Cómo se recauda, cómo se reparten los sobornos y hasta qué niveles político y policial llega la plata de las coimas del juego clandestino, la prostitución, los boliches bailables, los desarmaderos y las ferias ilegales, entre otros rubros. Un fenomenal negocio delictivo que sólo en la Provincia de Buenos Aires mueve 300 millones de pesos al año.
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Un ex viceministro dice que las cúpulas policiales ofrecen una “valija” de un millón de pesos al Ministro de Seguridad de turno. Eso es lo que vemos en el gráfico en lo que vendría a ser la maxima autoridad.
Es un sistema histórico de corrupción policial que ya está naturalizado dentro de la institución y que es tolerado por el poder político. Porque constituye un método de autofinanciamiento clandestino, por nadie desconocido. Según pudo saber Noticias mediante testimonios de policías en actividad, ex agentes y funcionarios, las 360 comisarías de toda la provincia de Buenos Aires pueden llegar a recolectar $ 300 millones anuales por Evitar el control de los delitos contravencionales, una herramienta que la Policía ha retenido con celo durante décadas, y cuyo incumplimiento muchos funcionarios minimizan como una cuestión “folklórica”.
Sin embargo, estas faltas no son temas menores. La flexibilidad policial le abrió la puerta a la tragedia de Cromañón; hoy también facilita que los menores beban alcohol en los boliches, que haya trata de personas y explotación sexual de menores en los cabarets y que se propague la industria del robo de autos para su reventa en talleres clandestinos. Los montos mencionados de la recaudación ilegal no toman en cuenta lo que se conoce como “la caja sucia manchada con sangre”: venta de drogas, secuestros extorsivos, desarmaderos o zonas liberadas para robos, que ya no involucra a un sistema sino a policías en particular.
Fuente: Revista Noticias
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