"Un fantasma recorre Europa".
Karl Marx y Friedrich Engels
Un viejo chiste cuenta que un experto
cazador enfrenta un desafío complicado: abatir a un oso salvaje que causa
destrozos enormes en una región muy boscosa. Se equipa adecuadamente, parte
hacia la selva, localiza su blanco y dispara; el animal cae. Cuando el sujeto
se acerca a su víctima, éste se alza y, tomándolo con fuerza, lo viola y se
interna rumbo a su madriguera. Indignado y vejado, el hombre regresa al año
siguiente, mejor armado aún, y la escena se repite como calcada; nuevamente lo
intenta año tras año, siempre con igual resultado. Hasta que un día, el oso le
pregunta: ¿me vienes realmente a cazar o te gusta que te viole?
El papel que, de cara a la sociedad, están
desempeñando los legisladores de la oposición parece imitar al del cazador del
chiste. Una y otra vez, cae en las celadas que, ya desembozadamente, el
oficialismo organiza para obtener, con sus mayorías automáticas, leyes
trascendentales. Es cierto que la forma en que los argentinos votamos en las
últimas elecciones hace que el arco opositor en el Congreso se encuentre
atomizado al máximo, pero no lo es menos que no se ha mostrado capaz de
reaccionar ante el avasallamiento de todas las normas republicanas.
Hace poco tiempo, por ejemplo, sugerí que
no solamente se negara a dar quorum, sino que se trasladara masivamente a la Plaza de los Dos Congresos y
sesionara, en disidencia, allí. Si bien la adopción de esta conducta, o de otra
similar, no tendría consecuencias institucionales, sí demostraría una firme
voluntad de resistir y la capacidad de formular propuestas alternativas a cada
una de las iniciativas del kirchnerismo, amén de poner de manifiesto la soledad
de éste a la hora de avanzar en su proyecto tiránico.
Además, quedaría claro quiénes son los
que, a cambio de favores de todo tipo o, inclusive, de mera estupidez, permiten
con sus acciones que este terrible derrotero continúe, como sucedió en estos
días con los legisladores que responden a los Rodríguez Saa que, pese a que
luego votaron en contra de la Ley
de Hidrocarburos, habilitaron a la
Cámara de Diputados para proceder a su tratamiento y resolver
la cuestión por mayoría simple de los presentes.
Los "pibes para la liberación" y
los rentados adherentes de La
Cámpora están dispuestos a aplaudir, con igual ahínco, tanto
las iniciativas presidenciales que prohibían a las telefónicas brindar
servicios de comunicación audiovisual porque resultarían monopólicas, hace
cinco años, como las actuales que, en nombre del "derecho humano" de
la comunicación, ahora pretende habilitarlas. Nada ha cambiado desde entonces,
ya que Telecom es dueña de Telefónica, o sea, es monopólica en telefonía, pero
la actual necesidad imperiosa de dólares ha hecho modificar la postura oficial
sin que nadie brinde una explicación o, al menos, se ponga colorado.
Obviamente, ocurre algo similar con la tan declamada "soberanía
energética", a la que se sodomizará nuevamente otorgando condiciones
especialísimas a las empresas que quieran participar del festín por los
próximos 80 años, beneficiando en el camino a Lázaro Báez y Cristóbal López en
sus concesiones petroleras de Santa Cruz.
Pero más llamativo aún es el silencio de
los líderes políticos que, con algunas raras excepciones, ni siquiera se expresan
para manifestar su rechazo a estas iniciativas del oficialismo. Parece que
proyectos tan trascendentales como los del Código Procesal Penal, una verdadera
autoamnistía del kirchnerismo que una enorme cantidad de fiscales adictos le
garantizará bajo las órdenes de la Procuradora ¡Giles! Carbó, o el Presupuesto
nacional, o la recién sancionada Ley de Hidrocarburos, o esta voltereta de la Ley de Medios, que permitirá
confiscar las redes de comunicaciones instaladas, o la masiva incorporación de
empleados públicos no calificados, tampoco ameritan que los
"presidenciables" se reúnan y emitan una declaración común de
rechazo.
Los gurúes "marketineros" les
aconsejan no hablar, para no perder votos por izquierda o por derecha, y ellos
se dejan fabricar y vender como si se trataran de un pan de manteca o una
botella de detergente. Hoy, a menos de un año de las elecciones, ninguna de las
agrupaciones políticas que intentan suceder a doña Cristina ha expuesto un plan
de gobierno o una plataforma a la consideración ciudadana; se han limitado a
mostrar las fotos de sus candidatos e intentar así conseguir la adhesión
popular a su figura, no a sus ideas.
En estas lamentables condiciones, un amigo
muy querido me preguntó esta semana si, así como están las cosas en la política
argentina, sumada a la ratificación del populismo en Brasil y Uruguay, resulta
impensable que Scioli se alce con el 40% de los votos en la primera vuelta, y
ninguno de sus competidores alcance el 30%; porque entonces, de acuerdo con la
ley vigente, se llevaría el premio mayor en primera vuelta y evitaría repetir,
en la segunda, lo que sucedió con Menem en 2003. Algunas voces hablan de una
fórmula presidencial con Máximo Kircher como vice, Randazzo como gobernador y
Cristina como cabeza de la lista de diputados provinciales; la probabilidad de
alcanzar con ese engrudo -sumado a un reajuste monumental de los planes
sociales- el mágico porcentaje, ante la inacción de los demás, no parece ya
disparatada.
Claro que, para que ese sueño de
kirchnerismo eterno se cumpliera, la situación económica debiera invertir el
rumbo de colisión que mantiene, inalterable, desde la reelección de la noble
viuda, cosa que no parece probable. Creo que ni un rápido arreglo con los
fondos buitre le permitiría al Gobierno acceder a los dólares que necesita como
el aire para seguir respirando; porque, más allá de las intenciones del
oficialismo, todos estas nuevas iniciativas legislativas tienden a confirmar la
total falta de seguridad jurídica que padece la Argentina.
Desde otro ángulo, y sabiendo cómo
funciona la lealtad al que manda que afecta desde siempre al PJ, tampoco
aparece claro el futuro respeto del peronismo territorial a un liderazgo que,
cuando sea que entregue el mando, Cristina habrá perdido irremediablemente.
Pero, si todos los opositores no se ponen
las pilas y dejan de hacer la plancha y papar moscas, en tanto la Presidente siga siendo
dueña de la máquina de imprimir dinero podrá inundar de billetes el país el año
próximo y, con ello, hacer que su resignado y colonizado candidato mejore
fuertemente su intención de voto en la recta final.
Por todo eso, la ciudadanía republicana
también debe dejar de mirar para otro lado y concurrir, masivamente, a la
marcha convocada para el 13 de noviembre (¡faltan sólo 11 días!), a las 20:00
hs., en las calles y plazas de todo el país. No para intentar que un gobierno
sordo nos escuche, ya que sabemos que no lo hará, sino para evitar que la
imbécil oposición siga haciéndole el juego a este régimen que, cada día, va
perdiendo hasta la leve coloratura democrática que lo acompañaba.
Si cada uno de nosotros no asume este
mínimo compromiso cívico, sin duda habremos entregado nuestro futuro, y el de
nuestros hijos y nietos, a los bárbaros, que una vez más asolarán la Argentina como hicieron
Atila y el comunismo con Europa en otros siglos.
Bs.As., 2 Nov 14
Enrique Guillermo Avogadro.-
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