jueves, 31 de mayo de 2012

¿POR QUÉ NO SON BUENOS LOS LÁCTEOS?


La mayoría de las personas crece con la idea de que la leche es una bebida saludable y es indudable que la industria de los productos lácteos se ha encargado de promover muy bien esa idea. Sin embargo, los investigadores que han tratado de entender por qué las personas que consumen dietas occidentales tienden a registrar altos índices de cáncer, han empezado a culpar no sólo a la carne y otros alimentos grasos, sino también a los productos lácteos.

En 1998, investigadores de Harvard informaron sobre los resultados obtenidos con un grupo de profesionales de la salud. Aquellas personas que bebían más de dos porciones de leche al día tenían un riesgo 60% mayor de sufrir de cáncer de próstata, en comparación con aquellas que generalmente evitaron consumir leche. En el 2000, otro estudio de Harvard realizado con hombres reveló lo mismo. También muchos estudios han obtenido resultados similares y los investigadores han evaluado el rol de los productos lácteos, ya sea positivo o negativo, en otras formas de cáncer.

¿Por qué los productos lácteos influyen en el riesgo de desarrollar cáncer?

Para entender por qué los productos lácteos pueden influir en el desarrollo del cáncer, debemos recordar su propósito biológico. La leche de todo mamífero es producida por las madres para ayudar al rápido crecimiento de sus recién nacidos. Tiene un alto contenido de proteínas, grasas y azúcar -lactosa- así como docenas de hormonas y otras sustancias químicas naturales para el desarrollo de los infantes. La leche varía según su especie y la leche de vaca tiene un perfil de nutrientes muy distinto al de la humana.

Ciertamente, después del destete, todos los mamíferos dejan de beber la leche de sus madres. Pero hace algunos miles de años, los seres humanos empezaron a consumir leche de vaca y de otros mamíferos.

Cuando los seres humanos beben leche de vaca, ésta produce ciertos cambios biológicos molestos en su cuerpo, como el aumento en la cantidad del factor de crecimiento similar a la insulina tipo I (IGF-I, por sus siglas en inglés) en la sangre. El IGF-I es un poderoso estimulante de la formación de células cancerígenas. Cuando las células del cáncer de mama se mezclan con el IGF-I en un tubo de ensayo, por ejemplo, éstas se multiplican rápidamente.

Los investigadores tienen conocimiento, desde hace muchos años, que los hombres y mujeres con niveles más altos de IGF-I en la sangre tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar cáncer de próstata y cáncer de mama premenopáusico, respectivamente, en comparación con aquellas personas que tienen niveles más bajos.

Por lo tanto, una forma en que la leche puede influir en el riesgo de sufrir de cáncer es aumentando la cantidad de IGF-I en la sangre. Aquellas personas diagnosticadas con cáncer pueden tener mucha razón al preocuparse porque el consumo de leche aumenta la concentración de IGF-I en la sangre, ya que puede estimular la multiplicación de células cancerígenas.

Asimismo, la leche produce otros cambios químicos en el cuerpo, algunos relacionados con tipos de cáncer específicos. Por lo general, se refieren no sólo a la probabilidad de desarrollar cáncer, sino a la rapidez con la que se multiplicará y propagará una vez que ya se ha manifestado.

Por eso, las leches de soya, nueces, avena o de papas son alternativas nutritivas y saludables para ti. Búscalas en las tienda de productos naturales y experimenta para encontrar tu favorita. Proteger tu salud depende de ti.

Información adaptada del Comité de Médicos para una Medicina Responsable.

***************************

OSTEOPOROSIS Y LÁCTEOS

-En 1994, el American Journal of Epidemiology (volumen 139) reportó: “El consumo de productos lácteos, particularmente a la edad de 20 años, está asociado con el aumento de riesgo de fractura de cadera... el metabolismo de la proteína causa un aumento de la eliminación de calcio de la orina”.

- Después de analizar los estudios de 34 estudios realizados en 16 países, investigadores de la Universidad de Yale encontraron que aquellos países con la mayor incidencia de osteoporosis, incluyendo Estados Unidos, Suecia y Finlandia, eran aquellos en que la población consumía la mayor cantidad de carne, leche y otros alimentos de origen animal.

- La mayoría de la población del mundo no consume leche de vaca y sin embargo la mayor parte del mundo no experimenta los altos índices de osteoporosis que afectan a los países desarrollados. En las naciones asiáticas, por ejemplo, donde el consumo de lácteos es bajo y las mujeres tienden a ser delgadas y de osamenta pequeña, (ambos factores de riesgo universalmente aceptados por la osteoporosis), los índices de fractura suelen ser mucho más bajos que los de Estados Unidos y los países escandinavos, donde el consumo de estos productos es considerablemente mayor.

- Un estudio patrocinado por el National Dairy Council, organismo estadounidense que promueve el consumo de lácteos, consistió en darles aun grupo de mujeres post-menopáusicas tres vasos de ocho onzas de leche descremada al día por dos años y comparar los huesos con un grupo de control de mujeres que no tomaron la leche por el mismo período. El “grupo lácteo” consumió 1,400 mg de calcio por día y sin embargo perdió el doble de masa ósea que el grupo de control. De acuerdo con los investigadores “se debió al promedio de 30% de aumento en el consumo de proteína en la suplementación con leche”.

- La Universidad de Harvard realizó un estudio que consistió en supervisar a 78,000 enfermas durante un período de 12 años. Encontró que aquellas que consumieron la mayor cantidad de calcio obtenido de productos lácteos aumentaron significativamente el riesgo de fracturas con respecto a aquellas que rara vez consumieron leche y sus derivados, las cuales no sufrieron aumento alguno. Publicado por el American Journal of Public Health, 1997, volumen 87.

- Un estudio del National Institute of Health de la Universidad de California, publicado en el American Journal of Clinical Nutrition en el 2001, determinó que “Las mujeres que consumen la mayor parte de sus proteínas de fuentes animales sufrieron tres veces más el grado de pérdida ósea y 3.7 veces mayor grado de fracturas de cadera que aquellas que obtuvieron sus proteínas de fuentes animales”.

- Investigadores de la Universidad de Sydney (Australia) y el hospital de Westmead descubrieron que el consumo de lácteos, especialmente desde muy joven, aumenta el riesgo de fracturas en edad avanzada (American Journal of Epidemiology, 1994).

Otro dato interesante es que, según las estadísticas mundiales, los países que más consumen lácteos son los que más altos índices de osteoporosis tienen.

Ya localizado el problema, propongamos una solución.

¿Qué se puede hacer para tener unos huesos fuertes?

La osteoporosis es una enfermedad terrible y aunque la evidencia es fuerte en señalar que el consumo de leche no la previene, sino que la favorece, eso es solamente una parte de la soluciona el problema; para gozar de huesos más fuertes se debe además:

- Obtener suficiente vitamina D (Se obtiene la necesaria con la exposición diaria de 15 minutos al sol o con suplementos).

- Eliminar la proteína animal; fuentes no animales de calcio son vegetales de hoja verde oscuro, almendras, espárragos, brócoli, repollo, avena, frijoles, perejil, semillas de sésamo y Tolú (queso de soya).

- Limitar el consumo de alcohol, pues es tóxico para las células que forman los huesos e inhibe la absorción de calcio.

- Limitar el consumo de sal.

- No fumar, (existen estudios que demuestran que las mujeres que consumen un paquete de cigarrillos diarios tienen entre cinco y diez por cinto menos densidad ósea en la menopausia que las no-fumadoras).

- - Hacer ejercicio. Otro estudio, publicado por el British Medical Journal, que observó a 1,400 hombres y mujeres por un período de 15 años, encontró que el ejercicio puede ser la mejor protección contra las fracturas de cadera y que la reducción del consumo de calcio en la dieta no parece ser un factor de riesgo.

- De acuerdo con el Dr. Neal Bernard, presidente de Phisician’s Comité for Responsable Medicine la leche, en particular, es una prevención pobre contra las fracturas... las fuentes más saludables de calcio son los vegetales de hoja oscura y las legumbres...

No tiene sentido, por lo tanto, consumir la leche materna de las vacas, o cualquier otro mamífero. La Naturaleza creó la leche materna de humanos para los bebés humanos, y la leche de vaca para los terneros. En la Naturaleza, los animales no toman leche después de la infancia; ¿Por qué lo debemos hacer los seres humanos?.


Fuente: artículo de la Revista Dominical de La Nación (20 de octubre 2002).

Difusión animal


No hay comentarios:

Publicar un comentario