jueves, 30 de septiembre de 2010

El adiòs a Romina


La despedida de Romina, que murió a los 36 años, convocó a una multitud en un cementerio de Pilar: desde Susana Giménez a Marcelo Tinelli. Hubo profundo dolor.


Lourdes tiene seis años y faltó a la escuela para “llevarle florcitas” a “Ro”, la conductora a la que veía por Disney Channel. Espera helada tras las rejas del Jardín de Paz de Pilar con su ramito de gipsófila -pequeñas flores blancas- recién arrancado. Tan menuda, se pierde entre el alud de cámaras y cables. Le pasan de cerca Susana Giménez, Marcelo Tinelli, Mirtha Legrand, Ricardo Montaner, Facundo Arana, Pablo Echarri... Algunos ejemplos nomás del caudal de figuras que asistieron ayer el entierro de Romina Yan, que murió el martes de un paro cardiorrespiratorio. Una ceremonia marcada por las presencias fuertes.

La pretensión era un último adiós en la intimidad, en una atmósfera privada en la que el dolor apenas pudiera ser vivenciado por familiares y amigos más cercanos. Pero el impacto de la noticia truncó el deseo del entorno de los Yankelevich. Decenas de personalidades del espectáculo desfilaron, ante la vista de cámaras apostadas en la entrada, al igual que multitudes de curiosos. Y la tristeza tomó, entonces, dimensión pública.

Fue un día gris en más de un sentido: a la tragedia se sumó la lluvia y el frío. En ese clima, el persistente desfile de apellidos tuvo como lugar común el silencio. Todos acompañaron desde el hermetismo, sin declaraciones a la prensa, sin ánimos más que el de acompañar. Así, dijeron presente también Adrián Suar, Andrea Del Boca, Nancy Dupláa, Guillermo Francella, Claudio Villarruel, Bernarda Llorente, Pablo Codevila, Maru Botana, Luisana Lopilato, Arturo Puig y Selva Alemán, Agustina Cherri, Gabriel Corrado, Roberto Carnaghi, Gerardo Rozín, Fernando Bravo, Nicolás Vázquez, los productores de ShowMatch Federico Hope y “Chato” Prada, Gino Renni, entre otros personajes.

Desde temprano, el ojo de la prensa volvió a clavarse en el tema, como anteayer: el féretro salió de una cochería de Vicente López y llegó a las 13.30 a Pilar. Fugazmente se pudo ver a Gustavo Yankelevich y Cris Morena, los padres de Romina, a Darío Giordano -su esposo- y al hermano de Yan, el director de cine y TV Tomás Yankelevich, escoltados por más de 100 personas.

La seguridad alrededor del cementerio fue uno de los puntos clave para que no se infiltraran desconocidos. Desde la mañana se pudo ver merodear a patrulleros de la Policía, así como vehículos de la seguridad privada del lugar.
Enseguida, de a grupos, llegaron también desconsolados ex actores de Chiquititas ya crecidos, ahora lejos de la actividad actoral, pero íconos infantiles una década atrás. Y a medida que la curiosidad de los vecinos aumentaba, se veía desfilar también a trabajadores técnicos de Telefe, desde microfonistas, sonidistas, camarógrafos, a editores y productores relacionados con el marido de Romina, Darío, quienes quisieron acercarse a la familia para intentar contenerla.

Después de un responso en la capilla -que duró cerca de 20 minutos y al que la prensa no pudo acceder por pedido de la familia- las caras reconocibles presentes comenzaron a retirarse camuflados y sin prestarse a las entrevistas de los medios.
Se vio a Martín Seefeld, Alberto Fernández de Rosa, la hija de Susana Giménez -Mercedes, quien serenaba a su madre, junto a su esposo, Eduardo Celasco-. También estuvieron Victor Bó (ex de Cris Morena), Graciela Pal, Agustina Lecouna, Alejo García Pintos, Julia Calvo, y al team juvenil de Casi ángeles , entre ellos Maía Eugenia Suárez y Mariana Espósito, así como a la jefa de prensa Anita Tomaselli, madrina de Yan.

Entre las tantas conversaciones que pudieron escucharse, un grupo de allegados a la familia comentaba que Cris Morena había pasado la noche abrazada a sus nietos, los hijos de Romina (Franco, Valentín y Azul, de 10, 7 y 4 años, respectivamente).
Lejos de la prudencia y el respeto, sobre el final se avecinaron los “cholulos” que no tomaron conciencia del momento e intentaron saludar a sus ídolos a los gritos y con los celulares en mano. Pasadas las 14.30, a la distancia, colmada de abrazos y caricias, se podía ver a Cris con un semblante distinto al que tiene acostumbrado a su público. Tinelli y Susana Giménez intentaban acompañarla sin emitir palabra. El permaneció una hora más, con dos ramos de flores. En ese cementerio está justamente enterrada su abuela.

Entre los pacientes anónimos que esperaban detrás de las rejas, se difundía la noticia del homenaje que se le haría a la actriz en el Obelisco, por la tarde. Sus fans no se conformaban con el último adiós en el Jardín de Paz. Para ellos había que prolongar el recuerdo de la mujer con la que crecieron varias generaciones.

Fuente: Clarin

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