jueves, 22 de octubre de 2009

Redescubriendo nuestro trabajo


El trabajo cotidiano del cual obtenemos nuestro dinero para vivir ocupa generalmente un gran porcentaje de las horas del día. Si nos detenemos a pensar, a las personas con las que trabajamos a diario las vemos más que a nuestros amigos más íntimos, más que a nuestros familiares e incluso más que a nuestras parejas. Nuestro trabajo y las relaciones que formamos en él ocupan un espacio importante en nuestras vidas como para que no tengan un sentido especial en nuestro desarrollo personal.

Es entonces indispensable pensar al trabajo no solamente como un lugar donde vamos a hacer una tarea durante un tiempo determinado y por la cual recibimos un sueldo, sino también como un lugar en donde nos relacionamos con gente que tiene mucho para enseñarnos. ¿Qué es lo que nos pueden enseñar? Fundamentalmente a corregir conductas propias que podrían estar perjudicándonos en nuestra vida diaria, no sólo en el trabajo sino también fuera de él.

Pero cómo darnos cuenta de las conductas que tendríamos que modificar? Fundamentalmente analizando cómo se comportan los demás con nosotros. De acuerdo a la física somos seres de energía que interactuamos con nuestro ambiente a través ella. Cuando emitimos energía en forma de palabras o pensamientos, éstos llevan una determinada calificación energética que se junta con su igual y retorna a nosotros. Así creamos nuestro entorno, nuestras amistades y toda nuestra circunstancia. Cambiar todo lo que no nos gusta depende exclusivamente de nosotros y resulta tan sencillo de cambiar como lo es modificar un pensamiento.

Como prueba contrastémoslo con nuestra propia experiencia. Hagamos un repaso de nuestros últimos trabajos y tratemos de ver si hay algo que los una. ¿Siempre me tocan jefes intolerantes? Si la respuesta es afirmativa, entonces podríamos pensar que tal vez nosotros mismos no estemos siendo tolerantes en algún aspecto o con alguien. ¿En todos mis trabajos siempre me exigieron más que a los demás? Entonces es posible que seamos personas que nos exigimos demasiado, que tenemos altos estándares para todo, que no nos permitimos una equivocación.

En general, toda conducta que nos molesta y nos afecta en forma directa es un comportamiento que estamos reproduciendo ya sea con nosotros mismos o con los demás y es algo que debemos modificar. A medida que vayamos corrigiéndolas, la situación o conducta que nos estaba molestando va a desaparecer. El primer paso consiste en tratar de ver en nosotros lo que vemos en los demás y nuestro lugar de trabajo nos brinda una oportunidad extraordinaria para empezar a descubrirlo. Si vamos a trabajar cada día con una actitud de búsqueda, estando atentos a las cosas que antes no prestábamos atención, entonces hasta la tarea más monótona y rutinaria puede tener sentido. Y a medida que vayamos viendo los resultados de nuestros cambios nos daremos cuenta de que todo el potencial para cambiar siempre estuvo dentro nuestro y empezaremos a encarar todo lo que hagamos de una manera mejor.



Lic.Diego Gasparini

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