Hay una leyenda que dice que era una vez uno que tenía un hermoso jardín... había árboles... y un día pues se fue de vacaciones. Y cuando regresó... a la entrada de la casa había un roble hermoso y dice la leyenda que se llevó una sorpresa porque al entrar en ella pues el roble estaba secándose.
Entonces le preguntó: ¿pero qué te ha pasado a ti?
y el roble dijo: ¡es qué yo quiero ser como aquel pino!
Había un pino arriba... bueno.
Siguió andando y cuando llegó al pino, resulta que el pino estaba también secándose. Era un pino esbelto.
Y le preguntó: ¿y a ti... qué te ha sucedido a ti, para que te seques?
y se agachó el pino que era altísimo y le dijo: ¡es que yo quiero ser como aquel roble!
Esto es un poco lo nuestro, queremos ser otra cosa, estar en otro lugar, pretender otra tarea, otra profesión, otro quehacer, otra cosa... otra cosa.
Dice la leyenda que preguntó a unos pensamientos diminutos que había, casi... casi ni se veían, insignificantes... y vosotros ¿qué queréis?
Y todos a una, a una dijeron:
- nosotros ¡somos felices así!.
¡Somos felices así! Me ha tocado un lote hermoso y me encanta mi heredad. Me ha tocado ser un roble, ser un pino, ser un pensamiento, una azucena, una violeta, ser hombre, ser mujer... y que contento estoy así. Yo no quiero otra cosa. Esa es una dicha divina.
Y vio Dios que era bueno, todo lo que hizo era bueno, era bueno la violeta, y la mariposa, y el roble, y el castaño, y el pino, y el hombre, y la mujer... todo era maravilloso, era bueno.
Escuela del Silencio autor José Fernández MORATIEL, web: www.dominicos.org/manresa/silencio
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