sábado, 19 de octubre de 2013

Y VOLVIÓ A OCURRIR... OTRO ACCIDENTE DE TREN EN EL SARMIENTO!!!

Y volvió a ocurrir. Es increíble pero volvió a ocurrir: el terror en el Sarmiento, otra vez dañando la vida de los que necesitan viajar, aunque sea en pésimas condiciones. En peligro permanente, como quedó demostrado esta mañana.

El accidente de las 7.25, en el mismo andén donde en febrero de 2012 otro tren se estrelló y causó la muerte de 52 personas y más de 700 heridos, termina con la “revolución” en el sistema ferroviario que prometió en enero el ministro de Transporte Florencio Randazzo. Demuestra que fue irreponsable, como mínimo, prometer cambios que en un país en serio llevan años. Sobre todo cuando la desinversión se comió la última década.

A las pruebas. Esta vez el tren desplazó el sistema hidráulico que debería haberlo detenido. El tren como venía siguió de largo. Los pasajeros dicen que venía frenando mal y que siguió de largo en alguna estación. Pero el sistema hidráulico había sido reconstruido tras la tragedia de febrero, debería haber funcionado. Y paradójicamente, que hoy haya quedado destrozado, que no sirviera, evitó que el “efecto acordeón”, que se produce al chocar un vagón con el otro y donde se suelen producir la mayor cantidad de muertos. Otro dato alarmante: esta mañana el tren avanzó mucho más hacia el hall de la estación que aquella vez de febrero de 2012. Quedó a tres metros de los molinetes de acceso.

Hace dos semanas Clarín publicó las quejas de los usuarios contra los molinetes que acababan de instalar. Decían que no querían pagar por un servicio pésimo: hoy los viajes tardan más que hace diez años. Y otra vez habrá que revisar por qué se produjo. ¿Fallas técnicas? ¿Falla humana? ¿Ambas? ¿Una suma de decisiones políticas que provocaron este estado de cosas? Tres accidentes graves en 20 meses es un récord internacional muy difícil de igualar. Los muertos, los heridos, los golpeados tienen nombre y apellido, sienten que no los cuidan y que no les queda otra que jugarse la vida día a día en el Sarmiento. Daniel Fernandez Quinti.-

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