viernes, 24 de mayo de 2013

LA DECADA ROBADA


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 Este sábado un grupo pequeño de millonarios que vino desde Santa Cruz festejará su rápido ascenso social. Brindarán en sus cavas, se abrazarán en sus enormes hectáreas compradas con dinero malhabido y hasta se subirán a algún avión privado para llegar hasta la Plaza de Mayo y que la Presidente los vea y sepan que son leales.

 Sonreirán para las atentas cámaras de un canal estatal puesto al servicio de un Estado autoritario y fingirán ser parte de la lucha por una Patria más justa. Se mostrarán felices en un escenario que se enfrentará a una previsible Plaza repleta.

 Nunca como en esta década hubo un divorcio tan enorme entre el discurso y los hechos. Con el argumento de la defensa de la independencia, la autonomía del pueblo, la defensa de la política y de los derechos humanos, se perpetró el mayor latrocinio del que tenga memoria la Nación.

Por eso no es casual que durante la celebración de esta década robada se esté avanzando en una reforma judicial que tienen como único objetivo la destrucción final del sistema republicano para garantizar la impunidad de los autores del defalco.


 Es la década robada por una asociación ilícita que lideró Néstor Kirchner y que heredó su esposa. Cuando hablo de asociación ilícita no hablo sólo de un concepto jurídico que espera ser juzgado en Tribunales, me refiero a una banda que llegó a gobernar el Estado en 2003, que destruyó todos los organismos de control, que consolidó un poderoso aparato oficial y paraoficial de propaganda con el objetivo de impedir el acceso a la información de la sociedad y que ahora cierra el círculo demoliendo el Poder Judicial.

 El kirchnerismo ha profundizado la década menemista. Y en esto hay que reconocer que el Partido Justicialista perfeccionó el sistema de saqueo quitando del medio a quienes podían denunciar y controlar: periodistas, controles republicanos y funcionarios judiciales. Y que también aportó una novedad: la corrupción indiscriminada se desarrolló detrás de personajes públicos queridos y respetados.
 Así actores, músicos, periodistas y dirigentes de derechos humanos entregaron su prestigio adornando actos en los se anunciaron obras que nunca se realizaron o aplaudieron cadenas nacionales en las que se habló de millones de pesos públicos que terminaron en las bóvedas de Santa Cruz.

 La década robada es también la época en que el narcotráfico se enquistó definitivamente en los distintos estamentos del poder, lo que trajo, por un lado, crímenes mafiosos que siguen impunes y, por otro, la masificación de drogas de alto destrucción como el Paco en los sectores populares y las drogas de diseño para los sectores medios y altos. Es también la década en la que la trata de personas creció y convirtió a centenares de mujeres en víctimas de la esclavitud en prostíbulos que muchas veces fueron apañados desde el poder político, policial y judicial. Es también la década de la destrucción de los recursos naturales y de la represión a los pueblos originarios.

La década robada fueron también los años en que los argentinos aprendimos con enorme dolor como el dinero que se roban se paga con la muerte: La masacre de Cromañón, la del Sarmiento en Once o las recientes inundaciones en La Plata fueron acontecimientos que marcarán a la sociedad por muchos años.

 Mi esperanza es que esta década robada nos haya hecho reaccionar como sociedad y que hayamos aprendido que los millones que se roban, son los recursos que faltan para poder construir una sociedad de clase media, achicar la enorme brecha de desigualdad entre ricos y pobres y generar la infraestructura que hoy falta. Mi esperanza es que nos terminemos de convencer que la corrupción mata y que decidamos vivir con dignidad en un país donde no nos de vergüenza su clase dirigente, donde le podamos mostrar a nuestros hijos que es posible convivir con la verdad, la libertad y la justicia y donde la educación, la cultura, la creatividad y el trabajo vuelva a hacer el verdadero factor de movilidad social ascendente.

 Columna de opinión de Elisa Carrió escrita para la Agencia de Noticas DyN. Se publicó el 23 de mayo de 2013





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