lunes, 2 de noviembre de 2009

Ideas para que los dejen de usar


• No pidan tanto permiso. Ustedes tienen derecho a querer lo que deseen. No necesitan la aprobación de nadie. Por ejemplo, no digan: “le molesta contestarme una pregunta?”, en cambio es más correcto “tengo una pregunta que me gustaría hacerle”.
• Miren con firmeza y confianza. Dirijan siempre la mirada a los ojos de los demás. Lo que dicen sus ojos en cuatro segundos acerca de su fortaleza y su respetabilidad, influye más que mil discursos.
• No se dejen impresionar. Las personas que acostumbran a usarlos reaccionan violentamente cuando se les acaba el juego. Deben estar preparados y recordar que lo difícil es este inicio, luego ya nunca volverá a ser igual.
• Manténganse erguidos. Recuerden que su fuerza y su acometida radican en su postura corporal.
• Eviten enojarse. Cuando abusan de ustedes, su ira tiene más que ver con su frustración que con la culpa. Si no pueden evitar la angustia, no lo demuestren. Eso fortalece a su opresor.

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