuales han aumentado aún más la velocidad de la adaptación”. Así, al parecer un gen de resistencia a los herbicidas ha dado nacimiento a una planta híbrida surgida de un salto entre el grano que se supone protege y el humilde amaranto, que se vuelve imposible de eliminar.

La única solución es arrancar a mano las malas hierbas, como se hacía antes, pero esto ya no es posible dadas enormes dimensiones de los cultivos. Además, al estar profundamente arraigadas, estas hierbas son muy difíciles de arrancar con lo que, simplemente, las tierras fueron abandonadas.

Transgénicos soportan un efecto búmeran


El diario inglés The Guardian publicaba un artículo de Paul Brown que revelaba que los genes modificados de cereales habían pasado a plantas salvajes y creado un “supergrano” resistente a los herbicidas, algo “inconcebible” para los defensores de las semillas transgénicas.

Resulta divertido constatar que el amaranto o kiwicha, considerada ahora una planta “diabólica” para la agricultura genética, es una planta sagrada para los incas. Pertenece a los alimentos más antiguos del mundo. Cada planta produce una media de 12.000 granos al año y las hojas, más ricas en proteínas que la soya, contienen vitaminas A y C, y sales minerales.

Así este bumerán, devuelto por la naturaleza a la transnacional Monsanto, no sólo neutraliza a este predador, sino que instala en sus dominios una planta que podría alimentar a la humanidad en caso de hambre. Soporta la mayoría de los climas, tanto las regiones secas como las zonas de monzón y las tierras altas tropicales, y no tiene problemas ni con los insectos ni con las enfermedades con lo que nunca necesitará productos químicos.

Un análisis de ADN deja al descubierto el fraude en la industria alimentaria http://www.rebelion.org/noticia.php?id=97914

Gara


Un par de estudiantes de Nueva York y un inocente proyecto científico han puesto de manifiesto el nivel de fraude que existe en la industria alimentaria en Estados Unidos al descubrir que muchos productos no contienen los componentes indicados en sus etiquetas.

A principios de año, Brenda Tan y Matt Cost, dos estudiantes de 17 y 18 años respectivamente del Trinity School de Manhattan, se embarcaron en un proyecto con la ayuda de la Universidad Rockefeller y el Museo de Historia Natural de Estados Unidos para analizar el ADN de muestras recogidas en sus viviendas.

La idea era utilizar una nueva técnica que permite analizar de forma rápida y barata el ADN de plantas y animales, denominada "código de barras genético" e iniciada en la Universidad de Guelph (Canadá), para explorar su uso en actividades cotidianas.

Los resultados del experimento de Tan y Cost han asombrado a los científicos, según ha reconocido Mark Stoeckle, del Programa de Medio Ambiente Humano de la Universidad Rockefeller.

Para empezar, los dos estudiantes han descubierto que incluso en la meca de la vida urbana que es Manhattan están rodeados de un auténtico zoo, al recuperar ADN de 95 diferentes especies animales, incluida una especie desconocida hasta ahora de cucaracha.

Pero quizás el descubrimiento más relevante ha sido que de 66 productos alimentarios comprados en establecimientos locales, once no contienen lo que señalaban sus etiquetas.

El caso más sangrante ha sido el de un caro queso que supuestamente estaba producido con leche de oveja y que en realidad contiene leche de vaca, lo que constituye no sólo un fraude alimentario sino también un grave riesgo para la salud de aquellas personas que padecen alergias.

Otros fraudes puestos al descubierto por Tan y Cost han sido un supuesto caviar de esturión que en realidad procede de un pez más que mundano del río Misisipi, un manjar llamado "tiburón seco" hecho con perca africana, o alimentos para perros que deberían contener venado pero que en realidad tienen vaca.

Gato por liebre

Cost y Tan han reconocido que aunque no es posible demostrar que los fraudes alimentarios que han descubierto son fruto de la voluntad del fabricante en vez de errores en el proceso de fabricación, en todos los casos hay un sospechoso denominador común.

"No sabemos cuándo sucede pero la mayoría de los errores de etiquetado suponen la sustitución con algo menos caro y deseable, lo que sugiere que tienen una motivación económica", ha afirmado Cost.

No es la primera vez que un "inofensivo" proyecto científico de Stoeckle ha puesto de manifiesto que en muchos casos los consumidores reciben gato por liebre.

En 2008, Stoeckle ofreció las mismas herramientas del "código de barras genético" a su hija y otra estudiante para que analizasen el sushi – típica comida japonesa basada en diferentes especies marinas– de varios restaurantes de Manhattan.

Como ahora, las dos estudiantes descubrieron un preocupante nivel de fraude en los restaurantes.

Stoeckle reconoce que aunque el análisis de los restaurantes de sushi no se tradujo en acciones legales por parte de las autoridades alimentarias estadounidenses contra esos negocios, la Administración de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) ha mostrado interés en la técnica del "código de barras genético".

Y el trabajo de Tan y Cost va a reforzar ese interés.

"Código de barras genérico"

"Este informe advierte a las autoridades alimentarias y sanitarias de todo el mundo lo simple y fácil que es hoy en día comprobar y certificar el origen de los productos en el mercado, combatir el fraude y proteger tanto la salud de los consumidores como a especies en peligro", explica Stoeckle.

Si el "código de barras genético" puede reforzar en el futuro la confianza del consumidor en los productos alimentarios, la técnica ya ha cambiado la forma en que Tan y Cost caminan por sus viviendas y tiendas.

"Al principio del proyecto pensábamos en qué podía ser analizado. Ahora todo lo que vemos a nuestro alrededor es un objeto de estudio. Y por supuesto, cuando vamos a comprar al mercado, nos planteamos qué es lo que realmente nos llevamos a casa", ha manifestado Cost.

Fuente original: http://www.gara.net/azkenak/12/174508/es/Un-analisis-ADN-deja-descubierto-fraude-industria-alimentaria-EEUU

Monsanto obtiene premio a la perversión ambiental http://pijamasurf.com/2009/12/monsanto-obtiene-premio-a-la-perversion-ambiental/

El mayor productor de cultivos transgénicos, Monsanto, obtiene en el Foro de Copenhague el Premio de la Sirena Enojada: por su obscuro cabildeo para avalar sus productos como eco responsables.



Con motivo del Klimaforum de Copenhague se creó el premio Angry Mermaid Award para reconocer “el perverso rol de los cabilderos corporativos y destacar aquellos negocios y compañías que han hecho un mayor esfuerzo en sabotear las charlas climáticas promoviendo lucrativas y falsas soluciones”.
Con el fin de designar al ganador de este denunciante galardón, se propusieron ocho candidatos y a través de votaciones del público, por medio del sitio de internet www.angrymermaid.org, se definió al ganador: Monsanto.

Los líderes de los transgénicos, que aparentemente apuntan su agenda oculta hacia el control monopólico de la cadena alimenticia, obtuvieron el 37% de los votos. La razón es que Monsanto, este bizarro gigante de la adulteración agrícola, fue elegido por promover, con el cinismo que le caracteriza, sus productos genéticamente modificados como una solución al cambio climático, invitando a que sus cultivos se utilicen como biocombustibles. La expansión de Monsanto Group en Latinoamérica esta contribuyendo a la deforestación masiva y el aumento de emisiones.

El segundo lugar, con 18% fue para el gigante pretrolero Shell, y el tercero para el American Petroleum Institute con 14%. El resto de los nominados fueron: American Coalition for Clean Coal Electricity (ACCCE), European Chemical Industry Council (CEFIC), International Air Transport Association (IATA), International Emissions Trading Association (IETA), y Sasol.



Cien campos secretos de prueba de transgénicos con la connivencia del PSOE http://vidasana.org/noticias-vidasana/cien-campos-secretos-prueba-transgenicos-con-la-connivencia-del-psoe.html

Desde 2008 no se publican las actas de la Comisión Nacional de Bioseguridad que tienen que hacer público en qué campos del Estado español se cultivan Organism



Genéticamente Modificados

Empresas como Pioneer, Bayer o Monsanto tienen las puertas abiertas para experimentar, a pesar de que recientemente ha salido a la luz un estudio, encargado y ocultado por la propia Monsanto, que demuestra que esta clase de cultivos puede causar daños en la salud humana.

“Tenemos constancia de que se llevan años haciendo experimentos con semillas transgénicas al aire libre sin que los Concelhos, en el caso de Galicia, los ayuntamientos o las organizaciones sociales tengan conocimiento de ello. Desde el Ministerio y la Xunta nos han ocultado información”. Así lo declaraba para DIAGONAL Charo Sánchez, agricultora y secretaria de medio ambiente del Sindicato Labrego Galego (SLG) tras descubrir informes de campos de ensayo de maíz al aire libre realizados en 2008 en los concelhos de Arteixo o Santa Uxía. “Algo que desde la Administración nos habían negado. Ha sido como un jarro de agua fría”.

La información sobre los cultivos experimentales con organismos genéticamente modificados (OGM) sigue siendo oscura y confusa->. Los campos de prueba al aire libre son, normalmente, parcelas arrendadas por las multinacionales a agricultores y agricultoras para probar nuevas variedades transgénicas (maíz, patata, remolacha o algodón, entre otras). Ensayos que forman parte de los protocolos previos exigidos por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria para autorizar el cultivo comercial de nuevas variedades de OGM.

Un proceso por el que ya pasó el maíz MON810, el único transgénico que se cultiva comercialmente en el Estado español de manera legal, a pesar de haber levantado ampollas en la sociedad civil por sus consecuencias sociales o medioambientales. De hecho, el pasado mes de octubre, el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino (MARM) reconocía por primera vez la existencia de personas afectadas por contaminación de sus cultivos con maíz transgénico MON810. Un peligro que se multiplica con los campos experimentales de transgénicos, cuyo cultivo comercial está prohibido por su falta de garantías, ya que ni siquiera han pasado por un trámite previo que evalúe su seguridad.

La competencia en el Estado español para autorizar estas pruebas a campo abierto es del MARM. En las solicitudes de las empresas se recogen unos protocolos de seguridad como la eliminación de la muestra. “Tras finalizar la cosecha, las plantas se destruirán por un medio adecuado, generalmente por trituración o enterramiento”, expone Monsanto en uno de sus pliegos para plantar maíz Nk603. La representante del SLG, Charo Sánchez, es tajante: “A eso no se le puede llamar eliminación de residuos. Esa contaminación queda en el suelo. El Ministerio sabe que por todo el territorio hay parcelas y parcelas con organismos transgénicos enterrados. Además, los principios de precaución no garantizan absolutamente nada. Sabemos por estudios que 200 metros de distancia con otros cultivos no es una barrera real de seguridad. Estos protocolos de ensayos y de residuos son los que las propias empresas proponen, no el Ministerio”.

A todas luces la seguridad parece escasa. “Hemos visto lugares, como Fraga, donde el principio de precaución no se había llevado a cabo. Simplemente habían pasado con una máquina para arrancar los restos del cultivo. Quedaban un montón de mazorcas por el suelo”, apunta Rosa Binimelis de la plataforma catalana Transgènic Fora.

Para Andoni García, responsable de Seguridad Alimentaria y Medio Ambiente del sindicato agrario COAG, no hay seguridad en cuanto hay una experimentación a campo abierto. “Con la investigación que se ha hecho no está garantizado que no existan consecuencias nocivas. Posiblemente haya habido contaminación de experimentales con otros cultivos, pero como sólo se analiza lo ecológico es difícil saberlo”.

Además de la inseguridad, el secretismo acompaña este tipo de ensayos. “Hemos comprobado que cuando se hacen cultivos experimentales no se avisa ni a la población ni a los vecinos”, declara la representante de Transgènic Fora.

Lo cierto es que la autoridad competente, el MARM, no está obligada a avisar a las localidades donde se realiza la prueba. “La última palabra siempre la tiene el Ministerio; las Autonomías están supeditadas, aunque también pueden tener un posicionamiento claro y negarse”, resume Charo Sánchez.

De hecho es imposible saber qué campos se han concedido o no y qué experimentos se están llevando a cabo, ya que esa información debería salir publicada en las actas de la Comisión Nacional de Bioseguridad (CNB), documentos que no ven la luz desde 2008.

Según las últimas solicitudes publicadas por el Ministerio, entre 2009 y 2011, hasta 100 localidades de todo el estado Español se habrán convertido temporalmente (de 6 a 12 meses) en laboratorios a campo abierto de la agroindustria.. Pioneer, Monsanto o Bayer, entre otras, se reparten autonomías para sus ensayos. “El concelho de Lalín intentó localizar la ubicación exacta de los campos en su territorio”, revela Sánchez. “Llegó hasta a contactar con Monsanto, que era quien tenía solicitados los campos. También lo intentó Chantada, pero ambos fracasaron. Es muy pre- ocupante que incluso a la propia Administración local le nieguen datos. Esta situación es una muestra de la gran complicidad entre las multinacionales y los gobiernos”, añade.

“Es muy complejo. Hay muchos vacíos legales por los que formalmente no se hace nada irregular pero que generan situaciones complicadas”, afirma Sira Rego, concejala de Medio Ambiente de Rivas Vaciamadrid. Esta localidad consiguió paralizar una solicitud de experimentación con maíz en su territorio. “No nos comunicaron nada porque en principio nos dijeron que no tenían por qué hacerlo”. Para Sánchez, la situación es vergonzosa. “Es un tema social que está afectando a toda la ciudadanía. Debe ser debatido y explicado”, concluye.

ARROZ TRANSGÉNICO

La debacle del arroz de Bayer en EE UU

En 2006 la multinacional alemana Bayer AG desarrolló una modalidad de arroz transgénico no autorizado que contaminó el 30% de la cosecha estadounidense.

Los cultivos experimentales ya han causado estragos en otros lugares del planeta, con repercusiones a escala global. Así, en 2006 Estados Unidos vivió un episodio de crisis agrícola, cuando la empresa alemana Bayer AG, a través de su subsidiaria Bayer CropScience, desarrolló el arroz transgénico no autorizado Liberty Link, que contaminó el 30% de la cosecha estadounidense. El foco fue situado en Riceland, en el Estado de Arkansas, lugar de producción y comercialización de la tercera parte del arroz estadounidense y el más grande a nivel mundial.

Como consecuencia de esta amenaza, tanto la Unión Europea como Japón bloquearon la importación de arroz norteamericano, lo que supuso a los agricultores afectados unas pérdidas que Greenpeace estimó en 1.200 millones de dólares, derivadas de los gastos para analizar las cosechas, retirar productos, cancelar pedidos y embargar importaciones.

A todo esto se añaden las pérdidas por los daños en la imagen y la falta de confianza por parte de los consumidores. Tras el incidente, Bayer Crop- Science, que intentó evadir toda responsabilidad, alegando que la contaminación se produjo por una causa “de fuerza mayor”, fue condenada a finales de 2009 por un tribunal de EEUU al pago de dos millones de dólares en concepto de indemnización a dos campesinos de Missouri, cuyos cultivos de arroz resultaron contaminados por el cruce con la variedad transgénica Liberty Link.

Campaña agresiva

Sin embargo, la empresa no cesa en el empeño y, en la actualidad, tal y como denuncia Greenpeace, está llevando a cabo una agresiva campaña para introducir este arroz transgénico en los mercados de Brasil, Europa, África y Asia, pese a los graves riesgos para la salud que representa. El arroz, conocido técnicamente como LL62, fue modificado genéticamente para resistir altas dosis de glufosinato, un pesticida tóxico también producido por Bayer y que puede ser peligroso para los consumidores si ingieren alimentos que contengan residuos del herbicida. El uso del arroz transgénico de Bayer conlleva un aumento en la utilización de este herbicida, que la UE sitúa entre los 22 que deberán dejar de producirse en Europa por su elevada toxicidad. Sumado a los riesgos para la salud, el informe de Greenpeace El doble problema de Bayer concluye además que el arroz transgénico de Bayer CropScience no cuenta con el mismo valor nutritivo que los arroces naturales, por lo que introducir una gama de este tipo en países en desarrollo encarecería aún más las condiciones de vida de su población.

Estudio revela que maíz de Monsanto daña órganos http://pijamasurf.com/2010/01/estudio-revela-que-maiz-de-monsanto-dana-organos/


Investigadores del International Journal of Biological Sciences detectaron ratas con órganos dañados después de ingerir maíz transgénico de Monsanto



Un equipo de investigadores del International Journal of Biological Sciences realizó un estudio analizando los efectos de alimentos genéticamente modificados en la salud de distintos mamíferos. Dentro de los resultados más relevantes que obtuvieron se encuentra la detección de daños en los órganos de aquellos animales que consumieron maíz producido por Monsanto.

De acuerdo con esta investigación, llevada a cabo por especialistas calificados, las tres variedades de maíz de Monsanto (Mon 863, Mon 810, y NK 603) que probadamente resultaron dañinas ya están aprobadas para su consumo en Estados Unidos, Europa, y muchas otras naciones de Asia y Latinoamérica.

Parece que el problema radica en que Monsanto presentó estadísticas y resultados tras un estudio de 90 días que avalaban el consumo de este maíz. Sin embargo, es bien sabido que los efectos crónicos raramente pueden presentarse en un periodo de noventa días, y más bien los daños se manifiestan con un efecto retardado. El punto de los investigadores es que la aprobación de consumo de este producto monsantino se llevó a cabo de manera acelerada y poco responsable por las autoridades encargadas de comprobar la seguridad de los alimentos que se introducen al mercado mundial.

3 comentarios:

  1. plante amaranto, mata la soja, mata a Monsanto!

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  2. es increíble cuantos productos se elaboran con mterias primas transgénicas !!!!

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