“La historia y la
experiencia demuestran que en regímenes políticos que no reconocen a los
particulares la propiedad, incluida la de los bienes de producción, se viola o
suprime totalmente el ejercicio de la libertad humana en las cosas más
fundamentales, lo cual demuestra con evidencia que el ejercicio de la libertad
tiene su garantía y al mismo tiempo su estímulo en el derecho de propiedad”.
Juan XXIII
Así, el Gobierno,
movido por ignoro qué circunstancias o convencimientos, deberá asumir una
derrota grave, dado el carácter plebiscitario que él mismo ha conferido a estas
pseudo-elecciones. A partir del domingo próximo, y más allá de los dibujos que
realice para maquillar la enorme caída que sufrirá en el apoyo ciudadano, lo interesante
será ver de qué se disfrazará doña Cristina, que siempre ha justificado sus
desmesuras en el mítico 54% que obtuvo en octubre de 2011.
Las perspectivas para
el cristinismo imperial y eterno no pueden ser peores: perderá –y en algunos
casos saldrá tercero- en la
Ciudad de Buenos Aires, en la Provincia , en Santa Fe,
en Córdoba, en San Luis, en Mendoza y en Santa Cruz, su tradicional feudo.
Pero, además, tiene un alto riego en Salta, en Chubut, en Tucumán –esta noche
Jorge Lanata contribuirá a incrementarlo- y hasta en Entre Ríos, donde Héctor
Maya ha decidido presentarse a la interna del FpV contra el candidato de
Uribarri. Seguramente, podrá invocar ser la primera minoría y, tal vez, haber
ganado más diputados que los que tenía, pero el control del Congreso y su
transformación en una simple oficina de sanción de los proyectos del Ejecutivo
habrá pasado a ser historia.
¿Cómo aprenderá doña Cristina, entonces, a continuar
gobernando un país cuya economía se le ha ido definitivamente de las manos, sin
Congreso y Justicia dóciles, y transformada ella misma en un pote de yogurt con
fecha fija de vencimiento? Como dijo Jorge Asís, la mejor inversión para este
fin de año será en acciones de fábricas de garrochas, ya que la estructura
territorial del peronismo agotará la oferta para mudar su lealtad al nuevo jefe
que surja de las elecciones, y consigo llevará a ese otro palenque los
esenciales votos del Conurbano; pero también deberíamos poner algunos pesos en
las fábricas de cascos, porque todo augura que lloverán piedras.
En la semana que
acaba de concluir, y más allá de la reiteración de manifestaciones de desprecio
a todas las leyes vigentes –electorales y de radiodifusión- que exhibió el
Ejecutivo que, al mejor estilo de los monarcas absolutos del siglo XVIII, se
pone por encima de los marcos constitucionales y legales, los hechos más
llamativos fueron generados en los tribunales de Comodoro Py, desde donde la Sala I –con las oportunas
vacaciones del único miembro asustado por la falta de límites- de la Cámara Criminal
Federal emitió sendas resoluciones en los casos más irritantes para la
ciudadanía: Ricardo Avioncito Jaime y los Sueños Compartidos por Hebe de
Bonafini, los hermanitos Shoklender y todos sus cómplices, funcionarios
públicos incluidos.
Presumo que a los
Dres. Ballesteros y Farah llegó alguna correspondencia desde 25 de Mayo 11 que
los “convenció” de continuar juzgando militantemente, como lo hicieron cuando
declararon la nulidad, como prueba, de los más de 4.000 mails encontrados en las
computadoras del testaferro de Jaimito; pero los “argumentos” que habrían
contenido esas oportunas cartas no resultaron suficientemente convincentes, ya
que el Dr. Freiler, también con fallos muy curiosos en su haber, se negó esta
vez a ser un bonzo más.
El motivo de tanta
preocupación del Gobierno por la suerte de estos delincuentes –incluidos Lázaro
Báez, Rudi Ulloa y Claudio Cirigliano y sus respectivas familias de
testaferros- es muy simple: todos ellos saben demasiado y, si fueran presos, no
dudarían un segundo en convertirse en gargantas profundas, accionando
malolientes ventiladores que salpicarían las memorias de falsos próceres y los
patrimonios de entrañables vivos.
Pero, aunque mucho
más ignorado por la ciudadanía en su conjunto, lo peor de la semana fue la
reglamentación de la ley que modificó las funciones de la Comisión Nacional
de Valores, autorizándola a intervenir las empresas en las cuales el Estado (o,
para doña Cristina, el Gobierno) tenga participación en el capital accionario,
producto de la confiscación de las AFJP’s, y desplace a sus órganos de
administración, todo ello sin necesidad de contar con una orden judicial.
La irracional
importancia que la guerra contra Clarín ha adquirido en la enferma mente de la Presidente la ha llevado
a adoptar una medida que complicará aún más la herencia envenenada y minada que
dejará a quien la suceda, ya que si los inversores externos y locales miraban
hasta ahora con recelo a la
Argentina , ahora huyen como si hubieran visto al Demonio.
Resultará muy difícil, a partir de este nuevo ataque a la propiedad privada,
convencer al mundo de nuestras posibilidades de desarrollo con seguridad y
legalidad.
La patológica desmesura a la que hice referencia más arriba
le está costando caro a la viuda de Kirchner: las fotos robadas a SS Francisco
para utilizarlas en la campaña tuvieron un efecto negativo en la imagen pública
de Martín Insaurralde, y el límite que encontró en su pretensión de encumbrar
al Gral. Espión Milani al tope del escalafón militar mostró públicamente cuánto
se ha debilitado el poder de su dedo imperioso.
El jueves 8, la
ciudadanía se volverá a reunir en cabildo abierto, en el Obelisco porteño y en
todos los lugares de concentración de las marchas anteriores. Entonces, habrá
que decidir si permitimos que, nuevamente, se ignore desde el poder nuestro
masivo reclamo contra la corrupción y la inseguridad y en apoyo a la República y la Constitución o si,
esta vez, tomamos el futuro en nuestras propias manos. Más allá de la
desilusión que conmueve el ánimo de muchos por el escaso efecto de las que
hicimos antes, es importante que concurramos masivamente y superemos,
inclusive, los números anteriores. Porque así, quienes aún dudan acerca de las
inexistentes virtudes de la
Presidente y su banda, adoptarán una decisión común el
domingo 11, poniendo un freno terminante y definitivo a todos estos disparates,
que tan caro nos costarán.
Sólo así podremos
regresar a nuestros hogares sin necesidad de cantar, por lo bajo, “vuelvo
cansado a la casita de mis viejos”, porque habremos hecho algo, lo posible,
para que termine este período tan nefasto de nuestra historia.
Bs.As., 4 Ago 13
Enrique Guillermo Avogadro
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