domingo, 13 de marzo de 2011

Despues del Tsunami, Japon enfrenta el terror nuclear


Hubo una explosiòn en una planta atómica: evacuaron a 200.000 personas.

Una filtración interna en el reactor, una explosión por una aparente descompresión y cuatro empleados internados con altos niveles de radiación son los datos que nadie se atreve a desmentir sobre la situación dentro de la planta de Fukushima y que provocaron que se lanzara un alerta máxima en todo Japón. Después, los detalles del alcance de esta crisis se matizan según quien los explique, si son científicos, miembros del Gobierno o de la empresa encargada de la planta nuclear. Por ejemplo, la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa informó ayer que había un grave problema con un segundo reactor y que las personas expuestas a la radiación podrían ser 160.

La primera noticia que se conoció tras el sismo y el tsunami fue que dentro de uno de los seis reactores que tiene la planta de Fukushima Daiichi se había producido una filtración. El peligro de esa fuga radioactiva puso en alerta a las autoridades que evacuaron a 46.000 personas en la región y determinaron un área de exclusión de 10 kilómetros a la redonda.

Pero a medida que pasaron las horas, se conocieron detalles de lo que fue pasando dentro del reactor número 1, donde la electricidad necesaria para que se completen los procesos de refrigeración del núcleo se cortó por el sismo.

Si la temperatura sube, se corre el riesgo cierto de una fusión en el núcleo que, de producirse, generaría una explosión nuclear. Por esa razón, según fuentes de la empresa, bombeando agua de mar intentaron enfriar las barras que están en el núcleo. Pero, a pesar del procedimiento, no consiguieron bajar la temperatura y fue entonces que decidieron abrir el contenedor primario que rodea al núcleo del reactor. Allí salieron gases con reactividad, que pasaron a un contenedor secundario.

Sobre lo que sucedió después aún no hay coincidencias absolutas . El Gobierno explica que la explosión sucedió fuera del primer contenedor y que dañó el edificio de la planta. Otros especialistas explican que la explosión se produjo dentro del segundo contenedor y que dañó esa “jaula” de protección, pero que, a pesar de eso, el núcleo se mantuvo intacto. Estos últimos se lo atribuyen a una reacción química entre hidrógeno e oxígeno, que se volvió inestable a partir de la descompresión por la liberación de los gases.

A pesar de que las fuentes oficiales explicaron que los valores de radioactividad registrados en las cercanías de la planta habían bajado en las últimas horas, la evacuación siguió creciendo de manera exponencial . De los 46.000 evacuados del primer día, pasaron ayer a un total de 170.000, más otros 30.000 en las inmediaciones de la otra planta de Fukushima.

Recomiendan repartir pastillas de yodo contra la radioactividad

Es una medida prevista para evitar el cáncer de tiroides, un peligro que acecha a los japoneses.

Los materiales radioactivos que detectaron en las inmediaciones de la planta de Fukushima Daiichi son producto de la actividad de los reactores nucleares.

Aún no se conocen bien los detalles del problema.

La liberación del yodo y del cesio se puede haber producido por el venteo, que consiste en una dispersión pequeña de material radiactivo a la atmósfera”, explicó Enrique Cinat, ingeniero y gerente de seguridad nuclear y ambiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica de la Argentina.

“Ante este tipo de situaciones, un accidente nuclear que fue evaluado en el nivel 4 de una escala de 7, es razonable que la agencia haya recomendado la evacuación, porque minimizará que la población sea afectada por la radiación, aunque todavía se desconocen sus niveles exactos. Hay que hacer una evaluación con más mediciones. Mientras tanto, la evacuación se hace preventivamente”.

Como medida de mitigación ante accidentes nucleares, la Agencia Internacional de Energía Atómica recomienda la distribución de yodo en pastillas a la población . Esas pastillas sirven para evitar que el yodo radiactivo se aloje en la glándula tiroides de las personas. De tal manera, se previene el cáncer de tiroides a mediano plazo, una de las posibles consecuencias para la salud humana en casos de alta radiactividad.

“Este procedimiento de la entrega de pastillas de yodo se debe hacer cuando la dispersión de material radiactivo es relevante, y no cuando se trata de pequeñas cantidades”, aclaró Cinat. Hasta ayer, las autoridades japonesas manifestaron la intención de distribuir pastillas.

“Cuando ocurre un sismo, las plantas nucleares activan un sistema de autofrenado, que funcionó en los tres reactores que estaban operando en el complejo Fukushima Daiichi”, comentó Cinat. A su vez, tras el frenado, se activan diferentes sistemas de refrigeración que sirven para enfriar el núcleo del reactor.

“El enfriamiento dura tres días. En la planta de Fukushima Daiichi, los núcleos de los reactores permanecen intactos, aunque en dos los sistemas de refrigeración habrían sufrido algún problema al ser afectados por el terremoto con el tsunami. Dentro de este proceso, se habría liberado material radiactivo, aunque aún no tenemos una notificación oficial del hecho”.

Para prevenir, se empezó ayer a evacuar 170.000 personas que estaban en un radio de 20 kilómetros alrededor de la planta. También se ordenó la evacuación de 30.000 personas que se encontraban cerca de otra planta nuclear, la Fukushima Daini.


Cómo funciona el sistema atómico en la Argentina

La Argentina cuenta con dos centrales nucleares en funcionamiento, y una tercera en construcción. Desde el Centro Atómico Bariloche aseguran que el accidente nuclear que se vivió en Japón no podría producirse en el país. “La principal razón es que el accidente fue consecuencia de la combinación de un sismo y un tsunami, que habría dañado a sólo dos de los 54 reactores nucleares que tiene Japón”, explicó el ingeniero nuclear Aníbal Blanco, del Centro Atómico en Bariloche. “Japón se encuentra en una zona de riesgo sísmico alto. En cambio, en la Argentina las centrales nucleares se ubican en zonas de riesgo sísmico bajo”.

Las centrales nucleares argentinas en funcionamiento son Atucha 1, en el partido bonaerense de Zárate, y la otra es Embalse, en Córdoba, que proporcionan el 8% de la energía distribuida por el sistema interconectado nacional. Una tercera central nuclear, Atucha 2, se encuentra aún en construcción.

Otra diferencia con Japón, aclaró Blanco, es que se trata de plantas con reactores nucleares muy diferentes en su funcionamiento y construcción. En Japón, el complejo que sufrió el accidente tiene reactores de agua liviana en ebullición como refrigerante. Esos reactores aportan el 30% de la electricidad que consume el país. Y se espera que en 2017 el 40% de la electricidad sea obtenida por reactores nucleares.

En cambio, en la Argentina, las centrales poseen los llamados reactores con agua liviana a presión como refrigerante y moderador. Hoy, el 7% de la electricidad que se consume se obtiene por generación nuclear.
“A pesar del accidente, me parece justo recordar que las plantas nucleares en Japón han resistido fuertes sismos previamente –opinó Enrique Cinat, de la Comisión Nacional de Energía Atómica–. El sismo estuvo por encima de lo esperable. Aun con ese récord, el sistema de frenado del reactor funcionó, y quedó resguardo el núcleo”.

Fuente: Clarin

No hay comentarios:

Publicar un comentario