Según el diccionario básico de peronismo, Cristina Fernández de Kirchner se transformó en la mariscal de la derrota. Es porque su cuerpo orgánico, es decir su propio cuerpo, tomó todas las decisiones que fueron masivamente rechazadas con su voto por la mayoría de los ciudadanos. Ella misma y solo ella, bendijo con su dedo mágico a Mariano Recalde que hizo varios papelones. El mas grave es que después de hacer un uso y abuso delictivo de las cadenas nacionales y todo el aparato de propaganda del estado que pagamos todos, Mariano sacó menos votos que el perdedor serial Daniel Filmus. ¿Escuchó bien? El peronismo por primera vez quedó afuera del balotaje. El objetivo de instalar como líderes a los muchachitos de La Cámpora fue un tiro que a Cristina le salió por la culata. Recalde no pudo igualar ni siquiera la peor actuación del Frente para la Victoria. Cometió todo tipo de errores. El primero fue elegir también a recontradedo de compañero de fórmula a un ex militante radical atravesado por el infantilismo que por twitter había ofendido como nadie a la propia presidenta de la Nación. Fue producto del apuro, de la falta de debate político del justicialismo porteño y de la desesperación. No tuvieron tiempo ni de gloogear a Leandro Santoro. Si hubieran descubierto la gravedad de los insultos a la investidura presidencial, jamás lo hubieran ungido candidato a vice jefe. Lo justificaron diciendo que la idea era mostrar apertura hacia el radicalismo sin comprender que Santoro y su suegro, Leopoldo Moreau, ambos ahora funcionarios súbitos del gobierno nacional, no se representan ni a si mismos y mucho menos a la golpeada Unión Cívica Radical.
Recalde es inteligente y fachero, como le gusta a Cristina. Y encima, soldado de la agrupación que conduce desde las sombras de Santa Cruz, su hijo Máximo. Pero también es un funcionario que profundizó el desastre administrativo en Aerolíneas Argentinas que nos cuesta a todos los argentinos alrededor de un millón y medio de dólares por día y que transformó a la companía en un coto de caza de los camporitas que cobran sueldos en la empresa para financiar su militancia cristinista. Y como si esto fuera poco, Recalde, no solo no reconoce los problemas de la línea aérea que conduce regalando pasajes a celebridades de cabotaje a cambio de un elogio en twitter sino que levanta el dedito y da catedra de como debe manejarse la aviación. Recalde hace cristinismo explícito y genuflexo y por eso fue elegido por Ella y rechazado por ellos, los ciudadanos porteños. Conclusión: el bloque de legisladores kirchneristas pasó de segunda a tercera fuerza en la legislatura porque perdió 4 representantes.
Cristina le hizo actos con el aporte de todos y todas a los candidatos que ella eligió y que en su mayoría fracasaron. Ademas de Recalde está el caso del pampeano, Fabian Bruna que perdió por paliza en las internas peronistas con Carlos Verna. Algo parecido pasó en Córdoba. Hubo fortunas para Eduardo Acastello y obras por doquier para posicionarlo. Operaciones de prensa tratando de instalar que iba a salir segundo detrás de Schiaretti. La verdad de las urnas mostró que Córdoba no olvida la humillación a la que fue sometida por Cristina. Tanto a sus productores agropecuarios como al gobierno de De La Sota que todavía está reclamando que la Nación les pague las deudas que tiene con la provincia.
En las elecciones parlamentarias de Corrientes, las listas del gobernador radical ganaron con amplitud en toda la provincia e incluso en la capital correntina donde talla fuerte el kirchnerismo. Y encima la única satisfacción del cristinismo fue en La Rioja, con un gobernador hipermenemista y después de que Daniel Scioli y Anibal Fernández hayan confesado su amor por el ex presidente. Eso generó dolores de estómago entre la presunta progresía K. El propio Ricardo Forster dijo que el no tenía nada que agradecerle a Menem. Tal vez no recuerde que el matrinio Kirchner integró las boletas de Menem en siete ocasiones. Amnesias oportunistas.
La Rioja, Salta, Formosa, Chaco, son los distritos en donde gana la revolución bolivariana de Cristina. En los distritos donde las estructuras del atraso responden a años de feudalismo. Por el contrario, en las provincias de mayor población, el kirchnerismo no pudo ganar en ninguna. Santa Fe sigue en manos de los socialistas, Mendoza puso de gobernador a un radical en lugar de un peronista, Córdoba volvió a elegir a un peronista no kirchnerista y la ciudad de Buenos Aires ratificó el liderazgo del macrismo. Incluso el cristinismo perdió en Neuquen y Rio Negro.
Por todo esto es tan imporante la provincia de Buenos Aires. Cristina se ocupa de alambrar a Daniel Scioli y a la justicia para garantizarse impunidad hacia el futuro. Todavía falta mucho y nadie tiene los votos atados. No se pueden trasladar mecanicamente los resultados de las provincias a la Nación. Pero son señales. Encima, la presidenta como es su costumbre, intentó minimizar los resultados de la soberanía popular y se dedicó a celebrar su triunfo en Grecia. El pueblo griego actuó en las urnas en defensa propia y contra los Buitres financieros .Pero Cristina en su tragedia griega , que no es Xipolitakis, tal vez crea que Atenas queda en Argentina. Y ya se sabe que Atenas es un exitoso equipo de basquet de Córdoba. ¿Que ves cuando me ves?
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