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No dejes que se roben
la tuya, compartilo con tus amigos o alguien que lo necesite. Cada uno de
nosotros, tenemos una carga de energía asignada, es nuestra responsabilidad
utilizarla con medida y no desperdiciarla. Pone atención y conectate
conscientemente, eliminando algunas interferencias:
Dejá ir a personas
que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo
y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura
que no sea en tu mente.
Pagá tus cuentas a
tiempo. Al mismo tiempo cobrá a quién te debe o elegí dejarlo ir, si ya es
imposible cobrarle. Las deudas no caducan con el tiempo, aunque la ley te
proteja; sé responsable, es mejor hacer un plazo de centavo a centavo, que perder
tu preciada energía y tu palabra.
Cumplí tus promesas. Si no has cumplido, preguntate por qué
tenes resistencia. Siempre tenes derecho a cambiar de opinión, a disculparte,
a compensar, a renegociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida;
aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo
que no queres hacer, es decir "no" desde el principio.
Eliminá en lo posible
y delegá aquellas tareas que no preferis hacer y dedicá tu tiempo a hacer las
que sí disfrutás.
Aunque no debes de huir de responsabilidades y no todo el
tiempo es factible, muchas veces por puro control o por no darnos el permiso,
seguimos perdiendo tiempo en nimiedades y abandonando lo verdaderamente
significante en nuestras vidas.
Date permiso para descansar si estás en un momento que lo
necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad. La
naturaleza, tiene ritmos y tu vida también. No actuar en el momento erróneo te
quita energía y no parar cuando lo necesitas, también.
.
Tirá, recoge y
organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas
del pasado que ya no necesitás. Uno por uno, tomá cada papel, cada recuerdo y
hasta cada sueño y elegí.
Da prioridad a tu
salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no podes hacer
mucho. Tomá sol por las tardes, meditá, respirá, bañate en el mar, hacé
ejercicio en la naturaleza, escuchá tu cuerpo y eliminá las toxinas. Hacé una
cita médica y mirá si te faltan minerales o vitaminas. Alimentate con comidas
orgánicas y frescas; trabajá en la prevención para evitar la crisis de una
enfermedad (un cuerpo sin energía, da avisos).
Enfrentá las situaciones tóxicas que estás
tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones
negativas de una pareja; y tomá la acción necesaria. Resignarte a una situación
y sentirte que no tenes control, sólo conseguirá drenarte.
Aceptá. No
es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear
contra una situación que no podes cambiar. Entregar a Dios, siempre podes
elegir tu camino y fluir sin apegos hasta llegar a tu orilla a salvo
Perdoná. Deja ir una
situación que te esté causando dolor, siempre podes elegir dejar el dolor del
recuerdo.
Estar conectados a
Dios y su amor es la fuente más grande de energía, mientras que los miedos, el
rencor y la ira son los bloqueadores más frecuentes. Enfocate en el presente,
vivir en el pasado o vivir en el futuro, sólo te drenan del presente. Recorda
que tenes una fortuna, Dios te regaló una cuenta con latidos de vida, usalos
con conciencia, no los desperdicies y serás feliz, latido por latido.
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