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sábado, 22 de agosto de 2009
Feng Shui
Cuando el ser humano vive en un buen hogar logra equilibrar todos los aspectos de su vida. Esto debe tomarse y vivirse como una verdad universal. Existe una antigua disciplina oriental (principalmente china, relacionada con el I Ching) llamada Feng Shui (Agua y Viento). La misma nos enseña cómo construir una casa sana cómo alcanzar la armonía del hábitat a partir de la decoración, la disposición ambiental, la orientación, etc, pues el sitio donde vivimos es nuestro espacio, la prolongación de nosotros mismos y el ámbito de nuestros deseos y proyectos. Por eso nuestra casa refleja directamente las costumbres, sentimientos, energías y estados de ánimo por los que atravesamos.
Si bien el Feng – Shui es una disciplina oriental es posible adaptarlo a las costumbres y modos de vida occidentales. Sus nociones nos permitirán transformar el sitio en el que vivimos en un espacio placentero, positivo, y, básicamente, sano.
Lista de Elementos para el Hogar.
Lo que no debe faltar en el hogar.
Plantas. (Infaltables : Ruda Macho y Helechos).
Espejos: No en demasía, situados como expansores de energía, preferentemente en las paredes del Norte y del Este.
Maderas (Muebles y Pisos): Estos son los materiales ideales para armonizar los distintos ambientes. No generan toxinas ni atraen energías negativas.
Ionizador: Ideal para descargar y purificar el ambiente hogareño.
Aceites, Esencias, Sahumerios: Son excelentes para armonizar el nivel espiritual, generar protección ambiental, favorecer el estudios, la meditación y atraer la riqueza y prosperidad para el hogar.
Fuentes o vasos con Agua: Son excelentes para absorber las corrientes telúricas. Es necesario renovarlos cada veinticuatro horas. Para hacerlo, se vacía el contenido en un lugar con agua. Es preciso colocarse de costado y no mirar, pues si se observa el acto, la energía vuelve al cuerpo con sus impurezas.
Metales Puros: Oro, Estaño, Hierro, Cobre, Bronce. Estos materiales sirven para armonizar la casa, ya que la energizan y la protegen.
Flores: Especialmente rosas, jazmines, claveles, violetas. Se colocan en jarrones o floreros con abundante agua. Absorben la negatividad proveniente de fallas geológicas y energías cosmo- telúricas. Colgadas en la puerta de entrada traen dicha.
Velas: Pueden ser aromáticas y de diversos colores. Lo importante es que estén fabricadas con materiales de origen vegetal, sin nada de grasa animal. Las de origen animal generan karma negativo, pues llevan en sí energías densas, de muerte y contaminan el hogar. El acto de encender velas tiene que ver con la hospitalidad, la unión, la amistad, la hermandad espiritual y la elevación. Proporciona iluminación y armonía al hogar. Es importante encenderlas con fósforos (nunca con encendedores) y hay que apagarlas asfixiándolas, sin soplar. Si no se cumplen con estas pautas lo único que se logra es atraer negatividad.
Piedras: Son imprescindibles, ya que absorben la densidad de corrientes telúricas y fallas geológicas. Destacaremos las más especiales por sus componentes y función:
Amatista: protege la espiritualidad.
Aguamarina: de serenidad en momentos difíciles.
Ambar: contrarresta la envidia y fortalece la salud.
Citrina: es ideal para desarrollar cualidades artísticas y creativas.
Cristal de roca: es muy bueno para la concentración en el estudio. Posee virtudes curativas.
Cuarzo: absorbe la negatividad ambiental y personal. Aleja los odios y rencores.
Diamante: purifica y genera la unión en el hogar.
Esmeralda: aumenta las dotes de adivinación y clarividencia.
Hematite: otorga protección.
Jaspe: atrae fortuna e incrementa la pasión.
Lapislázuli: es ideal para proteger a los niños de la casa.
Ojo de gato: favorece la libertad y la independencia.
Onix: promueve la unión familiar.
Piedra de la luna: previene de pesadillas infantiles y evita la esterilidad (Antiguamente las mujeres la usaban sobre el ombligo para lograr concebir un hijo).
Rubí: irradia buena energía y despierta la pasión.
Topacio: garantiza el amor de pareja. Atrae el dinero y fortuna en el azar.
Zafiro: otorga claridad. Despeja la confusión.
Fotos: Tienen que ser de personas queridas, preferentemente vivas. Si se trata de difuntos hay que tratar de no invocarlos.
Relojes: Lo ideal es que sean de arena, a cuerda o a pila. Los relojes deben funcionar, tener la hora puntual. Este objeto representa el paso del tiempo. Si no está sincronizado el hogar comienza a funcionar mal, se traban nuestros deseos afectivos y se retardan los progresos económicos y materiales.
Pirámides: Son imprescindibles pero no hay que abusarse. Es suficiente tener dos o tres. Deben estar orientadas hacia el Norte o hacia el Este, cerca de la ventana donde dé luz. Equilibran la energía ambiental y, por su forma, liberan las malas influencias de las corrientes telúricas.
Campanas: Actúan por la fuerza que emiten sus sonidos. Estas vibraciones permiten quebrar las ondas negativas y las corrientes telúricas. A la vez, ayudan a fortalecer los órganos internos y a armonizar los siete centros de energía o chakras. Si se las coloca colgadas detrás de las puertas de acceso al hogar previene de robos y las discusiones. Si se reciben personas ajenas a la casa el sonido que emiten al abrir la puerta rechaza las malas ondas y las transforma en energías positivas. Son buenas las campanas de cobre, plata, bronce, oro. Evitar las de vidrio o cerámica.
Cables a tierra: Hay que ubicarlos en los dormitorios, el comedor y la cocina. Se utilizan para descargar y evitar el exceso de iones positivos.
Animales domésticos: Los más indicados son el perro y el gato, ya que cuando la casa está enferma, absorben lo negativo y protegen al ser humano. Estos son los dos animales recomendados por lo orientales y por el Feng Shui.
Imanes: Especialmente los naturales (piedras) pues descargan la electricidad ambiental y absorben las toxinas. Es preciso renovarlos una vez por año.
Herraduras: Pueden ser de cobre, hierro, bronce. Representan por su forma el principio dual, el yin y el yang, lo femenino y lo masculino. También simboliza la cabeza humana, con sus dos hemisferios cerebrales, las dos piernas, los dos brazos y todo principio dual. Se las debe colocar detrás de la puerta , colgadas con sus dos extremos hacia arriba, para atraer la energía. S i se las coloca hacia abajo la buena suerte se escapa.
Como vemos la lista es amplia y en muchos casos adaptable al gusto personal e individual. No solo se trata de lo que se debe tener, sino del modo en que se lo tenga. A veces, lo positivo no está en el qué sino en el cómo, en su uso y no en su abuso. De cada uno de nosotros depende el mantenimiento de nuestra casa, para que no sólo sea un lugar cómodo sino el templo de nuestro bienestar.
Lo que nunca se debe tener en el hogar.
Cualquier objeto Roto: No importa que sea nuevo o antiguo, ni tampoco si está pegado o arreglado. Hay que deshacerse de él, ya que cuando algo se rompe, quiebra su forma y su energía, deja de ser lo que es y ya no sirve ni resulta positivo.
Cristales deteriorados: Pueden estar golpeados, rajados o astillados. Vale para objetos tales como vasos, copas, jarrones, adornos y espejos. Si se los conserva generan una gran energía negativa.
Zapatos: Cuando no se usan o están rotos no se deben conservar. Los zapatos no deben acumularse ni regalarse, pues no podemos transmitir nuestra negatividad o nuestros problemas a los otros. Cuando no los usamos más debemos cortarlos con una tijera y arrojarlos a la basura.
Libros: Cuando están rotos, deteriorados, con páginas arrancadas, humedad o en mal estado en general deben tirarse. Si está roto las ideas se parten, se diluyen y generan negatividad.
Relojes: Si están rotos o no funcionan no se deben conservar. El reloj de un hogar debe marchar al ritmo del tiempo, sin detenerse pues si no, no podemos avanzar y se obstaculiza nuestro progreso, el cumplimiento de nuestros deseos.
Alhajas Antiguas: Es preferible no tenerlas. Si se las desea conservar hay que descargarlas sumergiéndolas en agua y sal marina durante 24 horas y recargarlas exponiéndolas al sol tres horas. De esta manera, alejamos la energía de quien pudo haberlas usado y las volvemos positivas.
Elementos o aparatos médicos: Es malo conservar estos objetos, cuando han pertenecido a un enfermo y ya no se usan; sillas de rueda, muletas, bastones, trípodes, etc. Siempre debemos pensar que alguien puede necesitarlos y por lo tanto se deben donar a hospitales sanatorios o alguien que les dé el uso adecuado.
Cunas: El moisés o cuna del bebé no debe conservarse. Cuando el niño deja de usarla hay que sacarla de la casa, pues de lo contrario, dificulta su crecimiento.
Electrodomésticos: Es aconsejable tenerlos desenchufados la mayor parte del tiempo, y bajo ningún punto de vista, se los debe conservar si están rotos, descompuestos o funcionando mal.
Muebles de madera viejos, quebrados o derruidos: Si se desea conservar estos muebles hay que restaurarlos mediante un pulido o lijados y pintarlos de lila, violeta o en tonos marrones virando al amarillo. Esto les transforma la energía y los vuelve positivos.
Muebles de caña, mimbre, junco: Son materiales impuros, ya que crecen en zonas de fallas ecológicas, conservan gérmenes y generan mala vibración ambiental.
Papeles, escritos: Documentos en general que mantengan vivos el dolor, la pena o la pérdida. Lo mismo vale para fotos de situaciones o seres no queridos. Esto remite a sucesos desgraciados del pasado y si se conservan se permite que el recuerdo permanezca fresco y no se pueda superar el mal momento vivido.
Cenizas de familiares o seres queridos: Esto es malo, pues las cenizas tienen la energía de tanatos (muerte), la que se plasma en el hogar. Los muertos tienen su propio lugar y no deben permanecer en la vivienda como su aún estuvieran vivos.
Cintas, fajas y crespones de velatorio: marcan la continuidad del sufrimiento, de la perdida y del dolor. No se debe guardar como recuerdo.
Pan desperdiciado: nunca se debe tirar el pan, ni arrojarlo a la basura. Bíblicamente se lo considera sagrado. Arrojar pan trae pobreza y problemas económicos en general. Si sobra, se procede de la siguiente manera: en primer lugar se lo moja, para que no se pueda comer. Luego se lo coloca en una bolsita de plástico y se lo deja al aire libre durante 24 horas. Recién después de este procedimiento se lo puede arrojar a una bolsa de residuos.
Imágenes desconocidas, máscaras con figuras extrañas, amuletos desconocidos: no es bueno conservarlos.
Objetos decorativos de plástico: evitarlos ya que generan malas vibraciones ambientales (que quede claro que nos referimos a la decoración, no así a los utensilios de uso doméstico).
Ópalos: traen interferencias, pérdidas o inestabilidad en todos los órdenes. Evitar los azules, rojos, negros.
Perlas: nos referimos a las naturales. Significan lágrimas, enfermedad y muerte. Las artificiales no presentan problema.
Exceso de color negro: Tratar de no sobrecargar la decoración con este color, pues resulta negativo. Evitarlo, principalmente en sillones, sillas, almohadones, sábanas y en todos los lugares que entren en contacto con el cuerpo humano, ya que tiene un gran poder de absorción y chupa toda la energía, debilitando la casa y a sus habitantes.
Techos de paja, caña o barro: Nos referimos a la cubierta externa. Deben evitarse estos materiales ya que favorecen el desarrollo de bacterias y parásitos. Conservan la carga negativa y son perjudiciales para la salud.
Pirámides mal orientadas: es buenos tener dos o más pirámides (no más en el hogar). Pero deben mirar hacia el Norte y estar ubicadas cerca de las ventanas por donde entre mucha luz. De lo contrario, se vuelven negativas.
Objetos de mar: Los caracoles, corales, conchas, hipocampos, estrellas de mar, peces disecados, etc. Todo lo que pertenece al fondo marino, tiene un nivel vibracional muy particular. Si pertenece al mar no puede vivir fuera de él. Al trasladar esa fuerza telúrica a la superficie de la tierra hay interferencias y problemas en la casa.
Peceras y peces: el traslado de hábitat es nocivo, pues el animal sufre lejos de su medio y encerrado en un espacio mucho más pequeño que el natural.
Tortugas: Son sinónimo de lentitud. Afectan el desarrollo y el progreso de la casa y de sus habitantes.
Pájaros enjaulados y animales desecados: Esto vale para cualquier animal que no se pueda adaptar a nuestro sistema de vida. Se les coarta la libertad, se les cambia su lugar natural y estos animales sufren. Su padecimiento queda plasmado en el sitio donde moran y afecta a los seres humanos que los rodean. Respecto a los animales desecados, se trata de seres vivos embalsamados total o parcialmente, conservados en formol o por otros medios artificiales. Todos estos elementos son altamente nocivos. Están compuestos de materia muerta, que no se descompuso porque se interrumpió su ciclo natural. Esto genera vibraciones tóxicas y negativas.
Plantas, flores secas, plantas de exterior puestas en el interior, plantas vampiro: No son aconsejables por ningún motivo. Cada planta tiene su lugar y condición para desarrollarse y debe ser respetada.
Paraguas: Pueden tenerse en el hogar, pero deben permanecer cerrados. Jamás hay que abrirlos dentro de la casa. El acto de abertura es negativo pues el hogar se halla cubierto y resguardado por el techo. Si se abre un paraguas bajo una estructura de protección se crea otra estructura y esto no es positivo.
Asimismo creemos conveniente tener en cuenta ciertos consejos respecto de la decoración o sobre las actividades dentro del hogar.
No es conveniente colgar ni tener cuadros o expresiones artísticas o concebidas bajo estado de trance. Son creaciones que plasman lo que no pertenece a este plano de la realidad. No son positivas por las fuerzas que convocan y por los mundos espirituales diferentes que se mueven alrededor de éstos.
No es adecuado tampoco colgar cuadros, relojes y objetos en general sobre la cabecera de la cama. Tales elementos obstaculizan el buen descanso y estancan la energía.
No hay que dormir con animales sobre la cama ni en el mismo cuarto. Estos seres tienen su propia vibración y, a veces, pueden estar mal y contaminan nuestra energía.
Los pies de la cama no deben estar dirigidos hacia la puerta del dormitorio, ni hacia una ventana. Esto hace que nuestra fuerza se vaya y se debilite la energía personal.
No es positivo estudiar ni dormir de espaldas a una ventana. Jamás se debe estar de espaldas a una puerta. Esto provoca cargas y choques de energías que se estancan.
No hay que situar muebles ni objetos decorativos en línea directa vertical a la puerta de entrada de la casa. El acceso debe permanecer lo más despejado posible.
Los asientos no deben estar enfrentados pues generan peleas. Esto se da especialmente en las sillas colocadas en la mesa del comedor. Hay que correrlas para que no queden simétricas y enfrentadas unas con otras.
No se debe apoyar ni colocar zapatos sobre las mesas. Más allá se las cuestiones higiénicas, intoxican el mueble y presagian pérdidas graves.
Hay que evitar el número 13 en la cantidad de ciertos objetos tales como: copas, vasos, cubiertos, menaje y sillas. Desde la antiguedad este número ha sido considerado fatídico. No importa que la persona crea o no crea. La negatividad del número 13 viene irremediablemente cargada por hechos funestos del pasado y es preferible no convocarla.
Los pisos no deben plastificarse, porque generan estática y desarmonizan el ambiente.
Todos los consejos son sanos, fáciles de poner en práctica. A veces, basta un pequeño cambio para transformar la calidad de vida.
Recuerde que es su casa, su familia, su vida. Vale la pena poner manos a la obra para disfrutar plenamente de un hogar en que dé gusto vivir.
Artículo extraído del Libro El Hogar Mágico (Usted puede sanar su casa). Que es el Feng Shui. Por el Profesor Waldo y Elena Casal.
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muy buena publicación. saludos y gracias por compartir.
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