Las claves de acceso más hackeadas son, justamente, las más
fáciles y “obvias”. Aquí, consejos para proteger tu información en la Web.
Uploaded with ImageShack.us
* Siempre diferente. No uses la misma clave en todas tus cuentas de
correo o sitios web. Si bien es fácil de recordar una única contraseña, si
alguien la descubre, podrá acceder a todos tus datos.
* El tamaño importa. No uses claves cortas: lo ideal es elegir alguna
que tenga, al menos, seis caracteres.
* Datos desconocidos. ¿Sos fanática de Ricky Martin? Intentá no usar su
nombre como contraseña. Tampoco tu fecha de cumpleaños, ni la de tus padres,
hijos o pareja. Es posible que estos datos esté relacionados con nuestro perfil
en algún archivo o sea fácil asociarlos. Podés optar por algo significativo
para vos (para que te resulte fácil de recordar) que no sea obvio para el
resto.
* Original. No uses sólo el abecedario: incorporá números,
símbolos y caracteres “raros” (@, $, &, #, !). Cuanto más compleja sea la
contraseña, será más difícil de decodificar para aquel que quiera hackear tu
cuenta. Lo mejor es que elijas palabras que no estén en el diccionario, ya que
hay sistemas de desciframiento que funcionan alfabéticamente.
* No a las palabras comunes. Evitá las palabras o frases usuales
* Única. Una forma de crear una contraseña que sea difícil
de hackear y, a su vez, sólo vos puedas recordar es pensar en tu canción
favorita o en el refrán que más te gusta y usar sólo las iniciales de cada
palabra. Por ejemplo, para “El Amor Después Del Amor” será EADDA. A esto le
podés agregar algún símbolo o, incluso, cambiar algunas letras por números.
* Olvidos y preguntas relacionadas. Los especialistas recomiendan no usar las preguntas
relacionadas, ya que en general son fáciles de descifrar. Si igual tenés que
elegir, optá por la menos obvia, y usá una respuesta complicada, que no
responda del todo a lo que pregunta. Y, si podés crear tu propia pregunta, es
aún mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario