REFLEXIONES SOBRE LA LLEGADA DE LA ESTACIÓN DONDE TODO FLORECE Y NOS INVITA A LLENARNOS DE ENERGÍA Y VITALIDAD.
Dijo Dios:"Haya lámparas en el cielo que separen el día de la noche que sirvan para señalar las fiestas, los días y los arquelogíiataños y que brillen en el firmamento para iluminar la tierra".(Génesis 1: 14-16).
Independientemente de nuestras creencias y de sí profesamos alguna religión, tomemos este pasaje de la Biblia para ilustrar los cambios que se avecinan en esta estación, los cuales han atravesado las prácticas de diversas civilizaciones.
En el hemisferio sur, septiembre es el mes de la primavera y del equinoccio (el segundo del año, ya que el otro ocurre antes de la llegada del otoño, el 2o de marzo). ¿Que nos trae la estación de las flores? La naturaleza, dormida durante meses por el invierno, se despierta; el sol se siente más fuerte y los días se alargan. Estos cambios y, en definitiva, la naturaleza misma, generadora de vida, determinan las acciones de los hombre quienes, en distintas civilizaciones, le han rendido tributo a esta época del año tan especial.
CUANDO EL DÍA ES IGUAL A LA NOCHE.
El equinoccio de primavera sucede entre el 22 y 23 de septiembre. Durante este fenómeno, el sol hace un recorrido eclíptico sobre la tierra, se posa sobre el Ecuador y provoca que la duración del día y la noche sean iguales en todo el mundo.
De ahí el nombre proveniente del latín: Equs: igual y Nox: noche. El 22 de septiembre el sol pasa a libra y se marca el inicio de la primavera, esta fiesta representa el despertar de la tierra, es tiempo del renacimiento, de energía de vida, amor.
UN ESPECTÁCULO INCREÍBLE.
En Yucatán se puede apreciar un espectáculo impresionante heredado de los Mayas. En la zona arqueológica de
Dzbilchaltun, durante el equinoccio, la puerta del Templo de las Siete Muñecas se ilumina con el resplandor del sol que aparece en el horizonte, y éste queda al centro de la puerta creando un espectáculo de luz y sombra en la fachada poniente.
El fenómeno también puede ser visto en la pirámide de Kukulcan, conocida como "El Castillo" en el área de Chiche Itza.Por efectos de la luz, se observa la serpiente El Dios Kukulcan, la deidad más importante de los Mayas, desciende lentamente desde lo alto de la pirámide hasta su base. El evento es tan espectacular que la NASA lo transmite en vivo y en directo para todo el mundo. Esta visión dura aproximadamente entre 30 y 40 minutos, y todos los allí reunidos esperan recibir energía solar y cósmica y recargarse de ella.
ENERGÍA PARA RENOVARSE.
Según tradiciones y manifestaciones, esa noche desciende una gran "energía divina". Y todos los que disfrutamos de la meditación nos favorecemos de ello y del cambio que trae consigo. Este día es perfecto para sentarnos con la columna derecha, alrededor de las 0 (cero) horas del día 22 en un lugar silencioso: jardín, parque o balcón, entregándonos y dando lugar al renacimiento. Es un momento de celebración, interiorización y reencuentro con la verdadera naturaleza del ser humano que debe integrar: Felicidad-Amor- Buenaventuranza, un tiempo para reconocer que todo tiene un espíritu que anima, vive y se manifiesta con todo lo creado y no creado.
UN BUEN DESEO.
Existen también otras prácticas: se coloca agua en un botellón de vidrio cubierto con un lienzo violeta durante ese día y luego se bebe el agua energizada. Este ritual busca iluminar la unidad en la diversidad de la que formamos parte y en la que, a nuestra manera, nos manifestamos.
Como dijimos, es un momento de renacimiento, de cambios, de concretar aquellas cosas que queremos realizar en nuestra vida y que, por motivos desconocidos, siempre hemos postergado. Es un tiempo de afirmaciones, de cosechar frutos, recordando el poder del pensamiento.
REFLEXION.
Como en el fenómeno del nacimiento, la tierra dá sus frutos luego de haber convivido y de que se la haya trabajado.
La tierra, con su poder creador, se renueva e invita a renovarse, cambia el ropaje y se pone sus colores, para estar en unidad, la Pachamama. Los colores de la fiesta son el blanco que representa la pureza, el verde, la fuerza de la vida y los tonos pasteles, la floración.
Dijo Dios:"Haya lámparas en el cielo que separen el día de la noche que sirvan para señalar las fiestas, los días y los arquelogíiataños y que brillen en el firmamento para iluminar la tierra".(Génesis 1: 14-16).
Independientemente de nuestras creencias y de sí profesamos alguna religión, tomemos este pasaje de la Biblia para ilustrar los cambios que se avecinan en esta estación, los cuales han atravesado las prácticas de diversas civilizaciones.
En el hemisferio sur, septiembre es el mes de la primavera y del equinoccio (el segundo del año, ya que el otro ocurre antes de la llegada del otoño, el 2o de marzo). ¿Que nos trae la estación de las flores? La naturaleza, dormida durante meses por el invierno, se despierta; el sol se siente más fuerte y los días se alargan. Estos cambios y, en definitiva, la naturaleza misma, generadora de vida, determinan las acciones de los hombre quienes, en distintas civilizaciones, le han rendido tributo a esta época del año tan especial.
CUANDO EL DÍA ES IGUAL A LA NOCHE.
El equinoccio de primavera sucede entre el 22 y 23 de septiembre. Durante este fenómeno, el sol hace un recorrido eclíptico sobre la tierra, se posa sobre el Ecuador y provoca que la duración del día y la noche sean iguales en todo el mundo.
De ahí el nombre proveniente del latín: Equs: igual y Nox: noche. El 22 de septiembre el sol pasa a libra y se marca el inicio de la primavera, esta fiesta representa el despertar de la tierra, es tiempo del renacimiento, de energía de vida, amor.
UN ESPECTÁCULO INCREÍBLE.
En Yucatán se puede apreciar un espectáculo impresionante heredado de los Mayas. En la zona arqueológica de
Dzbilchaltun, durante el equinoccio, la puerta del Templo de las Siete Muñecas se ilumina con el resplandor del sol que aparece en el horizonte, y éste queda al centro de la puerta creando un espectáculo de luz y sombra en la fachada poniente.
El fenómeno también puede ser visto en la pirámide de Kukulcan, conocida como "El Castillo" en el área de Chiche Itza.Por efectos de la luz, se observa la serpiente El Dios Kukulcan, la deidad más importante de los Mayas, desciende lentamente desde lo alto de la pirámide hasta su base. El evento es tan espectacular que la NASA lo transmite en vivo y en directo para todo el mundo. Esta visión dura aproximadamente entre 30 y 40 minutos, y todos los allí reunidos esperan recibir energía solar y cósmica y recargarse de ella.
ENERGÍA PARA RENOVARSE.
Según tradiciones y manifestaciones, esa noche desciende una gran "energía divina". Y todos los que disfrutamos de la meditación nos favorecemos de ello y del cambio que trae consigo. Este día es perfecto para sentarnos con la columna derecha, alrededor de las 0 (cero) horas del día 22 en un lugar silencioso: jardín, parque o balcón, entregándonos y dando lugar al renacimiento. Es un momento de celebración, interiorización y reencuentro con la verdadera naturaleza del ser humano que debe integrar: Felicidad-Amor- Buenaventuranza, un tiempo para reconocer que todo tiene un espíritu que anima, vive y se manifiesta con todo lo creado y no creado.
UN BUEN DESEO.
Existen también otras prácticas: se coloca agua en un botellón de vidrio cubierto con un lienzo violeta durante ese día y luego se bebe el agua energizada. Este ritual busca iluminar la unidad en la diversidad de la que formamos parte y en la que, a nuestra manera, nos manifestamos.
Como dijimos, es un momento de renacimiento, de cambios, de concretar aquellas cosas que queremos realizar en nuestra vida y que, por motivos desconocidos, siempre hemos postergado. Es un tiempo de afirmaciones, de cosechar frutos, recordando el poder del pensamiento.
REFLEXION.
Como en el fenómeno del nacimiento, la tierra dá sus frutos luego de haber convivido y de que se la haya trabajado.
La tierra, con su poder creador, se renueva e invita a renovarse, cambia el ropaje y se pone sus colores, para estar en unidad, la Pachamama. Los colores de la fiesta son el blanco que representa la pureza, el verde, la fuerza de la vida y los tonos pasteles, la floración.
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