miércoles, 15 de julio de 2009

Nunca hagas esto al viajar


Como en estos días hemos estado "viajando" a diferentes Islas de la Polinesia, van algunos consejos para cuando vayamos de viaje.

Aquí, diez clásicos descuidos que no pueden cometerse a la hora de organizar un viaje. Consejos útiles y estrategias para distraídos. Todos los trucos para sortear trampas y engaños. La opinión de los expertos y las rutinas indispensables para que nada salga mal.

1. Comprar pasajes o paquetes sin preguntar nada

Si no quiere empezar su viaje con el pie izquierdo, sepa a quién le está comprando. Valen las recomendaciones de los amigos y familiares, el nombre y la trayectoria de una empresa en el mercado, pero por sobre todo, que la agencia de viajes elegida tenga un número de legajo de inscripción en la Secretaría de Turismo de la Nación. Este organismo tiene una página web (www.turismo.gov.ar) en la que se puede consultar online cuáles son las agencias habilitadas y su domicilio. Si la agencia, además, es socia de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo (AAAVyT), mucho mejor, ya que la entidad sólo nuclea a agencias en regla, asegura Ricardo Roza, su vicepresidente.

También otro elemento para confiar es la membresía IATA para agencias que trabajan directamente con las compañías aéreas. La agencia minorista es, en realidad, un intermediario entre los pasajeros y distintos prestadores de servicios (compañías aéreas, hoteles, agencias locales que ofrecen excursiones, empresas de traslados, etc). En el caso de las mayoristas, tienen responsabilidad como organizadoras. "Las agencias —dice Roza— trabajan con un contrato de viajes o ''Condiciones Generales'' para que frente a un imprevisto en esa cadena siempre haya un responsable que dé una solución".

Siéntase con derecho a preguntar todo lo que quiera: cómo es el hotel, a qué distancia está de los atractivos principales, servicios especiales para chicos, cómo son las excursiones ofrecidas, en qué vehículo se realiza el traslado, cómo es el vuelo o el viaje en ómnibus. No vaya a ser que el confortable hotel contratado esté a 30 kilómetros de la playa.

Dicen que "cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía". El dicho viene a cuento de aquellos avisos que publicitan paquetes exageradamente baratos. "Desconfíe de las tarifas muy distintas de las del común denominador", agrega Roza. ¿Qué pasa si, pese a las precauciones, algo sale mal? Ante cualquier negación de un servicio pagado, exija por escrito el nombre de la persona que niega el servicio, el cargo y el horario en que se está haciendo el reclamo. Por un lado, debe dirigirse a la agencia y exigir los reintegros correspondientes a los servicios no prestados. Si la agencia no manifiesta interés en ofrecer una solución, hay otros ámbitos de reclamo. El más aconsejable es el de la Secretaría de Turismo. Pero también las delegaciones regionales de la AAAVyT reciben denuncias y las asociaciones u organismos de Defensa del Consumidor.


2. Llevar encima toda la plata en efectivo

Quizá la vista se le nuble y, en vez de disfrutar de la magnífica vista de Río de Janeiro desde el Corcovado, piense en los billetitos camuflados entre las pilchas que dejó en el hotel. O, peor aún, que invierta todos los deseos en la Fontana di Trevi en Roma rogando "que no le saquen la plata" mientras palpa sus bolsillos.

Sepa que las billeteras abultadas y los dólares escondidos en las medias son historia. La tecnología financiera avanzó lo suficiente para brindarnos herramientas que, si bien nos colocan bajo el yugo del sistema bancario, también facilitan el viaje y dan seguridad. Dentro de la Argentina las tarjetas de débito y crédito parecen ser siempre una buena opción. Por supuesto, si planea conocer pequeñas localidades perdidas en la inmensidad del paisaje, tenga la precaución de llevar algunos billetes en el bolsillo. Todavía hay muchos sitios que no se manejan con estos sistemas electrónicos. El sentido común suele ser un buen aliado: ni se le ocurra comprar dólares para viajar a Europa: lleve euros. O si viaja a Brasil, no lleve pesos. Difícilmente logre cambiarlos.

Los cheques de viajeros corren con varias ventajas: son personalizados, no vencen, están disponibles en dólares, euros y otras monedas, y —esto es lo más interesante—, en caso de pérdida o robo son reembolsables en menos de 24 horas. Se compran en los principales bancos y casas de cambio de la Argentina, pueden usarse directamente en negocios u hoteles de todo el mundo (como si fuera efectivo) o pueden canjearse nuevamente por billetes en bancos y casas de cambio. "La comisión que se cobra al adquirirlos suele ser del 1%", dicen en American Express. A la hora de canjearlos, en las oficinas de American Express y sus asociados no se cobra ninguna comisión, mientras que hay otras entidades que sí lo hacen.

Siempre que el dólar se mantenga estable en Argentina, la tarjeta de crédito es una buena opción aceptada en todo el mundo: chequee alcances y límites de la suya. También sirve, en caso de emergencia, para obtener un adelanto de dinero. Los socios American Express, por ejemplo, pagan el 3% del monto extraído. En Visa dicen que el costo del servicio depende del banco.

Las tarjetas de débito también sirven para extraer dinero o pagar compras en el exterior (Banelco o Link en Argentina; Plus o Cirrus afuera). Tanto en Banelco como en Visa, aseguran que las comisiones por operación dependen del banco emisor. Por eso, recomiendan consultar antes de viajar. Uno de los bancos consultados dijo que actualmente, por cada extracción en el exterior con la tarjeta de débito, se cobra 10 pesos más el 0,05 por ciento del monto extraído, que en 100 dólares equivale a unos 5 pesos.


3. Desconocer los gastos médicos imprevistos


Antes de viajar, no contrate ningún programa de asistencia al viajero. Total ¿qué serán cientos de dólares desembolsados en una simple consulta odontológica cuando una muela molesta no le deje seguir disfrutando de sus vacaciones en Miami?

Sépalo: las consultas médicas —y ni hablar de las internaciones— suelen costar fortunas en el exterior. Por eso, para cubrir los imprevistos, existen cuatro empresas en la Argentina que se especializan en asistencia al viajero: Assist-Card, Travel Ace, Universal Assistance y Panamerican. Con algunas mínimas diferencias en los puntos de cobertura y en los topes de dinero, todas ellas contemplan atención médica y odontológica, asesoramiento legal y —fuera del país— indemnizaciones por equipaje.

Antes de viajar, el pasajero puede contratar una cobertura nacional (con tarifas en pesos), una regional (para países limítrofes, con pólizas en dólares) o una internacional (también en dólares).

En el caso de las coberturas nacionales, estas se contratan por día. Assist Card, por ejemplo, cobra $ 5, 40 con IVA incluido por día (los viajes deben ser de un mínimo de tres días y la cobertura comienza a correr a 100 km del domicilio del viajero). Travel Ace cobra $ 3,20 más IVA por día y Universal, $ 5 diarios. Para darse una idea, pagando estas tarifas se obtiene, en promedio, una cobertura de hasta $ 5.000 para internación médica y $ 400 para medicamentos, entre otras cosas, como búsqueda de equipaje y traslado sanitario.

En el caso de las internacionales hay distintos módulos de cobertura, en días: 5, 10, 16, 22, 30, 45, 60 y anuales, aunque también se pueden sacar días adicionales. Los planes básicos de 5 días cuestan US$ 40 (Travel Ace), US$ 43 (Universal Assistance) y US$ 45 dólares (Assist Card). Los módulos de 16 días cuestan US$ 82, US$ 84 y US$ 93 respectivamente. Y cubren, por ejemplo, en el caso de internación por accidente, hasta US$ 25 mil (con Universal y Travel Ace). Además de los rubros cubiertos por la póliza nacional, la internacional contempla indemnización por pérdida de equipaje (aparte de lo que reembolse la aerolínea), gastos de alojamiento en hotel (Universal no lo incluye), asistencia legal, reembolso por vuelo demorado (sólo Assist Card). Travel Ace ofrece seguro de vida en caso de fallecimiento en cualquier tipo de accidente. Universal no lo ofrece y Assist Card lo ofrece sólo si el accidente ocurre en un transporte público.

Las coberturas regionales tienen tarifas y coberturas intermedias entre la nacional y la internacional. A veces, aunque uno viaje a Brasil, conviene sacar un paquete internacional porque por poca diferencia se obtiene una cobertura mucho mayor. Estos son los paquetes clásicos que cubren las emergencias en un viaje con excursiones normales (incluyendo esquí en las pistas, ya que en los accidentes fuera de pista no se hace responsable ni el centro de esquí). También pueden contratarse paquetes VIP y Premium (con mayor cobertura) y paquetes especiales para practicar deportes extremos, pero son específicos y tienen otros costos. Los viajeros mayores de 70 años también tienen cobertura a un precio más elevado. La asistencia al viajero puede contratarse un día antes, pero lo ideal es hacerlo con 72 horas de anticipación. Hay agencias de viaje que la incluyen en sus paquetes. Pregunte. También chequee con su obra social o prepaga qué cobertura le ofrece en el destino al que viaja.

Las tarjetas de crédito (como American Express, Visa y Mastercard) también ofrecen asistencia al viajero a sus socios, que se renueva anualmente. Por ejemplo, el titular de una tarjeta Visa Classic puede contratar —por US$ 100 anuales— un servicio de cobertura médica, odontológica, farmacéutica, legal y de pérdida de equipaje en el exterior. Cubre hasta 60 días por viaje, todos los viajes que se hagan en el año. Los topes de cobertura, por caso, son de US$ 20.000 para internación en caso de accidente y US$ 1.200 por pérdida de equipaje.


4. Cargar más equipaje que en una mudanza

Para moverse por los aeropuertos, nada mejor que sentirse un ekeko. Con tres valijas llenas, cinco bolsos e incontables bolsitas con regalos colgando de manos, cuello y espalda, los traslados le depararán momentos inolvidables. Seguramente conocerá mucha gente, por las veces que tendrá que pedir ayuda para dar un paso. Sin embargo, la incomodidad no será el único beneficio: si se pasa con el peso del equipaje tendrá que pagar abultadas multas para despachar sus petates. Veamos.

El límite de equipaje para despachar y para llevar en la cabina del avión varía de aerolínea en aerolínea. Algunas compañías aplican la política de máximo de piezas y otras, la de máximo de kilos. American Airlines y South African Airlines, por ejemplo, permiten despachar —sin pago adicional— hasta 2 valijas de 32 kilos cada una por pasajero (o 2 maletas de hasta 157 centímetros de diámetro cada una). American aplica la misma generosa política en todas las clases y tipos de viajero (Business y Primera; viajeros frecuentes), cosa que no ocurre en la mayoría de las aerolíneas, que dan privilegio a los pasajeros de las clases superiores. ¿Cuánto cuesta pasarse de la raya? En el caso de American, por el exceso en peso por valija, o por valija de más, se abona una multa de US$ 100. Así que si le sobran muchos kilos, le conviene despachar una valija más con 46 kilos (el máximo permitido, aún pagando exceso) y abonar solo US$ 100 por llevar 46 kg más. Aerolíneas Argentinas, en vuelos nacionales y a Sudamérica permite hasta 15 kg por pasajero de Económica y 30 kg en Business. Y cobra, por exceso, según la ruta: por kilo, desde $ 2 a $ 4,50 en Argentina. La misma compañía, en viajes a Europa permite hasta 20 kg en clase Económica, 30 kg en Ejecutiva y 40 kg en Primera. Y por el exceso cobra un porcentaje (1,5% por kilo) de la tarifa más alta de pasaje en Económica del tramo a volar. South African Airlines aplica la misma política de multas para exceso de equipaje que Aerolíneas: en un vuelo a Sudáfrica, esto equivale a US$ 20 por cada kilo adicional. Lufthansa permite, en clase Económica, hasta 20 kg por pasajero y en Business, 30 kg. En cuanto al equipaje de mano, según la compañía, se puede llevar entre 7 y 18 kilos. Olvídese de llevar tijera, cortaplumas, alicate o lima metálica en el equipaje de mano: son elementos prohibidos en la cabina y tendrá que despacharlos.


5. Subirse al primer taxi que se ofrezca a llevarlo

En el exterior, si quiere pagar una tarifa desmedida por un viaje en taxi, aborde cualquiera de los que paran en la puerta de los hoteles. Ahora, si busca emociones fuertes y situaciones de riesgo, tómese cualquier taxi de la calle a medianoche, en esa gran metrópoli a la que acaba de llegar por primera vez en su vida.

Aunque hay excepciones, en las grandes ciudades lo mejor para ahorrar dinero y disgustos —resignando comodidad, claro— es manejarse con el transporte público. Hay sitios y horas del día, como las 5 de la tarde en la ciudad de México, en el que el metro (con amplísimo recorrido) es la única opción razonable para desplazarse sin demorar horas. Ahora, quizás no sea buena idea tomar un bus en la peligrosa Johannesburgo. ¿Qué hacer, entonces? En primer lugar, asesorarse con los locales para averiguar qué transporte es más conveniente en términos de precio, seguridad y rapidez, dónde tomar los taxis, etc. Antes de tomar un taxi, pregúntele al conductor cuánto le va a salir el viaje. En general, en todos lados aprovechan el desconocimiento del extranjero para cobrar de más.

Y en algunos casos, como en el aeropuerto de Ezeiza, se aprovechan hasta de los locales. Las empresas de remises del aeropuerto —como Manuel Tienda León y Transfer Express— cobran $ 54 el viaje a cualquier punto en Capital, cuando desde Capital hasta Ezeiza el viaje en taxi o remis no supera los $ 30. No pague de más: desde el teléfono público del sector de reclamo de equipaje puede llamar a la remisería de su barrio para que lo busquen.


6. Llamar desde un hotel en el exterior cuesta un mínimo de 2 dólares


Las dos formas más rápidas de gastar mucho dinero sin salir de la habitación del hotel son: consumir compulsivamente los productos del frigobar (donde un agua puede costar lo que un buen escocés en el bar de la esquina) y... llamar por teléfono a casa desde la cama. Si tiene ganas de charlar largo y tendido y no le importa que sus dólares se esfumen en una tarde, entonces marque un número de Argentina desde la habitación. En el exterior, los hoteles cobran, como mínimo, 2 dólares el minuto. Por ejemplo, desde un hotel en Bahamas, decirle a la pareja "Hola, sí, llegué bien", le puede costar 6 dólares (¡casi 18 pesos!). Sepa, entonces, que hay otras opciones.

Más económico que llamar desde el hotel es hacerlo a través de cualquier tarjeta telefónica prepaga que se venda en el destino (en quioscos, supermercados, negocios). Pero ojo: no compre la primera que vea, porque en muchos lugares hay tarjetas que rinden mucho más que otras. Por ejemplo, con la tarjeta llamadadirecta.com se puede hablar a la Argentina por 5 dólares durante ¡270 minutos!. En España también se consiguen tarjetas muy económicas. Asesórese con alguien del lugar.

Otra opción más segura y relativamente económica es comprar una tarjeta prepaga argentina antes de salir de viaje, como, por ejemplo, Telecom Global, que se consigue en quioscos o locutorios o hasta en el mismo aeropuerto. Hay tarjetas de $ 5, de $ 10, de $ 15 y de $ 20. Se las puede usar para llamar desde cualquier teléfono público o privado, marcando primero un número gratuito, ingresando el número de tarjeta y un PIN. Un menú irá guiando los pasos, al igual que con cualquier otra tarjeta prepaga. Algunos ejemplos de tarifas de Telecom Global: desde Estados Unidos, el minuto cuesta $ 0,93 en horario normal y $0,73 después de las 22. Desde España: $ 1,56 normal y $ 1,24 en horario reducido.

Otra posibilidad —un poco más cara que esta última, pero ideal cuando no se dispone de dinero en efectivo— es llamar a través de la tarjeta de crédito, que funciona como una tarjeta prepaga, pero es post-paga. Hay que llamar a un número de acceso (solicítelo a la empresa llamando al número gratuito que figura en el reverso de la tarjeta o en la página web de la empresa). Antes, el socio debe solicitar un tele código personal que se reconfirma a las 24 hs. Con estos dos números ya se puede hacer la llamada. Si es de teléfono público hay que poner una moneda que al final de la conversación será devuelta. Visa, por ejemplo, tiene su servicio Visa Phone, en el que cobra en pesos desde Estados Unidos a Argentina, $ 1,20 el minuto. Desde México, $ 2; desde España, $ 2. El costo de la llamada se debita, en pesos, en el resumen.

Ahora, por un par de dólares, si logra dar con un buen cibercafé con Internet de banda ancha, media hora frente a la computadora para chatear o enviar mensajes y fotos será suficiente para sentirse más cerca de casa.


7. Ignorar cuáles documentos puede necesitar

Si quiere que sus soñadas vacaciones fracasen antes de comenzar, espere a llegar al mostrador de la aerolínea para caer en la cuenta de que su pasaporte está vencido. Llantos y pataleos no cambiarán la situación. Parece obvio, pero créalo, hay muchos casos al año. Tome nota. Para vuelos internacionales (no limítrofes) se necesita pasaporte vigente y, según requiera el país de destino, la visa correspondiente. Por ejemplo, Estados Unidos, Cuba o Australia requieren visa a los argentinos. Nunca está demás chequear los requisitos de inmigración de los países que planea visitar. Un llamado a la embajada podría ahorrarle inconvenientes futuros. Incluso, según la resolución 256/00 de la Secretaría de Turismo y en caso de contratar un viaje en una agencia, ésta debe informar fehacientemente y con anticipación los requisitos que exigen las autoridades migratorias, aduaneras y sanitarias de los destinos que incluye el tour. Por supuesto, contar con todos estos requisitos antes de embarcar ya es responsabilidad exclusiva del pasajero.

Vale recordar que el trámite para solicitar pasaporte o renovarlo —valen por cinco años— cuesta 130 pesos y se realiza en el Centro de Documentación de la Policía Federal (Azopardo 620, lunes a viernes de 8 a 16). Según informa la Policía, se demora 30 días corridos en entregar el pasaporte a domicilio. Para viajes a países limítrofes, basta con la cédula de identidad (el trámite para obtenerla o renovarla cuesta $ 17, también en Azopardo 620) o el DNI, siempre y cuando estén vigentes y legibles. No se arriesgue a viajar con documentos dañados. Las familias con menores de edad, deberán presentar Libreta de Matrimonio o partidas de nacimiento de los menores para probar que efectivamente son sus hijos. Si los chicos viajan con uno solo de los padres o sin acompañantes, deberán presentar y una autorización certificada por juzgado o escribano público.


8. Lanzarse a la aventura sin medir riesgos


No es lo mismo hacer rafting en el Limay, el Atuel o en el Manso. Los tres ríos tienen diferentes grados de dificultad. Tampoco da igual una caminata por un bosque sombreado que el ascenso de un cerro de matas ralas. O puede suceder que siendo experto jinete contrate una cabalgata y acabe realizando un paseo con unos matungos. Antes de contratar una excursión de turismo aventura —sea de una hora o de 3 días— Diego Benítez, de la Asociación Argentina de Derecho del Turismo recomienda preguntar: itinerario, medidas de seguridad adoptadas por la empresa, dificultades y cómo comportarse en caso de peligro, contraindicaciones por cuestiones de edad o salud, existencia de póliza de seguro, costos y acompañantes del grupo. Un periodista amigo contrató una excursión en las sierras de Córdoba y cuando pasaron a buscarlo comprendió que el traslado se haría en una chata destartalada y los pasajeros viajarían en la caja descubierta. Las normas de seguridad más modernas incluyen un aparato de comunicación, protocolo de actuación en caso de accidentes y el chequeo constantemente del parte meteorológico. El mayor problema es el vacío legal que hay en la Argentina en torno al turismo aventura. Sólo Mendoza, Córdoba y Salta, San Juan y Parques Nacionales tienen cierta legislación que establece que los prestadores deben registrarse y tener seguro contra accidentes.


9. Conducir en la ruta como si viajara solo


En cualquier quiosco podrá encontrar mapas necesarios para estudiar la ruta a seguir antes de abordar el auto. Evite pérdidas de tiempo y dinero —especialmente ahora, que están de moda las amenazas en las subas en nafta y gasoil— por tomar rutas equivocadas o encontrarse con ripios impensados. ¿Hay que recordarle que conviene respetar las normas de tránsito? La velocidad máxima en ciudades es de 40 km/h en calles (20 en intersección) y 60 en avenidas. En autopista, el máximo para autos es de 130, en semiautopista (autovía) 120 y en rutas rurales (una mano para ir y otra para volver), la máxima es de 110. En los tres casos, la máxima para micros es de 90. Estos últimos deben tener una alarma sonora (o lumínica) que avisa cuando el vehículo supera esa velocidad. En su auto, tenga los papeles al día. En cualquier momento la policía podrá pedirle los tres últimos recibos de patente pagos, seguro contra terceros, registro, cédula verde, DNI y oblea de Verificación Técnica Vehicular (VTV, para autos inscriptos en la pcia. de Bs. As.) Ante la polémica por el cobro indebido de multas en algunas localidades del interior —han sido innumerables las quejas de automovilistas— se recomienda que, al recibir una multa, verifique si el radar en cuestión está homologado, llamando al 4349-4078/83.


10. Desconocer los derechos de un viajero especial

Si está embarazada de 7 meses, llegue tarde al check in y no lleve certificado médico. Necesitará mucha suerte (un jefe de tripulación chicato, por ejemplo) para poder subir al avión. Y una vez allí, probablemente le toque uno de los asientos del medio.

El tema de las embarazadas, finalmente depende del tamaño de la panza. Algunas aerolíneas dejan volar sólo hasta el séptimo mes de gestación (como South African Airlines), pero si está de 5 meses y parece de 8 ¿cómo comprobarlo? Otras —como American Airlines y Aerolíneas Argentinas— dejan volar hasta una semana antes del parto, pero a partir del séptimo mes exigen certificado médico en el que el obstetra indique que la paciente se haya en condiciones de viajar. En todas las aerolíneas, la primera fila de Económica (con más lugar para las piernas) se bloquea hasta 4 horas antes del vuelo, con el fin de reservarlas para embarazadas y para quienes viajen con niños de hasta 2 años (al hacer el check in, pida una cuna). Entonces: llegue temprano al aeropuerto y exija el asiento en el que usted tiene prioridad.

En cuanto a las comidas especiales, averigüe si en la aerolínea y la ruta que volará existe el menú que se ajusta a su dieta. Las grandes compañías, en los viajes internacionales, ofrecen una amplia variedad de comidas (para celíacos, vegetarianos, diabéticos, bajas calorías, etc). Eso sí, reserve su menú al menos 24 horas antes. Atención ancianos y discapacitados: varias líneas aéreas ofrecen asistentes en los aeropuertos.

Fuente: Clarin

2 comentarios:

  1. Hola Viajamos a Colombia la semana pasada y contratamos un seguro de asistencia al viajero de Travel Ace.Necesitamos hospitalizar a mi esposo por un golpe para estudios.Consecuencia, el tel cobro revertido no respondio.Cuando lle gamos a la Clinica indicados por la empresa, tuvimos que pagar todo, no les avisaron o no tenian convenio.Momento dificil de de pasar verguenza - tuve que dirigirme al hotel a buscar dinero - Y si no lo tenia disponible?Viajamos con la seguridad de una covertura que no sirvio!Pidieron disculpas y que nos reintegrarian.Esta este asunto en mi abogado.Consejo: dejen algunos cuantos dolares para estos percances inesperados. Travel Ace no nos respondio.Gracias.Elsa Riva.

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  2. Lamento mucho lo que les pasò e hiciste muy bien en darlo a conocer. Saludos.-

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