El llamado "Boudougate" ha deparado ya demasiadas
sospechas sobre la posibilidad de que, desde el poder político, se haya
favorecido a un grupo allegado al vicepresidente Amado Boudou y encabezado por
el monotributista Alejandro Vandenbroele para quedarse con la legendaria
imprenta Ciccone, primero, y para asegurarse suculentos negocios con el Estado,
después.
Otra gran pregunta pasa por el negocio que, sin que mediara
licitación, la Casa
de Moneda le aseguró a la nueva imprenta Ciccone, rebautizada como Compañía de
Valores Sudamericana S.A., consistente en su contratación para la impresión de
unos 500 millones de billetes, el 38,5 por ciento del total de los 1300
millones de billetes que la Casa
de Moneda se comprometió a proveer al Banco Central (BCRA).
Tanto la presidenta de la Casa de Moneda, Katya Daura, como Vélez -presentó su renuncia al BCRA días atrás- son personas de íntima confianza de Boudou, lo cual alimentó todavía más las sospechas de un hecho de corrupción que podría involucrar a funcionarios y amigos del ex ministro de Economía y actual vicepresidente de la República.
Pero hay otra pregunta que añade más dudas. ¿Por qué se
insiste en imprimir billetes de cien pesos en lugar de crear otros de mayor
denominación, acordes a la realidad de los precios de la economía argentina, a
un costo muchísimo menor?
La Casa de Moneda dispuso que Compañía de Valores Sudamericana se haga cargo de la impresión de 500 millones de billetes, supuestamente porque aquélla carecería de la estructura propia para producir la cantidad de papel moneda necesaria. Pero lo cierto es que si en lugar de imprimir tantos billetes de cien pesos, se crearan los de 500 pesos, la cantidad de billetes que habría que fabricar se reduciría notablemente y, probablemente, no sería necesario tercerizar la impresión de papel moneda.
Lo ha dicho con claridad un ex jefe de Auditoría y Control de la Casa de Moneda, Roberto Alfredo Taccari: "En 2012, el Banco Central considera que debe imprimir 600 millones de billetes de 100 pesos. Y de acuerdo con las noticias que se conocieron, la Casa de Moneda tiene capacidad para imprimir 300 millones y los otros 300 millones serían contratados con la empresa Ciccone. Si se imprimieran billetes de 500 pesos, con 75 millones de billetes de 500, más 225 millones de 100, se imprimiría el mismo monto de circulante, pero sólo con 300 millones de billetes, esto es, la mitad".
Según el especialista consultado, se ahorrarían varias decenas de millones de dólares como costo de impresión y se podrían fabricar todos los billetes en su ámbito natural, la Casa de Moneda.
La desvalorización de nuestro billete de mayor denominación es elocuente si se compara a nuestro peso con otras monedas. Mientras que once años atrás nuestro billete de 100 pesos equivalía a 100 dólares estadounidenses, hoy apenas representa 22,8 dólares.
En Brasil, el billete más alto, de 100 reales, equivale a
255 pesos argentinos. En Uruguay, el papel de mayor denominación, el de 1000
pesos uruguayos, equivale a unos 250 pesos argentinos, en tanto que en Chile,
el billete más grande, que es el de 20.000 pesos chilenos, es equivalente a 182
pesos.
Por Fernando Laborda LA NACION - Febrero 2012.-
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