sábado, 22 de enero de 2011

Sexo por obligación


Muchas mujeres pasan períodos breves -la mayoría de las veces, algunos días- sin el deseo de otros momentos, pero se entregan al otro sin comunicar su falta de ganas. Se sienten obligadas y no saben decir que no. Mantener el contacto erótico significa “encontrarse” en la intimidad y la comunicación debería ser la mejor aliada.

Ya sabemos que los “mitos” impregnan la vida sexual. Pensar que los hombres están siempre prestos para el encuentro, o que las mujeres son "vuelteras" antes de decidirse, son creencias erróneas que se generalizan como verdades. Sin embargo, muchas mujeres hacen un esfuerzo para tener una relación. Se sienten obligadas y no saben decir que no. Y no me estoy refiriendo a un problema en el deseo, es decir, una disfunción. Son mujeres que pasan períodos breves -la mayoría de las veces, algunos días- sin el deseo de otros momentos, entregándose al otro sin comunicar su falta de ganas.

Sabemos que el estrés y las exigencias de la vida cotidiana tienen una influencia nociva sobre el mundo erótico. Pero no olvidemos que los influjos externos actúan en forma muy diferente en cada uno de nosotros, dependiendo de la vulnerabilidad individual y de las herramientas con las que se cuentan.

Si la pareja ha hecho de la comunicación una constante, no será difícil expresar la falta de deseo y los motivos que están influyendo. El acuerdo entre las partes borrará todo temor o indicio de culpa. Sin embargo, hay mujeres que viven “mal” la pérdida transitoria del deseo. Y aunque exista la comprensión de la pareja, ellas seguirán insistiendo en que algo “falla”.

Por lo tanto, vamos a encontrar mujeres que están “programadas para cumplir”, ya que sienten culpa cuando no lo hacen. En el área sexual dicen “sí” a la iniciativa del partenaire por mera responsabilidad. Temen que el otro deje de quererlas pero, por sobre todas las cosas, temen a sus propios reproches por haber incurrido en una falta.

Existen otro tipo de mujeres, más dóciles, sumisas, demasiado complacientes con el otro, que ni se plantean que pueden decir “no”; ceden sin problemas al pedido del partenaire.

Otros casos, son aquellas mujeres que tienen deseo, se excitan, pero se sienten obligadas a cumplir con algunas exigencias del compañero sexual: sexo sin preservativo, sexo anal, poses que no las estimula, “sexo fuerte”, exteriorización de “fantasías”, etc. Estas mujeres no saben comunicar qué tipo de contactos le desagradan, no las incita o, simplemente, plantear condiciones para el cuidado mutuo.

La idea de la sinergia, es decir, la aparición espontánea e intensa del deseo en ambos miembros de la pareja, es un mito. La personalidad es singular, por lo tanto, cualquiera de sus expresiones goza de dicho rasgo distintivo. Mantener el contacto erótico significa “encontrarse” en la intimidad, y ésta no debe estar sujeta a ninguna obligación ni igualdad en ganas o capacidad de entrega. Cada uno se brindará al otro con lo que tenga para ofrecer. Y si no hay deseo, la comunicación abierta, sin condicionantes, debería ser la mejor aliada.

Dr. Walter Ghedin. Médico psiquiatra y psicoterapeuta.

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