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jueves, 5 de agosto de 2010
La herencia, principal enojo en las familias
Debe haber pocas familias que no tengan una triste historia de éstas para contar: hermanos que se declararon la guerra en nombre de lo que les corresponde después de la muerte de los padres, hijos que enloquecen cuando alguno de sus padres vuelve a formar pareja y corren el riesgo de que quiera incluirla en el reparto de bienes, familias que implosionan cuando nueras y yernos meten la cola para defender su tajada. No importa si el botín es una herencia millonaria o un anillito de bijouterie: según abogados expertos en Derecho de Familia y psicólogos especializados en vínculos familiares, las peleas por el reparto de bienes están en el podio de los conflictos familiares.
Osvaldo Ortemberg, abogado especialista en Derecho de Familia, aseguró a Clarín que cuando hay bienes relevantes en juego (una empresa familiar o más de 4 propiedades a heredar), 7 de cada 10 sucesiones que se inician son conflictivas. En los casos en que hay menos bienes para repartir (menos de 2 propiedades), el 35% acarrea algún conflicto.
Por su parte, Mirta Núñez, abogada especialista en Derecho de Familia, psicóloga social y consultora en Planificación personal, patrimonial y sucesoria, coincide y agrega: "Siempre hay conflictividad explícita o implícita. Cuando se trata de familias ensambladas, es decir, hombres y mujeres con hijos que se separaron o quedaron viudos y volvieron a formar pareja, diría que todos acarrean conflicto". Se estima que sólo en la Ciudad de Buenos Aires, hay más de 35 mil familias de este tipo.
"La repartición de bienes es uno de los principales motivos de conflictos familiares entre adultos", dice Miguel Espeche, psicólogo y coordinador del Programa de Salud Mental del Hospital Pirovano. El podio lo completan la conducción y las libertades de los adolescentes y la educación de los hijos de padres separados.
Florencia Menéndez, jefa de Terapia Familiar y de Pareja del Departamento de Salud Mental del Hospital de Clínicas, agrega: "Así como por la inseguridad se acentuaron los conflictos por las libertades de los hijos adolescentes, tal vez la inestabilidad económica y la dificultad de comprarse una casa propia esté generando familias que están más pendientes de lo material".
"Hay familias que, a partir de la muerte de un familiar al que heredan, quedan distanciadas para siempre. Porque no se están peleando sólo por plata, es el momento donde se libran las batallas de poder según el lugar que cada uno ocupó en la familia históricamente. Las peleas por una herencia, rara vez se superan. Insisto: no se pelean por el presente, sino por el pasado", dice Núñez.
Espeche coincide: "Aparece un quebranto a partir de problemas que estaban larvados, viejos agravios, competencia entre hermanos, sensación de haber sido más o menos queridos por los padres. El conflicto es con el fallecido pero se traslada, por ejemplo, al hermano".
Menéndez opina: "Ese 'yo necesito más porque tuve menos' se expresa en formas materiales, como un modo de ponerle precio a la atención que no se tuvo. Las relaciones más cercanas son más primitivas, irracionales, de alto voltaje emocional, por eso son blanco o negro. Además, no siempre se pelean por un botín millonario, a veces, esa irracionalidad se materializa en algo que no tiene valor, como una guerra por un anillo. Se pelea como una forma de obtener una indemnización por lo que no se tuvo".
La cuerda se tensa todavía más cuando una parte siente que tiene más derecho que la otra porque se ocupó más de quien murió o porque el otro está en una mejor posición económica: "Yo lo cuidé mientras estaba enfermo y vos no apareciste" y "Vos tenés tu casa y yo alquilo, ¿cómo nos va a tocar lo mismo?", son dos argumentos clásicos.
"Hay un punto objetivo que es lo que dice la ley, pero sobre esa matriz aparecen las particulares nociones de justicia de cada uno: esa idea de que 'porque tengo menos me corresponde más'", dice Espeche. Y completa: "También implosiona la familia cuando aparecen los parientes políticos, esas variables que no estaban dentro del ecosistema original. Nueras, yernos, suegros empiezan a sumar opiniones y perspectivas cuando creen que esa persona no tiene verdadera ambición de pelear por lo que corresponde. Empieza la danza de los derechos; lo que no empieza es la danza de la de las obligaciones".
Así, después de que los reclamos dejan en la superficie tanto lo que se consiguió en buena ley como las miserias más tristes, algunos vínculos se emparchan y sobreviven pendiendo de un hilo; otros saturados de rencores, que parecían cosa del pasado, se pudren y se caen de la rama.
Los últimos casos resonantes
Mario Calderón tiene 59 años. Hace 11, después de 3 análisis de ADN, se enteró de que es hijo de un multimillonario que murió al estrellarse con su helicóptero. Le tocan US$35 millones en bienes y cuentas bancarias. Una prima, con un abogado y un escribano, se hizo pasar por heredera hasta que se descubrió la estafa y fueron condenados.
El padre, el hermano y la mujer del escritor sueco Stieg Larsson, autor de la trilogía "Millenium", están en plena batalla por su herencia. Larsson murió en 2004, antes de la publicación del primer libro de la trilogía, sin haber escrito un testamento ni haberse casado con su compañera de años. Esto dejó al padre y al hermano como herederos, que ahora le ofrecieron 2 millones de euros a la mujer, mucho menos de lo que le corresponde.
El autor uruguayo Mario Benedetti murió en mayo. Sus allegados dijeron que la herencia correspondía a una Fundación por crearse y establecía una pensión vitalicia de US$2.000 para Raúl, hermano del autor, que declaró que a su hermano "le hicieron firmar" ese testamento y reclamó a la Justicia.
HERENCIAS
Recomiendan la planificación
"La conveniencia de que las sucesiones se planifiquen en vida es doble. Por un lado evitan en gran medida las guerras entre los herederos después de muertos, ya que lo habitual es que se requiera la conformidad de los futuros herederos. Y si hay una empresa familiar, hay más garantías de que la empresa continúe si se planifica la sucesión", explica Ortemberg. Y agrega: "Que se planifiquen las sucesiones no significa necesariamente dar las herencias en vida. Es una posibilidad, pero otra es planificarla, algo que puede hacerse incluso por medio de un testamento".
En familias ensambladas "suele suceder que herede la última esposa y los hijos de los distintos matrimonios del fallecido. Si hay una sola vivienda, la esposa tiene derecho de uso y goce gratuito y vitalicio y los hijos del primer matrimonio no pueden pedir la división de la herencia mientras viva la viuda. A la vez, los hijos del segundo matrimonio a veces tienen más acceso a la información de los movimientos económicos o financieros del padre y los del primer matrimonio ignoran hasta qué bienes tiene o si tenía dinero en el exterior, dónde", explica Núñez.
HERENCIAS
"Eramos una familia normal"
La familia de Marta -llamémosla Marta- colapsó cuando murió su suegra. Sus dos hijos decidieron poner la casa en la que ella vivía a nombre de uno de ellos porque el otro se estaba divorciando y no quería ponerla en riesgo. "Durante los primeros años no hubo problemas, hasta que un buen día el otro hermano empezó a reclamar su parte. Ahora nos dice que si no se la damos, le peguemos un alquiler mensual. Nosotros sabemos que legalmente le corresponde pero él jamás se acordó de su mamá, jamás le compró remedios, no la venía a visitar cuando estaba enferma", cuenta ella.
Lo que con su suegra en vida parecía una obviedad, con ella muerta no lo fue tanto: "Ella tenía tres nietos y vivió toda la vida con uno de ellos. Ella le había dicho: 'Cuando a mí me pase algo esta casa es para vos'. Se la cedió, lo sabían todos, pero no lo dejó por escrito. Ahora aparecieron las otras nietas a decir que también quieren su parte. ¿Qué parte, si los dos hijos están vivos?", pregunta Marta.
Y no sólo se enfrentaron por la casa: "Yo me había quedado con la Pastalinda, hasta que vino una de las nietas y me la sacó. La otra vino a buscar una cama diciendo que su abuela le había dicho que se la quedara. Es tan triste. éramos una familia normal, ahora ya ni pasamos las Fiestas juntos".
Ahora, en su familia primaria algo huele a historia conocida: "Somos cuatro hermanos. Hace poco me enteré que mi hermano ya dijo que cuando a mis padres les pase algo, él se va a vivir a esa casa. ¿Y el resto? A mí me parece un horror pedirle a mis padres que dejen un testamento, es como ver qué se les puede sacar mientras ellos están vivos. Mi hermano es el mismo que les hizo sacar un crédito para él y que ahora pagan ellos que son jubilados. Uno dice: 'La puta, si a mí nunca me importó lo material, ¿cómo puede ser que se destruya la familia por ésto?'. Es que, por defender lo suyo, uno termina entrando en ese juego.
Fuente: Clarin
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Muchas veces no es cuestión de lo que se hereda, si no de que muchos se dan un derecho que no tienen, por eso surgen los problemas.Incluso si nadie quiere heredar nada también lo critican por no meterse en el infierno que los demás herederos se han metido.Como dice el dicho, guarda lo tuyo para ti que de lo de los demás poco sacadas.
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