sábado, 15 de agosto de 2015

EL MODELO HACE AGUA

El modelo de Cristina hace agua por todos lados. Mientras las malditas lluvias torrenciales se ensañan con muchos pueblos de Buenos Aires y Santa Fé, el diseño de país y la forma de conducción de la Presidenta se hunde en la ineficiencia, el despilfarro, la ausencia del estado, la falta de solidaridad para dar la cara y la tozuda agresión de echarle la culpa siempre a los otros.
Ya se sabe que la Presidenta es la responsable de todo lo bueno y que los demás son los culpables de todo lo malo.
Conceptualmente, el fracaso del modelo de hiperconsumo sin inversión, demostró que tiene patas cortas como la mentira. Es pan para hoy y hambre para mañana. Y el mañana llegó en forma inundaciones históricas que han sometido a miles y miles de hermanos argentinos a todas las formas del castigo y la tristeza. Ojo que no estoy en contra de que muchos ciudadanos ayudados por las cuotas y el fomento al comercio se hayan comprando televisores cada vez mas grandes o teléfonos cada vez mas chiquitos y hayan podido pasar un fin de semana largo en Mar del Plata.
Eso está bien. Creo que mejorar la calidad de vida de la gente es parte del trabajo que deben impulsar los gobiernos. También comparto que el motor del consumo hace mover la rueda en un círculo virtuoso que produce mas ventas en los empresarios y mas satisfacción y placer entre los consumidores. No critico eso.
Lo que critico es que el gobierno convertido en maquinaria electoral para aferrarse eternamente al poder, hizo del consumo su adicción y casi su única política pública y olvidó algo fundamental: la inversión en obras de infraestructura que hagan sustentable la vida en comunidad. ¿Se entiende? Hablo de que Cristina y sus muchachos solo se preocuparon obsesivamente porque la gente compre hasta lo que no necesita.
Pero no tuvieron políticas públicas razonables y rigurosas para construir caminos, escuelas, hospitales, cañerías, cloacas, puentes, obras hidráulicas y todo lo que sirve para las próximas generaciones y no solo para las próximas elecciones.
Por eso hablo de pan para hoy y hambre para mañana. Esto es muy fácil de entender si lo bajamos a la escala de la familia. Le hablo a usted señor oyente. O a usted señora.
Cuando en su casa entra un pesito mas porque le aumentaron el sueldo o porque las ventas del negocio crecieron, ¿Que hace? ¿Se gasta todo el dinero en comer afuera, en pilchas nuevas y en cambiar el auto, o separa una parte para ahorrar o para hacer mantenimiento en la casa? Esta muy bien darse gustos en la vida. Sobre todo si uno se ganó el pan con el sudor de su frente.
Pero no se puede quemar todo lo conseguido y no pensar en el mediano y largo plazo. Cualquier familia sensata hace de vez en cuando limpieza de todas las rejillas, vacía el tanque de agua y lo deja a nuevo, pinta la casa, pone membrana en el techo, hace reformas en el sistema de electricidad para que sea mas seguro y menos costoso o construye una habitación mas para cuando venga el nieto. Se lo digo en dos palabras: si tiene y puede gasta en pasarla bien.
Pero también garantiza que en el futuro los techos no se llenen de goteras ni la casa se le venga encima. Por eso digo que el modelo de Cristina hace agua por todos lados. Porque su gobierno prefirió gastar verdaderas fortunas en los planes que facilitan que los argentinos gasten dinero pero se olvidó de invertir en obras para que en la casa de todos que es el estado no nos tape el agua.
Este gobierno recaudó montañas de dinero y sin embargo no hizo el trabajo estratégico que se debe hacer. Están convencidos de que como son obras que no se ven, no les permite ganar votos. Prefieren la grandilocuencia de gastar millonadas en publicidad oficial para hacerle propaganda a sus candidatos, en los faraónicos Palacios de la cultura, Bicentenarios fastuosos y gigantismos como el de Tecnópolis o en el Fútbol para todos o en subsidiar empresas escandalosamente ineficientes como Aerolíneas Argentinas.
Le doy un solo dato: la inversión prevista para combatir las inundaciones este año es de solo 475 millones de pesos. La de Aerolíneas Argentinas, 4.544 millones de pesos. Diez veces mas.
Y eso que no le hablo de la mega corrupción de estado que mata como mató en la tragedia del treno de Once. Esto es lo que hay que debatir en la sociedad. Esto es lo que el gobierno debe cambiar. Gobernar es fijar prioridades. Pero se debe entender de una vez por todas que los caminos, los puentes, las obras que eviten las inundaciones son fundamentales para construir un estado moderno y que contenga y de respuestas a las necesidades de todos los argentinos.
Este es mi análisis político del desastre y el horror que produjeron las lluvias. Que está bien el consumo y no todos pero algunos subsidios. Pero que alguien tiene que pensar en el país que viene. No podemos permitir mas que miles y miles de compatriotas queden sepultados por un tsunami que cae del cielo pero que se multiplica en la tierra.
El otro fracaso es la idea cobarde de sacarse de encima todo tipo de culpas. Esa actitud mezquina e insensible de la presidenta de la Nación que cuida su imagen y no quiere asociarla a las tragedias ni a los dramas. Por eso en Cromagnón los Kirchner huyeron al Sur. Por eso en Once no abrieron la boca. Y por eso Cristina ahora por lo bajo castiga a Daniel Scioli porque se fue a Italia y manda al frente a Aníbal Fernandez.
Y como si esto fuera poco tanto el jefe de gabinete como el secretario general de la presidencia apuntaron hacia afuera del gobierno. Anibal, sin que se le cayera la cara de verguenza dijo que la culpa era del campo. O de los productores que construyeron canales adentro de sus campos. Eso puede ser cierto en algunos casos y si ocurre, hay que castigarlo y solucionarlo. Eso también es responsabilidad de un estado presente.
Pero creer que ese detalle menor es el corazón del problema es la irresponsabilidad de querer sacarle el cuerpo al problema. Wado de Pedro fue peor todavía. Anibal puso en la mira al campo pero De Pedro lo hizo con otra de las obsesiones del gobierno: los medios. Dijo que van a asistir a los inundados cuando se vaya la televisión.
Como si el trabajo de los colegas que muestran lo que todos los gobiernos quieren ocultar fuera un impedimento para contener y ayudar a los que sufren y solucionar de una vez por todas el tema. Las cámaras de televisión ayudan a potenciar la solidaridad y a identificar con claridad en donde están los problemas.
Pero las obras las tienen que hacer los gobiernos. Los presidentes, los ministros, los gobernadores y los intendentes. No deben comentar la realidad. Para eso estamos los periodistas. Los funcionarios son elegidos para que modifiquen la realidad. Para que la hagan mas equitativa y menos injusta.
Son ellos lo que tienen que trabajar sin descanso para que la lluvia no sea una amenaza ni un bombardeo para miles de argentinos. En definitiva, para que el modelo de Cristina no haga agua.

Alfredo Leuco.
http://www.ledoymipalabra.com

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