Es el Transition, usa nafta sin plomo y fue construido en los Estados Unidos.
Si se dice de uno de los autos actuales “es un avión” se lo estará elogiando. Si se dice lo mismo del Transition (Transición), sólo se lo estará describiendo, ya que este modelo es un coche capaz de volar o, tal vez más precisamente, un avión que puede circular por calles y avenidas, y estacionarse en cualquier cochera.
Este nuevo híbrido fue recientemente aprobado por la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos y –adelantando diez mil dólares– ya se lo puede reservar. Después, para ponerlo en la calle (o en el aeropuerto) habrá que completar los casi 200 mil dólares que costará.
El Transition fue diseñado por Terrafugia, una empresa fundada en 2006 por ingenieros aeronáuticos del prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
La clave de la doble función del Transition son sus alas que –respondiendo a la orden de un simple botón– pueden extenderse y dejar al vehículo listo para volar, o plegarse, y transformarlo en un auto no mucho más ancho que cualquier camioneta de reparto.
El cine ha presentado varias versiones de la fantasía de un auto volador, y aunque el Transition la lleve a la realidad, lo hace sólo en parte. Porque los propietarios del nuevo auto-avión no podrán –como en las películas– despegar y aterrizar en cualquier calle.
La nave requiere unos 500 metros de pista para despegar; por eso sólo iniciará y finalizará vuelos desde aeropuertos habilitados.
Para no desalentar a sus potenciales clientes, el fabricante señala en su sitio web que en el territorio estadounidense, en promedio, siempre se está a 50 kilómetros o menos de un aeropuerto.
En su faceta de automóvil, el Transition podrá circular por cualquier carretera, y estacionar en los mismos sitios que los demás coches. Tampoco se diferenciará de los demás autos a la hora de llenar el tanque porque, tanto en el aire como en la tierra, se mueve impulsado por la nafta sin plomo que se vende en cualquier estación de servicio.
En lo que sí se diferencia de los autos meramente terrestres es en su capacidad de carga. Al menos en esta primera versión, el Transition no es un vehículo familiar, su cabina trae sólo dos plazas, y para despegar admite una carga total de no más de 210 kilos.
Como las autoridades aeronáuticas estadounidenses certificaron al Transition como si fuera una avioneta deportiva, para volarlo hará falta, al menos, una licencia para aeronaves. Obtenerla es algo más difícil que la de los autos terrestres: requiere un mínimo de 20 horas de vuelo y un examen.
Mientras que proyectos similares han fracasado, sus responsables transmiten entusiasmo. Señalan que este auto-avión tiene potencial para “cambiar el mundo de la movilidad personal” . En este sentido, el presidente de Terrafugia, Carl Dietrich, afirmó que el Transition “es lo que los entusiastas de la aviación han estado buscando durante muchos años, desde 1918”.
PorLeo González Pérez
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