Ante una posible #GuerraCivilArgentina.
Los descalificativos, los insultos, la ausencia de diálogo se han impregnado de
todos en cualquier momento, y los medios masivos de comunicación son un fiel
exponente de todo esto. La pérdida de valores esenciales sobre lo que basa el
funcionamiento de una población, ha resquebrajado como nunca el sustento de la
misma. Cualquier persona explota en forma delirante ante el menor inconveniente.
Si esta forma se proyectase a un funcionamiento masivo, las protestas
callejeras -hasta aquí pacíficas- podrían llegar a convertirse en focos de
rebelión difíciles de contener. La Presidente ha anclado su mundo en el alejamiento
de la realidad y de esa manera vive calentando día a día el descontento
generalizado, aumentando la irritación colectiva y presionando el hartazgo. Ya
no se trata de observar cómo #CFK su
mandato dentro de dos años. Ella vive conspirando con su propia estabilidad. Se
ha convertido en protagonista central de una obra
de terror que lleva años ahondando la fragmentación entre hermanos. La
corrupción durante estos 10 años desbordó los margenes a los que el argentino
estaba acostumbrado. El desatino del robo de los dineros públicos y la
impunidad con la que se mueve el Ejecutivo y sus monaguillos ha llegado tan
lejos que el ciudadano de a pie comenzó a tener conciencia de semejante flagelo
como nunca antes. Es por eso que cuando se plantean interrogantes sobre cómo
serán los dos años que aún mantendrán a la Presidente en el
ejercicio del poder, las respuestas más congruentes coinciden en que serán
malos y peligrosos. El calvario del paciente llamado país que se encuentra
internado y sin atención en sus males primordiales continuará; por lo tanto, es
de esperar que su condición empeore. La pregunta es quién desactivará la bomba
que los#Kirchner han
construido durante la #DécadaCagada.
Y si no se desactiva, hay que preguntarse a quién le va a explotar, si a #Ella o al que
venga en el #2015.
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