miércoles, 7 de noviembre de 2012

El techo especial que aísla del calor

El aislamiento del hogar es clave para lograr que nuestra casa sea sustentable. Aislarla de las inclemencias del clima, ya se del calor, como del frío, nos permite prescindir del consumo de energía destinado a la refrigeración de la casa con aires acondicionados, o ventiladores.

La eficiencia energética de una casa puede mejorar en un 50% con un aislamiento adecuado. Aline Rotzetter, experta en materiales del Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zurich, logró desarrollar una especie de manta para el techo que puede aislar casi totalmente la casa del calor del sol del verano, y para colmo es automática, se activa sólo cuando la temperatura sube.


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Según los cálculos de Rotzetter, una casa con esa manta puede ahorrar hasta un 60 por ciento de electricidad en refrigeración durante los tórridos veranos. Está diseñada para activarse cuando la temperatura llega a 32 grados centígrados en el techo, y funciona durante tres horas, todo esto sin consumir nada de electricidad.

Logra su cometido del mismo modo que nosotros los humanos refrigeramos nuestro cuerpo para no sufrir un sobrecalentamiento, es decir, transpirando. Una de las razones porque el ser humano no tenga pelo en el cuerpo, es porque hemos evolucionado para poder ser corredores de fondo en las sabanas africanas, hace unos dos millones de años. Nuestro cuerpo está plagado de glándulas sudoríparas, que al exudar gotas de agua reducen el calor corporal al evaporarse. Gracias a que perdimos el pelaje característico de los primates y los mamíferos, esa evaporación es más rápida y eficiente. Esta manta desarrollada por Rotzetter hace exactamente lo mismo.

Según Rotzetter, la idea se le ocurrió porque buscaba una forma de reducir el consumo energético, y qué mejor inspiración para una sistema refrigerante eficiente que el cuerpo humano. Por ahora apenas está en etapa de desarrollo, y Rotzetter y colegas la están testeando en modelos a escala, todavía no han pasado a probarla en casas de tamaño real. También necesitará bastante trabajo para asegurar que sea comercializable, y que no resulte cara.

La manta está hecha de un material llamado PNIPAm, de apenas unos milímetros de espesor, que absorbe agua de lluvia o del rocío, siempre que la temperatura esté por debajo de los 30 grados centígrados. Una vez que la temperatura supera la barrera, las propiedades químicas del material cambian de hidrofílico a hidrofóbico, es decir de aceptar el agua a repelerla. Al cambiar, el agua se escurre hacia fuera, y al evaporarse enfría el techo.

En las pruebas de laboratorio, las casas modelo pudieron refrigerarse mejor que con pintura reflectante o cualquier otro aislante. Funcionó tan bien como un techo verde, esos que están cubiertos de una capa de plantas. Habrá que esperar a ver si alguien quiere comercializar este material sudador, que podría ser de gran ventaja para la arquitectura sustentable.


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