martes, 21 de julio de 2009

E-commerce - Recaudos para comprar tranquilo


Una de las principales razones que siguen frenando la explosión del ecommerce en el país -junto a la recesión, claro- es la desconfianza de los usuarios. Miedo a dejar los datos de la tarjeta de crédito, miedo a que nunca llegue el producto comprado, miedo a que llegue con demoras irremediables, miedo a que lo que se compró por Internet termine siendo diferente al producto real. Motivos no faltan, en un país donde los derechos del consumidor han sido frecuentemente olvidados.

Pero comprar en la Web es cada vez más confiable y hay ciertos recaudos que los usuarios pueden tomar para evitar sorpresas desagradables. La Secretaría de Defensa del Consumidor confeccionó una serie de recomendaciones que es bueno tener a mano en el momento de comprar online:

Dónde comprar: El primer paso que hay que dar para asegurar el éxito de la compra es no meterse en cualquier negocio que aparece por la Web. Armar un sitio es muy fácil pero eso no significa que sea serio. Conviene averiguar antes de que se trata (en general, se puede leer en la sección "quienes somos") y fijarse si hay direcciones reales o números de teléfonos donde llamar en caso de reclamos. Comprar en sitios de renombre, o en las sucursales virtuales de negocios de ladrillos siempre da un respaldo extra.

En el caso de las empresas argentinas deben informar -por ley- su nombre, el domicilio y el número de CUIT.
Para acceder al sitio, es aconsejable tipiar la dirección web antes que ingresar a través de un link que puede conducir a un sitio falso. De este modo, nos aseguramos que estamos entrando en el sitio deseado.

Datos seguros: Comprar con tarjeta de crédito es la regla en todo el mundo, y lo cierto es que no debería ser más inseguro que dejarle el plástico al mozo de un restaurante, el clásico ejemplo que se utiliza para ilustrar los mitos que circulan sobre la inseguridad en Internet.

Sin embargo, hay que ser cuidadoso. Antes de escribir el número de la tarjeta de crédito hay que comprobar que el sitio tenga una tecnología de encriptación de datos conocida como Secure Socket Layer (SSL) que destruye los datos y los convierte en una secuencia única e ilegible de unos y ceros para protegerlos de las intromisiones de terceros. El SSL es el protocolo más usado para transacciones seguras en la Red y funciona de la siguiente manera: cuando el navegador comienza una sesión con SSL, el servidor Web le envía una clave pública al browser y responde generando una clave secreta y enviándosela al servidor.

¿Cómo saber si la página cuenta con SSL? Es muy fácil, en el ángulo inferior derecho de la pantalla aparece un candadito cerrado o una llave que indica que la sesión es segura, y que debe mantenerse todo el tiempo que dure la operación: desde que se piden los datos hasta el clic final. Al hacer doble clic sobre el candadito se abrirá un cuadro de diálogo de Certificación Digital, donde figura el nombre de la empresa: el comprobante de autenticidad.

Pero no siempre hay que poner los datos de la tarjeta en la Web. Hay sitios que permiten (o lo presentan como única posibilidad) abonar con otros métodos, como Pago Fácil o tarjetas de débito (o prepagas). En el primer caso hay que imprimir un comprobante desde la PC, pagar por ventanilla y cuando Pago Fácil informa de la operación al comercio se recibe la mercadería. En el segundo, se trata de lo que se conoce como "monederos electrónicos" -como Novacash< y HREF="http://www.digicuenta.com">Digicuenta - que se cargan con efectivo (por ejemplo, en cajeros automáticos) y sirven para comprar online consignando únicamente los datos de la tarjeta. Por último, hay sitios donde se puede abonar en efectivo, contra la entrega del producto.

Privacidad: Uno de los temores más comunes de los usuarios es que los datos que se ingresan en los sitios a la hora de registrarse para hacer una operación sean utilizados para otros fines como, por ejemplo, campañas publicitarias vía e-mail y listas de promociones. Como las políticas de privacidad y seguridad son voluntarias y no obligatorias en nuestro país, es importante revisar la política de la compañía con respecto a la protección de la información personal.
Eso se puede leer en las secciones "Quienes somos" o "Política de Seguridad" que todo sitio serio incluye.

Control: De la misma manera que guardamos un ticket o factura como comprobante, en el mundo virtual debemos tener un registro de las compras que hacemos, incluyendo la dirección del sitio en donde se hizo. Generalmente, los comercios virtuales envían una confirmación vía e-mail con las características de la compra y es recomendable guardar una copia impresa.

Los mismos derechos: Al hacer una compra en un comercio argentino por medio de la Web tenemos, como consumidores, los mismos derechos que aquellos que si hubiéramos comprado en un negocio tradicional No ocurre los mismo con los sitios de afuera, ya que la legislación argentina no puede aplicarse a empresas radicadas en el extranjero.

Uno de las normas (la ley 24.240) determina que las ventas realizadas a través de la Web se consideran ventas domiciliarias. Por ello, hay un plazo de 5 corridos días para arrepentirse de la operación y dejarla sin efecto, sin ningún tipo de costo y siempre y cuando el bien o servicio no haya sido usado y esté en perfectas condiciones.

Las empresas, además, deben brindar las condiciones de la transacción en un lenguaje claro y preciso. Se debe informar el precio total del bien, las condiciones de pago y las garantías. Además, están obligadas a brindar un plazo cierto de entrega.

Comprando afuera: La Red borra las fronteras, pero en la vida real siguen existiendo. Por eso, en el momento de comprar y traer un producto de otro país hay que calcular todos los costos adicionales que esto implica: aranceles aduaneros, IVA (ambos dependen del rubro) y gastos de envío.

Fuente: Terra

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